Oh Marcus. Incluso su nombre sonaba rudo, "Consagrado a Marte". Era tan guapo, con su cabello rizado y sus ojos grandes. Rayita estaba segura de su futuro; Marcus era su futuro. Llegaría a conocerlo, aliviaría los miedos y traumas que seguro tenía y sería su novia, después de casarían.
Ahora se sentía mal por Nick.
Él estaba tan profundamente enamorado de ella. Él, con su estatura promedio y cara de niño. Con sus pestañas largas y su tierna risa.
Una tragedia.

A lo largo de la semana, Rayita buscó hacerse una buena amiga de Claire, no solo por ser hermana de su verdadero amor, sino porque ella debía ser su mejor amiga. Tan artística y liberal. Ese era su rol.

Sin embargo, Claire no parecía mostrarse tan abierta como ella. No le había contado muchas cosas importantes de su vida ¡incluso llevando una semana de conocidas!
Ese no era el único problema. Charlotte, su archienemiga, no se había dignado a hacer una presentación ante ella. Eso era ofensivo.

El único que coincidía con sus expectativas era Nick: introvertido, dulce, algo nerd. Había ido a su casa a llevarle un "pay de bienvenida" y sus hermanos lo habían acompañado. Los mellizos eran muy parecidos a él, incluso compartían la característica sonrisa.

Después de dos poco entretenidas semanas, su vida pareció iluminarse. Una maestra le pidió ir por algunos libros y Rayita sabía que el camino que debía tomar era el mismo que Marcus hacía a esas horas del día moviendose desde matemáticas a historia. Si cubría una parte de su cara cargando los libros alto, podría accidentalmente chocar con él. Solo hacía falta esperar el momento perfecto.

Lo vio pasar distraído con su teléfono y cuando fue tiempo, comenzó a dar pasos largos hacia delante. Estaba lista para el impacto cuando él, lleno de gracia la esquivó con una vuelta.
¡Eso era tan injusto! ¿En qué había fallado su plan. Pensó en tropezarse de todas formas, pues él se vería obligado a acercarse a ayudarla, pero cuando esa idea pasó por su mente, él ya había desaparecido en el pasillo.

Estaba indignada, ninguno de sus planes había tenido efecto. Llegó la hora de el almuerzo y con una sonrisa cansada se dirigió a la mesa en la que siempre se sentaba. Lanzó una disimulada mirada de odio a su enemiga y se concentró en su comida.

Sus amigos empezaron a conversar y Rayita participaba ocasionalmente.
En algún momento Claire mencionó una película vieja que resultó desconocida para el resto de integrantes en la mesa.

—No acepto esta falta de cultura. ¡Hay que verla! ¿Cuando están libres?

—Hmm, probablemente el viernes—respondió Nick en voz baja.

Daniel y Rayita mencionar estar libres en cualquier momento y al final del receso, tenían programado ver películas en casa de Claire después de comer.
Entonces Rayita se sintió llena de energía de nuevo. Iría a la casa de Marcus, su futuro esposo. Esto no podía ser mejor. Por fin el universo le regresaba lo que se le había quitado antes.

Más temprano que tarde llegó el viernes y con ello, la emoción de Rayita se disparó. Apenas y prestó atención en sus clases, esperando que de alguna forma se pasaran más rápido. Salió apresurada de la escuela e inmediatamente después de llegar a su casa decidió qué ropa llevaría. Comió rápido e impacientemente esperó a que llegara la hora acordada. Iría caminando con Nick pues la casa de Claire no quedaba tan lejos.

Se despidió de sus padres y se reunió con Nick.
Tras una caminata de veinte minutos, acompañada de una agradable conversación y algunas risas, llegaron a la casa de Claire.
Rayita imaginaba un perfecto escenario, donde Marcus iría a abrir la puerta y se mirarían sabiendo que eran almas gemelas.
Pero Claire abrió la puerta. Daniel ya estaba dentro de la casa.

Con la mirada, buscó a Marcus sin verlo en ningún lado. Suspiró y decidió pasar un buen momento con sus amigos.

La película era de terror y Rayita la estaba odiando. Claire y Daniel parecían fascinados con cada escena mientras que Nick se movía sorprendido (o quizá asustado) de vez en cuando. No lo podía culpar, quizá si ella estuviese prestando atención a la película estaría igual, simplemente no podía concentrarse, ni al estar en una habitación que era tan constantemente concurrida por el amor de su vida.
Estaba tan distraída que no se dio cuenta de los pasos bajando las escaleras y solo supo que alguien les había saludado cuando Nick saltó asustado en su lugar para luego de soltar un suspiro, voltearse y saludar de regreso.

Ahí estaba.
El amor de su vida.
Marcus.

—¡Hasta que te apareces!— soltó Claire pausando la película y volteando a ver a su hermano.
Daniel estaba con la expresión simpática que siempre llevaba, Nick parecía seguir medianamente agitado por la película y Claire miraba risueña a su hermano. Mientras tanto, Rayita hacia su mayor esfuerzo por mantenerse atenta a la conversación, cosa complicada para la chica.
"Él es perfecto... Tan guapo. Seguramente es muy amable."

Claire volteó a ver a sus amigos para luego regresar a su hermano y seguir hablando.

—¿Quieres unirte?
—¿Que película ven?

"Oh, ¡su voz!"

Claire convenció a su hermano y este fue a sentarse. Entre Claire y Nick.

"Tan cerca pero tan lejos"

Suspiró por lo bajo, intentando ponerse al tanto de la película y mirando de vez en cuando a Marcus.

Ah, Marcus. No parecía lo más mínimamente asustado, ¡oh! ¡Tan valiente! ¡Tan guapo!

Nick en cambio estaba temblando. De alguna forma, llegaba a ser tierno de ver. Sin embargo, su atención no se quedaba en sus manos temblorosas ni en sus ojos asustados. Marcus reía dulcemente de Nick mientras lo tranquilizaba.

Ah, Marcus. Tan amable. Tan valiente. Tan dulce.  Estaba tan feliz de que él fuera su futuro esposo.

RayitaWhere stories live. Discover now