ＨＥＤＹ -Ｎｕｍｂｅｒ Ｆｉｖｅ

O1

Nunca me considere una persona normal, pero vamos, ¿Quien en su sano juicio se consideraría normal teniendo poderes desde nacimiento? Nadie, tal vez por eso, mis hermanos y yo nos alejamos de papá, no por que lo odiáramos, más bien por que, por un momento, queríamos sentirnos normales, como los demás.

Cada uno tomo su rumbo, uno por uno, nos fuimos yendo de la casa. No lo soportábamos, no soportábamos sentirnos como simples experimentos, o ratas de laboratorio, en mi caso.

Cuando yo me fuí, lo primero que hice fue tomar mis ahorros de años y tomar el primer vuelo hacía Londres; la cuidad donde cumpliría mis sueños de convertirme en patinadora artística. Un par de años de esfuerzo y me convertí en la primera patinadora en lograr hacer un triple axel sin practicarlo antes. Gane un poco más fama gracias a eso, a ser una patinadora artística, no Hedy Hargreeves, una superheroina.

—Bien— Addy suspiro a mi lado mirando a la multitud de personas a la espera—. Tengo fe en ti. Sabes toda la coreografía, la música ya esta lista, tus patines bien puestos, ninguna arruga en tu vestuario...— tome a la mujer por los hombros cuando comenzó a hablar con rapidez

—Addy, esta todo perfecto, nada puede salir mal— la rubia asintió, me incline un poco quitando los protectores a mis patines

—A continuación— se escucho por las bocinas de la pista—; Hedy Hargreeves...

Me adentre a la pista con un sonrisa mientras extendía mis brazos a los lados como "reverencia". El publico aplaudía con fuerza, incluso algunos gritaban. Me coloque en medio de la pista en posición para empezar. Cuando todo estuvo en silencio, la música clásica que escogí comenzó a sonar por el lugar, y sin más comencé con la coreografía.

Todo iba perfecto, mis saltos, mis giros, todo. Segundos antes de que hiciera un triple axel, murmullos se empezaron a escuchar por parte del publico, de reojo observaba como algunos miraban las pantallas de su celulares y después me observaban a mi. Cuando brinque tratando de hacer el triple axel, la voz de un hombre en la multitud me distrajo por completo.

—¡Reginald Hargreeves ha muerto!

Cuando trate de terminar el salto y caer de pie, me resbale golpeándome con fuerza mi cadera y mi rodilla derecha. Pero no me importo el dolor que sentía en ese momento. Simplemente observaba el hielo con la mirada perdida en algún punto mientras lo único que escuchaba era los latidos de mi corazón en mis oídos.

Logre distinguir a Addy y al algunas personas más acercarse a mi con rapidez. Me hablaban, pero era imposible escucharlos teniendo en cuenta que estaba completamente perdida. Todo comenzó a verse en cámara lenta, como Addy y otro hombre me tomaban por los brazos para sacarme de la pista.

Después de muchos años, volví a sentirme perdida.