Cap. 05: Nombre verdadero

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Una sola gota cayó desde el cielo, causando que ondas se esparcieran en el espacio y que éste ondulara como el agua.

Estaba oscuro.

¡...! ¡No puedo moverme!

Era como si mi alma hubiera sido sacada de mi cuerpo y flotara a la deriva, pero aún conservará todos mis sentidos.

—¡¿Q-Qué diablos pasó?!

Mi último recuerdo era haberme metido a mi huevo y... luego mi conciencia se cortó. Me quedé dormido.

Entonces... ¿dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?

Una sensación de profundo temor a lo desconocido como nunca antes había sentido me asaltó, cuando de repente...

Todo se iluminó.

Por reflejo, cerré los ojos y después de unos segundos, logré ver el lugar dónde me encontraba. Sin embargo, lejos de darme respuestas, sólo me causó más confusión.

Llamarlo lugar no era del todo correcto, ya que para empezar, no había absolutamente nada. Quiero decir: lo que se suponía que era el suelo era de color negro, el techo era de color negro, las paredes eran de color negro y así no había nada más. Era como encontrarme en algún lugar en medio de la nada. Literalmente, como si estuviera flotando en el espacio exterior, sin estrella alguna.

...No podía explicarlo muy bien.

Nadando en el aire habían extraños patrones que nunca antes había visto, brillando con una tenue luz dorada. Parecían glifos de algún idioma, pero no pude entenderlos.

Y en medio de ese mar de caracteres, navegando a la deriva, se encontraba un trono dorado con líneas formando un patrón que, se iluminaba de un brillante color cian.

Sin embargo, eso no fue lo que llamó mi atención, sino la hermosa mujer que se encontraba sentada en el trono.

Sus rasgos eran tan refinados que, casi parecía como si Dios mismo los hubiera esculpido a mano.

Su cara, a pesar de ser prácticamente la de un bebé, transmitía un aura de madurez y sabiduría que, simplemente, ver tales cosas juntas hacía parecer la posibilidad una contradicción.

Su largo y hermoso cabello plateado brillaba de un tono perlado, y de su cabeza crecían dos largos y hermosos cuernos tan blancos que casi parecían adornados por estrellas. Era como si los mismos cuernos fueran una corona, proclamándola la reina de este lugar.

Pero no terminaba allí. Su cuerpo perfectamente proporcionado, estaba cubierto por un hermoso vestido blanco transparente que se ajustaba a su cuerpo y recorría sus curvas, permitiendo apreciar su maravillosa silueta, mientras se deshacía en el aire como si fuera algún tipo de ilusión.

Una diosa.

Esa fue la primera impresión que vino a mi mente cuando la vi.

—Todo está bien. No hay nada que temer. Por fin nos conocemos, princesa de los dragones.

Su voz era, como cabría esperar; tan dulce, suave y melodiosa qué, casi pude sentir mi cerebro derretirse y salir por mis oídos.

No, espera. Creo que acaba de decir algo realmente escandaloso justo ahora.

—¿Princesa de los dragones? Um, creo que te has equivocado de persona.

Sip. Así es como son las cosas. Aún si eres una diosa o lo que sea, no puedo simplemente aceptar de buenas a primeras que me digan algo como que "soy una princesa".

Renacido en otro mundo como la hija de un Dragón, ¿y qué?Where stories live. Discover now