Capítulo 3: Wild Horses

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Los ojos de Saint estaban puesto fijamente en el techo, su cuerpo se encontraba atrapado en los fuertes brazos de su raptor, Zee lo había arrastrado hacia esa casa donde tomaron un largo baño juntos, era la primera vez que tenía sexo en la ducha y fue un evento maravilloso, espléndida y bastante mojado.

El chico trató de incorporarse pero los quejidos escaparon de los labios del hombre por esa razón giró su rostro para acercarse a verificar si continuaba durmiendo, embrujado por aquella apacible vista se atrevió a permitir que sus dedos vagaron por el contorno del rostro, sus cejas eran negras, sus facciones masculinas, pero sin duda lo que más adoraba era el vello facial en su barbilla, la manzana de Adán era tan tentadora, cada rasgo en él era masculino y sexi.

—Me gustaría otra ronda pero me has dejado exhausto. — Una voz masculina escapó de los labios provocando que el menor se sorprendiera. — ¿No puedes dormir?

—Te pareces a un koala. — Le contestó con un puchero en los labios, el mayor levantó la ceja derecha cuestionando la situación. —Tus cejas negras, tu nariz y mejillas.

El mayor se inciporor un poco, sin dejar de aferrarse a la cintura desnuda del menor, le regaló una sonrisa y le robo un beso en los labios deseaba continuar conversando replicar el porque le decia parecerse a un Koala pero el cansancio se posó sobre sus párpados, volvió acomodarse en las cómodas almohadas con el chico recostado en su pecho, susurró unas cuantas palabras para volver a quedarse dormido. Saint emite una burlona sonrisa y cerró los ojos, poco a poco el cansancio también lo fue dominando pero el sonido de un mensaje arribando a su bandeja captó su atención.

Sin mucha fuerza se deshizo del agarre y se arrastró hacia donde estaba su pantalón, quizás era algún otro pícaro comentario de sus amigos, les había enviado un par de fotografías con Zee.

"Hemos ganado el partido y pasamos a la semifinal, me prometiste acompañarme. Te toca cumplir tu parte del trato. Espero que disfrutes el fin de semana con tus amigos. No olvides que te quiero. P"

Una nube pesada se posó en los hombros del menor quien llevó su vista al chico durmiendo en la cama, en los pequeños ronquidos escapando de su garganta, cada gesto en él le parecían lindos y encantadores, volvió sus ojos a ese mensaje, sus dedos presionaron la foto para expandir la imagen de dos chicos sonriendo. Cuando se hizo pareja de él lo amaba con locura, le encantaban sus rasgos infantiles, era más bajo que él y aun así le gustaba, le quería tanto que dejó pasar tantas cosas porque ante sus ojos él era perfecto.

"Felicidades, siempre he cumplido mis promesas. Descansa. "

Sus dedos se movían con la firme intención de escribir más palabras, alguna dulce que tratara de justificar su frialdad o quizá para sanar su infidelidad, una acción que lograra demostrar que poseía un poco de remordimiento por sus actos, cerró sus ojos y su cuerpo volvía a vibrar con los recuerdos de ese día, la manera que se entregó a Zee, su piel entrando a estado de ebullición por el continuo contacto, las embestidas, el enervante aroma desprendiendo de su masculina figura. Le embriaga esa sensación a tal grado de volverlo adicto. Un nuevo mensaje llegó.

"Saint Te amo. Yo no tengo dudas, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. "

Aquellas frases avivaron la llama en el interior del castaño, apretó fuertemente el móvil y sus dientes mordieron vorazmente su lengua a tal grado de causarle una herida, lanzó el teléfono sin escribir una respuesta. Saint regresó a la cama donde se aferró al cuerpo de Zee, hundió la nariz en su cuello. Ahora lo entendía todo, la maldita idea de la fiesta de compromiso fue suya, cada vez que trataba de revivir un poco la llama de lo que alguna vez fue su relación ese chico creaba una situación que le recordaba la razón porque dejó de amarlo.

Hidden DesiresWhere stories live. Discover now