Oh Marcus.

Rayita había tenido la oportunidad de volver a verlo en varias ocasiones, sin embargo no había podido hablarle en ningún momento.

¿Tres meses? ¿Cuatro?
Independientemente del tiempo que llevará conociendo al amor de su vida, conocía bastante bien el trasfondo de sus nuevos amigos y su enamorado. Aprendió que Claire y Marcus fueron a clases de baile y luego de karate cuando eran menores, que Daniel quería estudiar ingeniería en informática y que Nick no sabía cocinar.

Disfrutaba ir a estudiar a las casas de sus amigos y amaba especialmente la casa de Claire. Era ahí donde aprendía más sobre ellos. El ambiente siempre adquiría un tono más privado y hablaban de cosas más interesantes que los logaritmos.
Sabía que no era su imaginación el entorno formado, porque notaba un comportamiento más delicado de parte de Nick y en algunas ocasiones por parte de Daniel, aunque este último no representaba una prueba consistente ya que parecía tener algún tipo de crush por Claire y el cambio en su comportamiento podría deberse más a eso que al entorno creado.
De cualquier forma, verbalizándolo o no, la casa de Claire era por lo menos interesante.

Interesante también era la personalidad de Nick, que para desgracia de nuestra protagonista, no causaba más que confusiones en su cabeza. Sonreía tan dulcemente y tenía un comportamiento más bien inclinado a lo nervioso, se preocupaba de los pequeños detalles y era en general una persona amable, medianamente introvertida.

A este punto Rayita dudaba de su futuro, ¿quien estaba el destinado a ella?, ¿sería el guapo y misterioso Marcus? ¿o era acaso el dulce y ya conocido Nick?
Rayita estaba convencida del amor de Nick le profesaba pero no tenía idea si Marcus sabía de su existencia. Era una decisión difícil.

Camino por los pasillos de su escuela dirigiéndose a su siguiente clase cuando vio a su archi-enemiga, tan sonriente y cínica. No habían interactuando ni una sola vez. Ni una. Esa mujer era seguramente egocéntrica que no la había tomado en serio, ¿cómo se atrevía?

Fue cuando pensaba en ello que se sintió caer junto con sus libros. Levantó la mirada molesta para encontrarse con la mejor imagen que pudo haber imaginado.

—¡Oh! Lo siento, venía distraído y no te vi. — dijo Marcus (oh Marcus) estirando su mano hacia ella.

Rayita se tomó un momento en procesar lo que estaba pasando antes de tomar sus libros en un brazo y con el otro tomar la mano del amor de su vida.

Tan hermoso.

Tan perfecto.

Y tan fugaz. Porque en cuanto ella se puso de pie y le dio las gracias, él se retiró, tan sólo asintiendo como respuesta.

¿Qué fue eso? ¿Donde estuvo el coqueteo? ¿Donde quedaron las miradas cómplices? ¿No se suponía que él le ofrecería una invitación para tomar algo después de clases?

Suspiro molesta a la vez que el timbre sonaba y se encaminó a sus clases de historia. Al llegar se encontró a un Nick nervioso que le sonrió dulcemente.

"Oh, ¿será que estará pensando en confesarme su amor?"

—Hey...— empezó él.

"Oh no, ¿que le digo? Aún no puedo corresponderlo, ¿cómo lo rechazo sin causarle daño? ¿Debo decirle qué hay alguien más? Quizá eso lo hiera demasiado profundo... Pero no quiero darle falsas esperanzas. ¿Que debo de...?"

RayitaWhere stories live. Discover now