Grietas

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    ¡¿Rodrigo?! Ooh... cielos, te soñé una vez más, cariño. Perdoname, no pude evitar girar hacia la izquierda y derramar una lagrima de tristeza al ver el vacío de tú ausencia, postrado en un gran agujero en nuestra vieja cama, ja! Solías ser un dormilón y la prueba de ello yace justo aquí al lado mío donde se supone que deberías estar. Prometiste estar conmigo todo el resto de tú vida y sos muy bueno cumpliendo promesas.

Suelo olvidar muchas cosas, no me culpes, eh! vivir 78 años no es comida de trompudo jajaja, ésta frase solía ser dicha por mi esposo Rodrigo quien fue y seguirá siendo mi sustento para mantener la cordura, el recordarlo hace que las otras pequeñas cosas como alimentar al gato o regar las plantas vengan a mi cabeza, sin embargo hacerlas sin su presencia hace que mi corazón se agriete aún más, lo cual es un problema debido a que está en ruinas desde su partida.

Algo que recuerdo muy bien fue cuando lo conocí, de joven fui alguien que simplemente se dejaba llevar por la corriente, al parecer mi vida era un lago, no tenía movimiento alguno ya que mis decisiones al azar no me apasionaban en absoluto, hasta una noche fría de octubre en la que decidí salir a caminar por ahí y lo vi, estaba observando el cielo y apuntado las estrellas con la emoción de un niño de cinco años, eso me llamó mucho la atención y algo me impulsó a sentarme junto a él y lo primero que me dijo fue "Andrómeda" y yo solo pregunté ¿a qué te referís? Su respuesta fue "me recordas a esa constelación" lo cual me pareció muy raro, así que se lo dije, él solo rio y dijo lo sé, deberías conocerme mejor para que sepas porque lo soy y porque le pertenezco al cosmos, intrigada decidí quedarme hablando con él, robó toda mi noche en un minuto.

Típico, ¿no es así? Conoces un chico y te dice que te invita a un café y eventualmente se frecuentan y se enamoran, pues no fue así con nosotros. Rodrigo me capturó totalmente la misma noche que lo conocí, sentí que sus ojos oscuros como el carbón ardían dentro de mi haciéndome querer besarlo hasta me ardiera la puta cara, cosa que jamás había sentido antes con alguien más, antes que yo pudiera hacer algo Rodrigo ya me estaba besando, era de los que no perdían el tiempo jajaja, amaba eso de él... ¡aahg! Estos dolores de corazón son solo culpa tuya, Rodrigo.

En fin, decidimos casarnos pronto, día que no olvidaré porque esa noche me confesó porque me dijo Andrómeda, "me ataste con tu mirada la cual me hace viajar más allá de las estrellas" dijo él, esas palabras retumbaron en mi alma provocando que ésta quisiera salir de mi cuerpo y fundirse hasta ser una con la de él, ¿no has sentido eso? Pues no sabes que es enamorarse... ¡aaahg! creo que estas ruinas que hay en lugar de corazón colapsan cada vez más.

El día que te fuiste aún tenías ese hermoso brillo en tus oscuros ojos, Rodrigo y jamás olvidaré tus últimas palabras "sigue sonriendo para mí, sin ninguna lágrima de tristeza en esos bellos ojos", ¡idiota! Me pedís mucho le contesté y ambos reímos levemente, sostuve su mano y se fue sin más.

Ahora mi mirada se torna borrosa y mi pecho está en llamas, siento mi cuerpo ligero cual sí fuera pluma balanceándose en cálidos vientos, pero más allá de una sensación corpórea es algo que no tiene nombre en este plano terrenal, creo que eso no importa más, yo solo espero verte siendo uno con el cosmos, querido. 

GrietasWhere stories live. Discover now