- La bestia de abajo -

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La bestia de abajo (parte 1)

Amy estaba flotando en el espacio en pijama. Su cabello y ropa se movían por la gravedad. Si no fuera porque el Doctor estaba agarrandola del tobillo, ella se habría ido volando.

-Vamos Pond -apremió el hombre trayendola de vuelta a la Tardis, haciendo que se riera mientras se agarraba a él-. ¿Ahora me crees?

-De acuerdo, tu caseta es una nave espacial. Es realmente una nave espacial. ¡Estamos en el espacio! -gritó a pleno pulmón-. ¿Por qué respiramos?

-Extendí la cápsula de aire... estamos bien -aclaró el Doctor sonriendo cuando Katherine se colocó a su lado. Este se inclinó levemente y besó la frente de la castaña.

-Ahora, eso es interesante -murmuró Katherine al ver lo que había debajo de la Tardis. Era una enorme nave, una enorme nave que llevaba una ciudad encima.

-Siglo 29. Erupciones solares rostizan la Tierra -explicó el Señor del Tiempo volviendo a la consola-, y toda la raza humana hace sus maletas y se va hasta que el clima mejore. Naciones enteras...

-Doctor -llamó Amy, aunque no le escuchó.

-...migrando a las estrellas.

-Doctor.

-¿No es eso asombroso?

"Doctor"

La llamada de su esposa por la mente hizo que se diera la vuelta para mirarla. Amy estaba a punto de salir volando por la puerta de la Tardis, lo único que se lo impedía era porque Katherine estaba agarrandola.

-Traela de vuelta, Kathy. He encontrado una nave espacial para nosotros -pidió, logrando que la nombrada rodará los ojos antes de meter a la joven dentro de la nave. Las dos se colocaron frente a una pantalla redonda que había en la pared donde se veía la ciudad de cerca-. Este es el Reino Unido de Britania e Irlanda del Norte. Todo, unido y flotando en el cielo. Nave estelar RU. Es Bretaña, pero de metal. Eso no es sólo una nave... es una idea. Eso es todo un país, viviendo, riendo y... de compras -añadió sin saber qué decir.

-Buscando en las estrellas un nuevo hogar -murmuró Katherine de forma soñadora.

-¿Podemos salir a ver? -pidió Amy.

-Por supuesto que podemos, pero primero, una cosa -avisó el Doctor caminando de vuelta a la consola.

-¿Una cosa? -cuestionó la pelirroja confundida.

-Una cosa importante. De hecho, la cosa uno -sacó una lupa colocandola frente su ojo-, sólo somos observadores. Esa es la única regla a la que siempre nos apegamos en nuestros viajes. Nunca nos involucramos en los asuntos de otras personas u otros planetas.

Katherine alzó una ceja mirándolo con los brazos cruzados en su pecho.

-Nunca hemos cumplido esa regla -murmuró.

-Eso es interesante -intentó desviar la atención el hombre mirando de vuelta a la imagen de la consola. Era la de una niña pequeña llorando.

-Entonces somos como un documental de vida salvaje, ¿sí? Porque si ven a un cachorro herido o algo, no lo pueden salvar simplemente. Tienen que seguir grabando y dejarlo morir -comentó Amy comprendiendolo bastante rápido. Aunque su voz descendió un poco-. Eso tiene que ser duro. No creo que pudiera hacer eso. ¿No encontráis difícil... ser todo... desinteresados y fríos?

Se quedó en silencio antes de notar en la imagen que el Doctor se había acercado a la niña y estaba intentando hablar con ella.

Katherine sonrió al verlo mientras que Amy lo observaba extrañada.

¡Gerónimo mi querida Katherine! (11° Doctor y Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora