Su madre únicamente había dejado un espejo, de aquellos que son considerados antigüedades, reliquias del tiempo. Jisung no le tomaría importancia si no fuera por que cada noche cuando pasa frente a ese objeto voces lo llaman y a veces podía ver en e...
En este fic jaemin esta rubio como en los soribada pero es que no me resistí a poner esta foto de él era Go 😔
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Jisung ya empezaba a considerar mudarse de apartamento, no, no estaba siendo paranoico (tal vez un poco) pero era una decisión basada en que simplemente ya no se sentía comodo ahí.
El reloj antiguo marcaba las dos de la mañana, no podía reconciliar el sueño y tenia miedo de que si iba a su cuarto pasaría lo mismo de la otra vez, tampoco podía llamar a Kun por que estaba en su turno nocturno.
El pendulo se movía agraciado de izquierda a derecha, dos manecillas de reloj quietas mientras que una tercera seguía el ritmo de los segundos.
Sus hebras castañas estaban desordenadas, sus manos usualmente calientes ahora heladas, el silencio de la noche reinaba y la soledad lo acompañaba.
¿Estaba realmente solo?
Esa pregunta sería fácil de responder si no fuera por el infierno que fueron los últimos días y la velada actual.
Tal vez debería llamar a su hermano, no estaban en buenos términos pero la familia está ahí cuando lo necesitas ¿cierto?
El aire escapo de sus labios en un suspiro cansado, no sabía que hacer, tales horas de la madruga lo atormentaban.
Dejo caer su cabeza en el respaldo del sofá, el techo incoloro con rayos dorados en el centro gracias a la bombilla encendida, tal vez si se quedaba así el tiempo pasaría más rápido.
Su vista viajó más allá, atrapando un poco la imagen de la pared a su espalda, una sensación fría recorrió su espina dorsal causando que se enderezara y volteara.
La causa de su ataque de pánico aquella noche estaba ahí, de pie frente a él, sonriendo igual que antes.
Agradeció silenciosamente que el sofá los separaba, por que Jisung no quería volver a sentir las manos de él en su cuello otra vez.
Y aún cuando no estaba cerca del rubio, los pulmones de Park ya empezaban a parar de recibir oxígeno, sus manos buscaban su celular desesperadamente.
El aparato que una vez estaba a su lado ahora estaban en manos ajenas, la pantalla en negro reflejaba perfectamente la expresión de terror en el rostro del castaño.
Dio un paso hacía atrás cuando vio que la figura frente suyo rodeaba el sofá.
Cada paso que daba se sentía como un detonante, el miedo recorriendo su sangre y el dolor de no poder respirar como se debe pasando por su mente.
Un par de dedos rozaron su muñeca en un intento de atraparlo, pero Park retrocedió más.
Los focos que alguna vez le dieron seguridad con su luz ahora empeoraban su estado parpadeando, porque cada que la oscuridad llenaba la habitación por unos segundos el otro se acercaba a él.
Como pudo vio a sus alrededores buscando por algo, cualquier cosa que lo ayudara a defenderse si lo peor llegara a pasar, puede que Jisung no sea atlético pero definitivamente irse sin pelear no era una opción.
O eso se decía a si mismo, por que incluso con la adrenalina inundando tu sistema, tus miedos siempre te retendrán de alguna forma, y el menor tenía muchos de ellos en ese momento.
Miedo a ser lastimado.
Miedo a no volver a Kun.
Miedo a reunirse con su madre en donde quiera que su alma reside.
El negro inundo la habitación, así como en todo ese silencio Park solo percibía los latidos de su corazón, bombeando la sangre más rápido.
Cuando la mano del rubio se colocó en su cuello, el reloj se detuvo y el espejo que antes contenía una copia de si, a partir de ese momento, solo era trozos de cristal que no podían producir la imagen completa.