Capítulo 31. La blonde, le bisou et le froid.

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Después de sumar otra semana intensa de rodaje un grupito de compañeras habían quedado para cenar el sábado: Paula, Carol, Angy, Júlia y las dos Lucías, Lucía Martín (Lucía.M) y Lucía de la Fuente (Lucía.F).

Escogieron un pequeño restaurante del centro de Madrid muy acogedor que se caracterizaba por tener a modo de decoración réplicas de grandes cuadros de la historia del arte como por ejemplo El Beso de Gustav Klimt y una gran variedad de vinos en su carta. 

Habían quedado a las nueve en la puerta del restaurante y mientras Lucía.M y Carol esperaban fumando en la puerta a que llegara Paula las demás entraron para ir cogiendo mesa.

- Yo no sé cómo se lo monta pero siempre llega tarde esta mujer -dijo Lucía.M dándole una calada al cigarro.

- Bueno son y diez, no pasa nada -contestó Carol.

- Es que siempre se lía con tonterías, está en su mundo y... -resopló.

- Pero, ¿le pasa algo?, ¿está bien? -preguntó Carol mientras expulsaba el humo del cigarro entre sus labios.

- Eeeeee pero, ¿cómo sueltas así el humo del cigarro?, madre mía hija qué cosa más pornosa verte fumar, no me había fijado nunca -dijo abriendo la boca.

- ¡Qué va!, ¡ay calla! -rió escandalosa.

- ...pues la Pauli no, que yo sepa no le pasa nada, a ver, a veces está así un poco de bajona por lo del ex pero vamos, que está bien...si seguramente se habrá entretenido cantando en la ducha o algo.

- Ah bueno...es que ayer la noté un poco rara -dijo Carol pensativa.

- ¿Más de lo que ya es? -rió.

- A ver -rió también-, es que ayer por la tarde, antes de irnos a casa habíamos quedado en su camerino para ensayar una secuencia que tenemos la semana que viene y entré y como no había nadie pues me senté en el sofá a esperarla.

- ¿Y qué pasó?, ¿no fue?

- Sí, no, o sea, a ver...yo estaba allí y de repente entra y me mira como con cara de susto y me pregunta que qué hago en el sofá -rió.

- Mmmm -dijo Lucía.M acariciándose la barbilla pensativa.

- Y le digo pues esperarte, que habíamos quedado para ensayar.

- Y no se acordaba.

- No -contestó entre risas-, pero bueno que con el lío que llevamos me parece hasta normal...si al final ensayamos y todo, lo que pasa que estaba rarísima, no sé...algo le pasaba...como que no estaba concentrada en la secuencia, ¿sabes?, físicamente estaba allí pero mentalmente no.

- Qué raro...¿y no le preguntaste qué coño le pasaba? -dijo apagando el cigarro en el cenicero junto a la puerta.

- Sí, claro, pero me dijo que es que estaba cansada y como era última hora ya solo pensaba en irse a casa bla bla...yo que sé -dio otra calada al cigarro. Y luego también que no sé qué le pasaba con el sofá -volvió a reír.

- ¿El sofá? 

- Sí, como que no quería que nos acercáramos a él no sé por qué -puso cara de no entender nada. Primero cuando llegó le dije pues ven, siéntate aquí conmigo y le damos...y me dice no, mejor levántate y lo hacemos de pie...y yo bueno, pues nada, como quieras. Y luego conforme íbamos avanzando en la secuencia y nos íbamos moviendo un poco por el camerino y a veces teníamos que sentarnos y tal...¡pues que no le daba la gana de acercarse al sofá, ni sentarse, ni nada! -volvió a reír.

Lucía.M rió para sus adentros.

- No quería acercarse al sofá, ¿eh?, pues vaya... 

- No, no sé.

Juego de rolesOù les histoires vivent. Découvrez maintenant