Desafío #36: Resultados

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Sonreí. No creía que estuviera conversando con ellos; sus voces eran hermosas, mucho mejor de lo que se oían en una entrevista a través de un televisor.

—Y bien, Maureen—dijo Andy—, ¿qué nos vas a cantar hoy?
—Roxanne.

Vi que Andy rodó los ojos con disimulo.

—Me encantan los agudos de la canción—dije—; fue un reto para mí.

Por suerte, el rostro de Andy cambió.Los músicos empezaron a tocar la canción y yo cantaba con las manos en el micrófono. Me desenvolvía a medida que avanzaba la canción. Cuando terminé, los muchachos me sonrieron y me fui contenta de ahí.

Cuando vi los resultados en la televisión, brinqué de alegría, porque mi nombre estaba ahí. Mi mayor temor había sido superado.

***

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Mi pierna no dejaba de moverse de arriba a abajo. Estaba nervioso. Pase las manos por mi rostro eliminar las sensaciones negativas pero no funcionó. Bufo.

LOS XOX BETSEY, mi banda juvenil favorita estaba ofreciendo audiciones para formar parte de ellos.

Era mi sueño desde pequeño. Subirme a un escenario y hacerlo mío. Dar a conocer al mundo de lo que estoy hecho.

Solo había un problema... tengo pánico escénico.

Desde que interpreté a un árbol en una obra de teatro y me caí frente a todos, y además fui la burla de mis compañeros de curso durante un año nunca he vuelto a subir a un escenario. 

Porque se que podría fallar, y quedar en ridiculo... de nuevo.

Mis amigos y familiares siempre han estado ahí para mi, apoyandome en mi sueño y tratando de que algún día pueda cumplirse.

Y yo estoy súper agradecido por todo ello.Cuando dijeron mi nombre mis piernas se volvieron gelatina y me olvide hasta de cómo se camina. Empecé a respirar de manera entrecortada, pero logré calmarme lo suficiente como para que no se sospechara nada.

Bueno, la capa de sudor que cubría mi frente estaba delatándome.

Me hicieron unas cuantas preguntas, las cuales respondí de manera tan segura que hasta a mi me sorprendió.

Pero para mi mala suerte, no fue lo mismo a la hora de cantar.

No me salía la voz. Sonaba algo estrangulada. Aclare mi garganta varías veces pero lo mismo. Las nauseas me azotaron y salí corriendo de escenario. No sin antes caerme, claro. Ya era tradición.

Y así quedé en ridiculo, otra vez.

Pase noches pensando en ello, y atormentándome. Hasta llegue a pensar que no tenía talento en ello. Que solo era un estupido sueño que mi cabeza había inventando para hacerme creer que al fin era bueno en algo.

Estaba equivocado.

Me di cuenta de que no me aceptaron porque no tenía confianza en mi mismo. Porque me aferré a un miedo que yo mismo creé en vez de perseguir mi sueño.

Claro, cuando me di cuenta de ello era bastante tarde.

O eso creía.

Porque con ese fracaso, empezó mi vida en la música.

Escribí "Ecolife" una canción que relataba la historia de un chico como yo, que no pudo cumplir su sueño gracias al miedo.

Mi hermana me grabo cantando aquella canción, y ¿saben? El video se hizo viral. A todos les encantaba, incluida entre ellos una disquera bastante famosa que me ofreció un contrato.

Y me di cuenta de que a veces para aprender a vivir debemos caer. Nadie aprende a levantarse sin haberse caído.

Y yo lo hice.

Aprendí a vivir mi vida.

Aprendí a confiar a mi mismo.

Aprendí a levantarme después de caer.

Y todo ello sucedió porque aprendí que mi pánico escénico no debía decidir sobre mi futuro.

Y al final, seguí mi sueño.

Varios aplausos se hicieron audibles en la sala.

— Esta es mi historia, la historia de David Carson — concluí.

***

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¿Cantar? No es solo eso. A veces, es sentir la vibración de la voz en el estómago, acompañando a las mariposas entusiastas que esperan salir, enfrentarse a los ansiosos espectadores. Mi familia me dio el apoyo necesario para que el hobby de cantar en clases particulares, se terminará de completar como una vocación. No eran los números contables que la generación familiar llevaba hace décadas. Era algo que podría romper esa tradición. Yo, podría ser la nueva estrella envidiosa de la familia. Mis amigos fueron los siguientes en descubrir mi voz, luego de insistirme por años de conocernos. Ahora, era diferente.

Hace unos días, recibí un correo al azar de selección de futuros artistas juveniles. Una de mis bandas preferidas estaban organizando un casting. En ese momento de emoción, le di todos mis datos. Pasaron unos segundos, para darme cuenta que mi acción fue errónea. Jamás pude superar ese pánico escénico, era distinto cantar para cinco personas, o dos. "¡¿Qué hice?!" pensé con miedo. "Estoy jodida" dije reconociendo que las decisiones apresuradas, a veces nos llevaban a un límite y el problema comienza a desarrollar hasta una solución.

Pasé el resto de los días, estaba frente a la cámara web, porque quería una presentación online. Tragué saliva con fuerza, las manos me sudaban a montones y mis ojos comenzaron a lagrimear. Ya comenzaba mi gran miedo, la imaginación me dejaba expuesta a lo ridículo.

Olvidé cantar. Desvié la mirada cuando vi un retrato de mis pequeñas sobrinas, sonriendo. "Por ellas aún canto, por ellas aun vivo" pensé. Respiré hondo, comenzando a vocalizar y miré a la cámara, donde los jueces perdían la paciencia. Cante, respire y continué. Al finalizar, sentí que la motivación no siempre viene de uno mismo, hay personas que realmente son nuestra inspiración.

Desafíos de Novela JuvenilWhere stories live. Discover now