Capítulo 3.

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¡Hola!

Nuevo y penúltimo capítulo.

Disculpen los errores y feliz lectura.

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Una semana había pasado desde el cumpleaños de Regina y Emma estaba cada vez más celosa de la relación de Robin con la morena, así que esa misma noche iba a volver a ver a una de sus amigas de la adolescencia, Lily. Necesitaba sacarse a Regina de la cabeza de una vez por todas.

La rubia estaba viendo apartamentos por internet para mudarse sola. La razón principal era la morena, la segunda, que ya no podía seguir viviendo en casa David y Mary, tenía que darle privacidad a la pareja y la última razón, ya no soportaba ver la cara de Robin casi todas las tardes. Su patética cara y el aroma a bosque no eran de aguantarse.

-Emma, voy a salir – informó Mary.

-Está bien.

-Regina está en la ducha, Robin llegará dentro una hora, si sales avísale – dijo saliendo por la puerta.

Era obvio que no iba a salir y dejarlos a los dos solos en casa. Ella se encargaría de vigilarlos de cerca para que no hicieran nada.

Cuando estaba por entrar en su habitación, la puerta violeta perteneciente a Regina estaba abierta y se oían gritos de adentro del baño. Se escuchaba la voz de la morena llamando a Mary, entonces se acercó a la puerta y pegó su cabeza a la madera.

-¿Está todo bien ahí dentro? – preguntó la rubia.

-¿Puedes llamar a Mary? – respondió con otra pregunta, con la voz amortiguada por algo.

-Mary salió, estamos solas en casa – informó la rubia.

-Necesito ayuda, me quedé atorada – dijo frustrada.

-¿Entonces puedo entrar? – preguntó ansiosa, no sabía con qué iba a encontrarse allí dentro.

-Sí, como piensas ayudarme si no entras.

Emma tomó aire y entró al cuarto de baño, encontrándose a Regina atorada en una camiseta alrededor de su cabeza con ambos brazos hacia arriba, dejando su generoso pecho al descubierto solo con un sujetador.

Al parecer se quedó unos minutos observando el torso de la joven porque sentía que Regina la llamaba, pero ella no reaccionaba.

-¡EMMA! – gritó – Ayúdame a sacarme esto.

-Claro – dijo tragando saliva y se acercó.

Tomó los extremos de la prenda y terminó de tirar hacia arriba liberando de una vez a la morena.

-Gracias – dijo poniendo ambas manos en su cintura, tratando de controlar su respiración.

-No es nada, pero la próxima vez usa ropa de tu talla.

-Eso es de mi talla, se debe haber achicado con los lavados y al ponérmelo no me he dado cuenta.

-¿Estás segura de que no has engordado? – preguntó divertida.

-Idiota – dijo lanzándole la camiseta al rostro,

-No te enojes, es una posibilidad – reír más fuerte, causó que Regina la empujara y en un mal movimiento ambas cayeron, Emma de espaldas y Regina encima suyo. Ambas comenzaron a reír y al calmarse ninguna podía dejar de mirarse. Los ojos de Emma, iban de los labios de la morena hasta su mirada oscura.

Cuando Emma, se acercó un poco más al rostro de la joven, esta reaccionó asustada y se levantó dando una sonrisa incómoda.

-Bueno... tengo que ducharme – dijo evadiendo los ojos verdes de la rubia y cubriendo su torso en los brazos.

Si pasa o noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora