Aviso: Esto no es serio. Tomé tópicos de rayita e intento ridiculizarlos.

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Con su cabello castaño casi pelirrojo y su piel clara sin ningún tipo de peca o lunar, Carla Rayen no decía considerarse bonita. De hecho, cada vez que alguien la halagaba por su físico, Rayita insistía en tener una cara muy promedio y que era mejor no esforzarse con las apariencias.
El día que llego a la que sería su nueva casa, sin embargo, utilizó ropas tan pulcras que sabía cualquiera sería deslumbrado. Era un día soleado y en una semana, con el fin del verano comenzarían las clases.
Bajó del auto de su padre trayendo consigo una pequeña bolsa donde llevaba cosas indispensables para su vida diaria. Esperando tiempo fuera del carro observó como un chico salía de una casa cercana y sonriendo se acercaba a ella y su familia.
El chico era lindo y a pesar de su expresión infantil, podía decirse que era guapo. No muy alto, delgado, de cabello café claro, casi rubio y con pequeñas pecas decorando su cara . Rayita se preguntó si sus pecas se esparcían por todo su cuerpo y con una sonrisa escuchó al chico presentarse.

Su nombre era Nicolás y vivía, tal y como Rayita lo había notado, a unas pocas casas. Según dijo, su familia sabía que alguien nuevo se mudaría y al ver el camión de mudanzas, él decidió ir a saludar.

El inicio de una nueva vida, ¿qué papel jugaría Nick en ella? Quizá fuera solo un conocido. O su amigo nerd que la ayudaría en los trabajos. O su vecino amigable, a quien llegaría a considerar un hermano mientras él estaba intensa y secretamente enamorado de ella. O quizá sería su mejor amigo gay. De hecho ella esperaba que fuese su mejor amigo gay.

—Un gusto conocerte Carla—sonrió — Espero que un día de estos volvamos a hablar— se fue.

Y con ello, Rayita lo supo. El iba a estar totalmente enamorado de ella.
A Rayita le peso mal. No era su intención romper el frágil corazón de ese dulce chico. Quizá, con el pasar de los días podría desarrollar un enamoramiento hacia él. Quizá era una de esas historias donde terminaría siendo pareja del chico que conoció primero y con quien sería más cercana.

Llegó el primer día de clases y usando unos jeans negros y una blusa blanca salió del auto de su padre. Afortunadamente se encontró a Nick en la entrada. Él la saludo cordialmente y se ofreció a acompañarla por su horario y más tarde mostrarle las instalaciones escolares.
Rayita sonrió al comparar los horarios y encontrar algunas similitudes. Se sorprendió al ver las clases avanzadas que tenía el chico.

—Me gusta leer— fue lo único que dijo.

Las clases de literatura, historia y matemáticas fueron las que tomaron lugar antes del receso. Receso en el cual agradeció a su nuevo amigo por mostrarle cada lugar de la escuela.

Había una sala de música y Rayita descubrió que Nick sabía tocar el piano y aunque ella insistió en que le hiciese una demostración (donde ella podría sorprenderlo con su canto) el chico prefirió guardar ello para después.

Al acabar rápido, se dirigieron a la cafetería. Rayita le pregunto si conocía a la gente de las mesas. Nicolás dijo que a pesar de hablar con unas pocas, podía ubicar a una buena parte de los que se encontraban ahí.

Rayita por fin conocería el escenario donde tomaría lugar una parte de su vida por los próximos años. Conocería los grupos sociales que se formaban en ese lugar y tomaría parte en tal sistema. No podía esperar a vivir su propia película de amor adolescente.

Y entonces vio una mesa llena de chicas, algunas de las utilizando un uniforme de porristas. Y supo que ahí se debía encontrar la que sería su rival escolar. Prestó mucha atención al comportamiento de las chicas y se dio cuenta que cada tanto volteaban a ver a una de ellas. Ella debía ser. Oh, ya se imaginaba su malvado carácter. Debía ser una completa bully. Por la forma en que las otras chicas buscaban su aprobación, debía tener poder dentro de esa escuela. Tenía sentido. Era bonita y su ropa y pulseras mostraban que tenía dinero. ¿Una hija mimada de padres millonarios? Probablemente.

—Mmm, Nick, ¿quién es ella?

Nicolás volteó sutilmente mientras obtenía su comida.

—Supongo que te refieres a Charlotte... Pues eso, es Charlotte, es porrista.

Rayita miró con disimulado odio el rubio y ondulado cabello que tenía la sonriente chica en la mesa lejana. Su piel tomaba un tono rosado en la mejillas y nariz pero claro en el resto de su cuerpo. Desde tan lejos no podía estar segura pero sus ojos parecían oscuros, seguramente al igual que su alma.
A la izquierda tenía a una chica de baja estatura, con ojos muy grandes y claros. Su cabello eran  rizos rubios que le llegaban al pecho y su piel parecía adquirir un tono naranjoso.
A su derecha estaba una chica con cabello negro y lacio, piel más morena, con ojos oscuros y una gran sonrisa en su cara.
Debían ser sus aliadas del mal, de otra forma, no estarían tan cerca de ella.

Se dirigieron a una mesa donde estaban un chico y una chica. Nick los había saludado desde lejos y cuando se acercaron lo suficiente para sentarse, se dió la presentación.

—Hey, ella es Carla... ¿O prefieres que te llamen Rayen?—se interrumpió a sí mismo el rubio.

—Rayen está bien.

—Está bien. Ella es Rayen y es nueva. Se acaba de mudar y vive cerca de mi casa, estoy seguro de que se llevará muy bien con nosotros—sonrió.

La chica la miró diciendo un "hey" y mostrando una sonrisa. Su cabello era corto y negro. En su cara resaltaban sus ojos adornados por largas pestañas y una cantidad inmensa de lunares de esparcían visiblemente por toda su piel sin llegar a hacer un gran contraste por la tonalidad oscura que tenía esta.

—Un gusto— dijo el otro chico acomodando sus lentes— Ella es Claire y yo soy Daniel. Puedes decirme Dani.

Rayita les sonrió y les hizo algunas preguntas en relación a su vida. Supo que Nick tenía un hermano y una hermana menor, mellizos. Claire le contó sobre sus proyectos artísticos que incluían de forma destacada la pintura y la fotografía.
Rayita no pudo encontrar algo muy destacable de Daniel. Supo que le gustaba leer al igual que Nick y que apreciaba y daba su mayor esfuerzo en el dibujo, inspirado por Claire.

La relación que mantenían estos tres resultó difícil de descifrar para Rayita. Daniel era bastante amigable con Claire, pero no sabía si lo suficiente para considerar que tenían una relación más allá de la amistad. Nick reía mucho, más que cualquier otro y eso lo considero como un aspecto tierno. Si se casaban, seguramente cuidaría muy bien a sus hijos.

Parecía que el tiempo de receso estaba a punto de terminar cuando a la mesa se acercó un chico con rasgos muy similares a Claire: la misma piel oscura, los ojos grandes, el cabello negro rizado y los lunares en su piel. No era lindo, era guapo.

Sintió cómo los chicos de la mesa se tensaban ante la mirada seria del recién llegado. Especialmente a Nick.

El chico intercambio varias palabras con Claire, pero Rayen en su ensimismamiento no les prestó atención.
Claire sacó una libreta de su bolsa y se la entregó al chico que se alejó con rapidez.

—Mi hermano, Marcus. Es un buen tipo, quizá algo duro—dijo Claire dirigiéndose a Rayita.

Y Rayita supo que el triste destino de Nick se limitaría a se su cercano amigo, casi hermano. Porque Marcus, el hermano de Claire (que bien podría convertirse en su mejor amiga) era el amor de su vida.

RayitaWhere stories live. Discover now