CAPITULO VI

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Después de varios días de haber quemado todo lo que me recordaba a Matt, bueno, no niego que aún me dolía, pero ese dolor se sentía más ligero ahora. Me presente en mi trabajo como de costumbre llevando mi día con normalidad. Hasta que sucedió esa tragedia, está bien, estoy exagerando, pero me sorprendió demasiado lo que vi en ese momento que termine rompiendo varios cristales, no sé por qué esas personas tenían algo como eso en sus manos, fue tan vergonzoso que no sabía dónde meter mi cara, uno de ellos se levantó de su asiento a ayudarme con lo que había tirado al piso, y me comenzó a dar explicaciones, pero en ese momento no estaba en mis cabales así que les dije que se deshicieran de esa pintura.

Para ser sincera me sentía culpable por lo que les había dicho a esos chicos, ya que después de todo fue mi culpa hacer ese espectáculo en un lugar donde cualquier persona podía verme, así esclareciendo mi mente, me di cuenta que el chico no tenía la culpa de lo que yo había hecho, ¡aaaah! pero moría de vergüenza, el solo imaginar que él me vio en ese estado. Pero bueno, lo hecho, hecho esta. Así que esperaba a que este chico apareciera para disculparme con él. En una de las ventanas de vidrio vi que él se dirigía hacia la cafetería así que me apresure para poder recibirlo, pero por alguna razón él se notaba muy tenso haciendo que yo me sintiera de la misma forma, impidiéndome así el poder hablar con él, ya que si lo hacía no sabía cómo reaccionaría. Lo sabía, el chico se sentía incómodo, salió corriendo del lugar. De la prisa que llevaba dejo olvidada su billetera. Al cogerla de la mesa su identificación cayó al suelo así que me percate de su nombre, en ese momento salí corriendo para poder entregársela, pero el chico ya estaba algo lejos así que lo llame por su nombre, gracias a Dios me escucho, ya que, mi resistencia para correr es nula no iba a alcanzarlo. Le entregué su billetera y le pedí disculpas por lo sucedido, a lo cual el termino invitándome a la exposición de la pintura. Lo cual me pareció una gran idea, creía que, si me seguía distrayendo en diferentes cosas, sería mucho más fácil olvidarme de Matt. Por lo tanto, acepte la invitación.

Para ser sincera, no sabía que vestuario utilizar, ya que nunca había ido a este tipo de eventos, y pues no tengo amigas como para preguntar este tipo de cosas, y si le pedía opinión a Ren o a Carter estos no sabrían que decirme, obviamente Matt queda descartado, aunque podría decirle que le preguntara a Jean pero no quiero que piense cosas raras de mí, después de todo parece que ella me odia. Así que decidí confiar en mi propio estilo. Opte por usar una blusa roja de cuello alto, una falda negra desplegada llegando a un cuarto arriba de la rodilla, con zapatos negros y una chaqueta negra. Me amarre el cabello colocando así un listón de color rojo en él. Lo sé, soy pésima eligiendo ropa decente para asistir a este tipo de eventos, pero qué más puedo hacer.

Llego el día del evento, Shin me estaba esperando en el lugar y la hora acordada, presentándome a sus amigos Jack y a Ethan, así que, habiendo terminado con las presentaciones decidimos entrar a la exposición. En realidad fue increíble, todas las pinturas que se encontraban en ese lugar eran hermosas y la música que sonaba se adhería al ambiente haciendo que de alguna forma sintieras lo que cada uno de los autores plasmaron en cada una de ellas, al llegar a la pintura de Shin entendí a lo que se refería, a pesar de que era vergonzoso para mí, de alguna u otra forma la pintura reflejaba exactamente lo que yo estaba sintiendo en ese momento, pero por alguna razón podía entender cuando él decía que todo ello le pareció hermoso.

Terminando la exposición decidí irme a casa, pero los amigos de Shin me detuvieron con una invitación a cenar, haciendo que Shin nos acompañara, no me pude negar y acepte la invitación. Al principio era algo incómodo, pero poco a poco Shin y yo comenzamos a conectar, en realidad, conforme íbamos hablando me di cuenta que teníamos muchas cosas en común, en cuanto a música, el hecho de que él prefería lugares tranquilos, le gustaba mucho leer, pero lo que más le fascinaba era pintar. Ambos comenzamos incluso a bromear, el tiempo se fue tan rápido que ni nos dimos cuenta cuando sus amigos se fueron. Shin tenía una expresión de quererlos asesinar, lo cual me pareció gracioso. Después de terminar de cenar Shin me acompaño a casa, nos quedamos varios minutos en silencio, pero de alguna forma ese silencio no se sentía incómodo. Al dejarme en la puerta de mi casa Shin dijo que había sido muy genial el que haya asistido a la exposición, y que si podía asistir a la siguiente exposición que se les llegase a presentar, lo cual acepte ya que me encanto estar en ese lugar. Así que nos despedimos el uno del otro.

LOS RECUERDOS QUE TENGO DE TIWhere stories live. Discover now