Nessum Dorma

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Nadie durmió en la Torre de la Carpa esa noche.

La decisión de Wei Wuxian de utilizar Empatía para ahondar en los recuerdos de Wen Qing fue, cuanto menos, polémica, y había estado a nada de terminar en una nueva rencilla entre los dos hermanos de no ser por la intervención de su sobrino.

—Vale ya, tío. —Le había dicho—. Shizui y yo estuvimos presentes cuando Wei Wuxian ocupó esta técnica en Ciudad Yi. Así fue como supimos lo que el fantasma de la niña A-Qing quería.

Jiang Cheng estuvo a punto de replicar que Wen Qing no era ningún fantasma, ni tampoco un ente oscuro con los que Wei Wuxian estaba acostumbrado a tratar, pero Jin Ling le dedicó una mirada severa.

La mirada de Jiang Yanli.

A Jiang Cheng le resultaba curioso que Jin Ling haya heredado el físico de su padre y gran parte de su carácter. Incluso en la forma que vestían y se peinaban eran como dos gotas de agua. No obstante, sus ojos eran iguales a los de su madre. Jiang Yanli era una mujer dulce y delicada, pero nadie en el mundo debía hacerla enojar. Su madre, Madame Yu, palidecía a su lado cuando la ira se apoderaba de su hija.

Una vez, después de haberse casado con Jin Zixuan, Jiang Yanli viajó hasta el Muelle de Loto sola para hacerle compañía y aliviar la carga de trabajo que tenía encima. Los dos sentían un vacío en el corazón al no ver a Wei Wuxian por ninguna parte.

Ella había ido con el propósito de contarle que estaba embarazada de Jin Ling. Jiang Cheng no pudo sino alegrarse con ella porque, a pesar de la falta de su hermano en su vida, ella era feliz.

En un momento de la visita, Jiang Cheng le cedió a Zidian. El anillo de plata obedeció y aceptó a Jiang Yanli como su segunda ama. Ellos sabían perfectamente que el mundo del cultivo habló por mucho tiempo del «fracaso» que había sido para la secta Jiang tener una hija con un nivel de cultivo tan bajo. Pero la realidad es que Jiang Yanli sí había formado un núcleo dorado y cultivado a su manera. Zidian no aceptaría un amo mediocre y ambos habían reído, burlándose un poco de los demás, al confirmarlo.

Estaban dando un paseo por el bosque de los alrededores de Muelle de Loto cuando oyeron voces: eran dos discípulos recién reclutados y estaban cotilleando maliciosamente sobre Wei Wuxian. En el lapso de un parpadeo la expresión del rostro de su hermana se ensombreció y Zidian empezó a lanzar chispas púrpuras, respondiendo a los sentimientos de Jiang Yanli.

Luego, el látigo púrpura se extendió de tal manera que envolvió a los dos discípulos y los ató a un árbol.

Jiang Yanli sonrió y caminó hasta los dos hombres. Su rostro y voz angelical contrastaban con la ira destilada en sus palabras:

—Comen de la mesa del líder, beben el mismo vino que bebe el líder y hablan de nuestro hermano como si fuera una peste. No olviden que aunque A-Xian haya desertado de Yunmeng sigue siendo su superior. No olviden que, aunque me haya casado con un Jin, sigo siendo Jiang Yanli de Yunmeng y A-Cheng, su líder, es mi hermano y hermano de A-Xian. ¡¿Cómo se atreven?!

»Quien se meta con nuestra familia, se mete con nosotros.

Allí estaban los ojos de fuego de Jiang Yanli.

Los mismos ojos que los de su hijo.

Muchas veces a lo largo de los años se preguntó si los resultados de la infame batalla en la Ciudad sin Noche hubieran sido distintos si su hermana portara a Zidian antes de lanzarse a esa horda de cadáveres feroces y espadas manchadas de sangre. También, durante muchos años cuestionó a Jiang Yanli el hecho de haber ido sola y desarmada, dejando a su hijo recién nacido detrás, caminando hacia una muerte casi segura.

Madame JiangWhere stories live. Discover now