CAPITULO XXIX

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Después de varios días de haber comprado la lencería con Sara, me armé de valor y decidí usarla, bueno, ya estaba preparada para pasar a la fase uno, dos y tres. Sara hablaba siempre de esta forma para no nombrar lo que sucedía en sí, esta chica era una maniaca de las historias cursis y románticas, claro, yo no puedo decir nada acerca de ello, pero también, lo era de las historias eróticas, así que siempre los clasificaba así: fase uno; besos, fase dos; caricias y fase tres; mmm bueno, entiendo por qué es que lo llama así, creo que, si es algo incómodo decirlo, bueno, ya todos saben de qué trata ¿no? En fin, sentí que ya estaba preparada para ello, así que me arme de valor, me duche y me puse la lencería, no negare que estaba nerviosa y a la vez carecía de confianza, preguntándome a cada momento ¿si se me veía bien?, ¿qué pasaba si en lugar de excitarlo lo asustaba o se burlaba de mí?, me encontraba insegura, siempre me puse pijamas de animales así que me sentía incomoda con esto.

Cuando llegue a la puerta de nuestra habitación comencé a dudar en entrar o no, me quede por varios minutos parada cerca de la puerta, reuní el valor suficiente y cuando entre sentí como la sangre se me subía a la cabeza, Shin se me quedaba viendo de pies a cabeza, no pude evitar avergonzarme, el chico no decía nada, ni si quería veía que se moviera, pero vamos, ya me había decidido así que no había marcha atrás, al ver que ese sujeto no se movía ni pensaba hacerlo tome la iniciativa así que, fui caminando lentamente hacia la cama, me recosté en ella acercando mi rostro al de Shin y lo bese, en ese momento mi cuerpo comenzó a sentir calor más de lo normal, tome una de sus manos y la coloque en mis pechos, Shin comenzó a mover su mano entre ambos pechos haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera, le bese de nuevo la boca, ambos permanecimos por varios minutos así, quería tener su cuerpo más cerca al mío, me coloque encima de él, mi respiración se estaba comenzando a agitar demasiado por la sensación que sentía en ese momento, Shin se levantó de la cama, al hacer esto no pude evitar comenzar a quitarle la playera, comencé a besarle los labios y asimismo a acariciarle el abdomen, el me quito el camisón y seguimos besándonos estaba tan extasiada que simplemente deje de pensar, solo sabía que mi cuerpo y todo mi ser estaba disfrutando ese momento cada vez más. Al ser besada en mi cuello, en mis pechos, en mi abdomen y en mis piernas, me deje llevar y comencé a acariciarle el cuerpo también, Shin me tomo por la cintura haciendo que me recostara en la cama colocándose encima de mí, sus caricias y sus besos comenzaron a ser más intensos haciendo que mi respiración se agitara aún más, de repente pregunto:

- ¿puedo llegar a la fase tres? -

Ya veo, Sara también le hablaba de esto.

Solamente le sonríe y le dije:

-hazlo despacio-

En ese momento no negare que sentí dolor, pero poco a poco eso se convirtió en placer, Shin se movía cada vez más despacio haciendo que yo comenzara a dar pequeños gemidos, no podía evitar hacerlo, mi cuerpo comenzó a estremecerse aún más, me levante de la cama y tome a Shin de los hombros haciendo que regresáramos a la posición del principio, abrí mis piernas y me coloque encima de él, comencé a moverme despacio, por alguna razón mis pechos querían ser tocados por el así que coloque sus manos en ellos haciendo que la sensación se intensificará cada vez más, no podía parar, sentía que en ese momento éramos uno solo en cuerpo y alma ¡ah! ¡así que esto es hacer el amor!, dándome cuenta cuan perfecta era todo, a pesar de que era un cielo nocturno falso en ese momento se sentía tan real, todo parecía tan maravilloso, recosté mi cabeza sobre su pecho, en ese momento no pude evitar decir –fue perfecto- también escuché que Shin lo dijo y ambos solo sonreímos quedándonos dormidos de esa manera.

A las seis de la mañana la alarma comenzó a sonar haciendo que ambos nos levantáramos, no hubo necesidad de decir nada, ambos solo nos veíamos y sonriamos como imbéciles, Shin se fue a duchar mientras yo arreglaba la casa, después de que Shin salió del baño comenzó a preparar el desayuno, mientras era mi turno de ducharme, cuando salí del baño ambos comenzamos a desayunar, solo nos veíamos y sonreímos, si, estábamos coqueteando, de pronto el timbre comenzó a sonar, cuando abrí la puerta me sorprendí al ver quien estaba tocando ya que, siempre suele llamar para avisar que vendrá a visitarnos y esa persona era nada más y nada menos que Sara, al verla no pude evitar sonreír ya que recordé lo que Shin había dicho anoche, no imagino en qué circunstancias le conto ese tipo de cosas, Sara entro y se sentó a desayunar con nosotros, al parecer se percató de nuestro coqueteo a lo cual sorprendida dijo:

-no me digan que ustedes dos lo hicieron por primera vez anoche-

Shin escupió el jugo que estaba tomando y yo comencé a atragantarme con la comida, veía a una Sara sorprendida, pero a la vez emocionada.

-así que realizaron la fase uno, dos y tres-

Era tan vergonzoso que no pude evitar ponerme como tomate, Shin estaba igual.

-quien de ustedes me contara todos los detalles de lo sucedido, no, mejor aún, quiero escuchar las dos versiones-

Shin le respondió:

- ¡oye! esto no es algo que debamos estar divulgándole a los demás, deja de molestar y sigue comiendo- llevándole un pan con mermelada a la boca, a pesar de ello Sara seguía hablando, pero esta vez no se le entendía que decía.

Shin se fue a su estudio, y yo me dirigí a la cafetería, creía que Sara se iría con el pero no fue así, se quedó conmigo haciéndome diferentes preguntas tan incomodas que no sabía qué diablos hacer, vamos chica, búscate un novio y vive la experiencia por ti misma, eso es lo que pensé. Después de que Sara al fin se calmó, prácticamente me estuvo molestando toda la mañana, comenzó a mover sus manos y pies para ayudarme en la cafetería. A la hora del almuerzo llegaron Jack, Ethan, Ren y Carter a la cafetería, Sara los vio entrar y fue emocionadísima a donde ellos estaban diciendo:

-saben, saben, saben, los dos tortolos tuvieron su primera experiencia anoche, realizaron de una sola vez las tres fases.

Ren y Carter se quedaron con la boca abierta mientras que Jack y Ethan comenzaron a reírse, los cuatro vieron en la dirección en la cual me encontraba, así que me avergoncé y simplemente salí de ahí. ¡No podía creer que Sara hiciera eso!, ¡qué demonios le pasa a esa chica!, como puede hablar así de fácil sobre la intimidad de otros, además, no entiendo cuál era la emoción si se supone que es algo normal en las parejas, y lo que no entendía era porque me estaba avergonzando cuando se supone que es normal que dos personas casadas hagan el amor, aunque claro, no todas iban por ahí diciéndole a todo el mundo lo que hicieron y menos aún que la hermana menor de tu esposo lo cuente.

Me arme de valor y fui a tomar la orden de esos cuatro ya que al parecer Sara no pensaba hacerlo, los cuatro se me quedaban viendo con ojos de que les contara lo sucedido era obvio, eso no pasaría ni en sus sueños, los fulmine con la mirada y de esa manera dejaron el tema en paz, después de algunos minutos, Matt apareció de la nada en el lugar, lo cual nos sorprendió a todos ya que por lo general no le da tiempo ni de respirar. Por alguna razón Ren y Carter le advirtieron a Sara que no fuera a decir nada acerca de lo que sabía, y Sara respondió con un -no soy tan estúpida para decírselo a él-. ¿Qué les pasa a estos tres? En fin, Matt se unió a la mesa donde se encontraban esos cuatro, claro estaba, a Jack y Ethan no les caía muy bien, no entendía bien por qué, ya que con Ren y Carter si se llevaban bien, después de haber tomado la orden de todos y de habérselas llevado, me uní a ellos y comenzamos a hablar de diferentes temas, bueno, había varios temas que abarcar ya que todos tenían diferentes trabajos. Era genial verlos a todos ahí reunidos comiendo lo que yo había preparado. Shin apareció disculpándose por la hora diciendo que no podía dejar de pintar en ese momento, lo cual me parecía un poco exagerado, ya que habían pasado quince minutos, por esos quince minutos de retraso parecía que el mundo se le iba a venir encima por tantas disculpas que decía. Después de que los chicos habían tomado café y comido un pedazo de pastel, a Sara se le ocurrió la gran idea de ir a cocinar a la casa y que comiéramos ahí. Fue maravilloso, tanto mis amigos como los amigos de Shin se estaban llevando bien, incluso Matt se estaba divirtiendo, era maravilloso disfrutar tanto la comida como las charlas triviales. De alguna u otra forma me hacía sentir como si fuéramos una familia. Quería que esos recuerdos maravillosos permanecieran conmigo para siempre.

LOS RECUERDOS QUE TENGO DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora