Si pasa o no

Capítulo 2.

¡Hola!

Nuevo capítulo.

Feliz lectura y disculpen los errores.

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Un mes había pasado desde la llegada de Regina con la familia Nolan. Sentía muchos cambios en su personalidad, ya no era tan insegura, en su rostro casi siempre había una sonrisa y había vuelto a ser la mejor de clase. Pero había algo que la tenía desconcertada y era Emma.

En varias ocasiones la había descubierto mirándola intensamente y haciéndole preguntas, y a veces ni siquiera le hablaba o pasaba de su existencia. Eso era lo que no entendía de la rubia, la confundía en demasía y no podía evitar pensar en ella y en sus cambios de humor repentinos.

De vez en cuando, Regina iba al orfanato y se escabullía por las instalaciones por la parte trasera del edificio y veía a Henry, llevándole comida u otras cosas con la promesa que tenía guardar silencio para seguir con sus visitas.

En el instituto, había ingresado un chico nuevo llamado Robin y con Regina se habían hecho buenos amigos y ese día tenían que trabajar en un proyecto juntos y habían decidido hacerlo en casa de la morena.

Al llegar a la casa, se acomodaron ambos en la sala y a los pocos minutos Emma hizo su aparición, tensándose al ver a los dos adolescentes tan cerca leyendo un libro.

-Buenas tardes – saludó Emma con la intención de llamar la atención de la adolescente que vivía en su mente.

Emma no había podido evitarlo, desde el día en que Regina apareció en la casa, la conquistó con su dulzura y timidez contando con que cada día le parecía más bella. Pero el problema más grande es que todavía era menor de edad y al parecer heterosexual.

-Hola, Emma – saludó Regina un poco avergonzada.

-Buenas tardes señorita – saludó el chico – un placer conocerla – sonrió haciéndose el galán.

Patético, pensó Emma.

-¿Qué hacen? – preguntó curiosa sentándose frente a los dos.

-Tenemos que hacer un proyecto sobre historia de la educación y no sabemos muy bien como comenzar – se adelantó a responder Robin.

-Oh, parece que hoy están de suerte – dijo fingiendo interés, pero aprovecharía todo el tiempo en vigilar a su niña – Resulta que soy profesora de pedagogía y conozco del tema – informó sentándose justo en medio de ambos, separándolos.

-No es necesario, Emma – murmuró por lo bajo la morena.

-Claro que sí, escuche a tu compañero decir que no saben por dónde comenzar – dijo fingiendo inocencia.

-Nos vendría bien un poco de ayuda, Gina – dijo el joven, haciendo que Emma se llenara de enojo por la forma en que la había llamado.

-¿Por qué hueles a bosque? – preguntó la rubia con maldad.

Regina al escuchar esa pregunta sonrió con disimulo porque era cierto, su amigo olía a bosque.

-Eh, porque vivo en una cabaña en el bosque – dijo un poco incómodo.

-Oh, ya veo – soltó la rubia sin importancia.

Una vez con los avances del informe ya hechos, Emma prácticamente echó al chico para que saliera de su casa, pretextando que tenía que ir con Regina a darle una visita a David. Lo cual a los adolescentes les parecía ilógico, ya que David era el sheriff y muy pocas veces estaba en la estación.