Capítulo 3: Ojos.

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Capítulo 3: Ojos.

Abro los ojos.

<<¿Ya es de día?>> me pregunto. Vivo solitariamente en un departamento (aunque bastante espacioso), me levanto de la cama, y si se esperaban a que yo tenga un ataúd se equivocan, prefiero las camas. El ataúd lo deje hace mil años, me costó acostumbrarme. Muchísimo.

Hice mi cama de dos plazas (duermo allí como un dios, aunque me siento solo) y me volví a acostar,<<¿Qué haré el día de hoy?>> echo un vistazo al reloj digital de la mesita de luz a un lado de mi cama, son las 09:03, estoy bastante cansado, y mi vida se basa en dos cosas: Libros y mujeres. Se que no hay que abusar de la lujuria pero, seduciendo y bebiendo sangre. Sobrevivo.

Soy algo lascivo, pero también tengo algo de sentimientos al igual que sueños.

Mi amor por los libros, es un amor mucho más gigantesco. Prefiero un olor a libro nuevo que a un perfume barato de mujer, prefiero quedarme toda la noche leyendo libros que haciendo el amor, si hay una mujer llamada como uno de mis libros favoritos. Me caso. Bueno, no, eso es ya completamente y patéticamente exagerado. Pero, se entiende, ¿no?

Suspiro, mis ojos observan fijamente el blanco techo, y de repente se me viene una imagen a la mente.

Esa chica…

¿Por qué sigo pensando en ella?, la verdad no entiendo.

 Me siento en el borde de mi cama y miro mi departamento, piso de madera y paredes blancas, es bastante simple. Me enderezo y paso por la manta azul que separa mi habitación de la cocina y el comedor donde hay dos sillas y una mesa de madera blanca. ¡Que aburrimiento! mejor saldré un rato.

Luego de decidir que ponerme, decidí por una musculosa blanca y por encima una camisa celeste; abajo unos jeans y botas negras, me “arregle” en algún sentido mis despeinados cabellos azabache y me fui de allí.

Estudios, estudios; trabajo, estudios; Marshall, Esmeralda; Estudios, estudios por todos lados, se me escapa un inmenso, largo y cansado suspiro. Me estresa bastante esto, aunque por suerte ya esta terminando el ciclo de estudio y los exámenes finales para por fin relajarme. Pff, como si pudiera.

Fijo mi vista al pizarrón, escribo, vuelvo a fijarme. Suena la campana, guardo todo en mi bolso de cuero negro llenos de pines, me encanta uno que dice “fuck”. Lo amo tanto que lo llevo a todas partes. Lo que odio de este colegio son cuatro cosas: El uniforme, los estudios, los profesores y los chicos.

El uniforme de las mujeres es muy machista, camisa blanca, bien. Corbata roja, seguimos bien. Lo que me molesta es la falda roja con detalles en amarillo y verde. Es MUY corta  y la detesto, me llega hasta por arriba de las rodillas, las medias blancas son como de las prostitutas y los zapatos negros por suerte van mejorando, pero la falda. NO.

Los estudios: Son muy excesivos, mandan un texto del tamaño de un diccionario y actividades de 90 puntos, ¿para cuando? Para el día siguiente, ¿lo peor? No ven los trabajos.

Los profesores es el típico problema de que son unos lujuriosos pedófilos. O por lo menos pervertidos y acosadores. No la mayoría, pero dos o uno. Siempre (Hasta a mi.)

Y… Lo peor, me arruinan el año, la semana, el día, las horas, los minutos, los segundos. Los chicos degenerados que te miran bajo la falda todo el día o te dicen cosas depravadas acompañados de silbidos. Me molesta.

Lo se, estarán diciendo “Esta amargada es una fracasada”, si no lo piensan, bueno, gracias. Pero lo que más odio en este mundo son lo hombres, pero en el primer puesto de mi larga lista esta mi antigua pareja.

Pensando en todo esto mientras caminaba hacia la parada del autobús, note que hace un día bastante caluroso, me molesta un poco esta época del año (y pensar que ayer llovió). Parece que el clima esta en un ciclo de bipolaridad.

Levanto la vista hacia la parada que solo me quedaba a una calle, el autobús por algún “milagro” en el mundo vino antes, ¡Y ERA EL ÚLTIMO!

<<Mierda…>> pensé y sin pensarlo empecé a correr hacía la parada donde casi el último pasajero subía, apunto de llegar, veo una silueta que se interpone en mi camino, caigo al suelo (perdiendo mi dignidad) y veo como se va el último autobús del mediodía.

 Odiare por el resto de mi vida a la persona que hizo esto.

-L-lo siento…- dice disculpándose con un cierto rubor en sus mejillas. Levanto la vista.

Ay, dios.

NO.

El tipo raro de ayer no.

-Tú…- me miro extrañado. -¡IDIOTA! ¡HICISTE QUE PIERDA EL AUTOBÚS!- veo que estoy arriba de él y me levanto con brusquedad. Mi mano toma la forma de un puño y levanta el dedo mayor. El me mira atontado. Me voy a pasos que tal vez rompieron la acera.

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-¿Qué…?-

Me quedo totalmente paralizado. ¿Cómo diablos llegue a estar debajo de esa chica? ¡Y JUSTAMENTE DE ELLA! De tan estúpido que soy la empiezo a perseguir.

-¡E-espera!, L-lo siento, enserio… ¿hay algo que pueda hacer?- estaba asustado, me miraba con tanto aborrecimiento como ayer. O peor.

-Retroceder en el tiempo.-  me quede mudo. Ella se quedo pensando. Al final termino por preguntarme. -¿Eres un violador?, ¿Un pedófilo?, ¿Estuviste en la cárcel? ¿Por qué? ¿Robaste, mataste?- me negué con la cabeza. “¡Solo soy un vampiro!, seduzco mujeres y les chupo su sangre” le quise decir. -¿Tienes auto? ¿O dinero?

-No, no tengo auto. Y toma, tengo $50- le dije mientras le tendía mi mano con el dinero. Me miro fijamente a los ojos. Penetrantes, reflexivos, oscuros y curiosos ojos color negro, aunque en ese momento por la luminosidad del sol del mediodía parecían grises.

-Gracias. Y lo siento, es que tengo un hermano pequeño al cual cuidar.- me agradece y se disculpa con un pequeño rubor. Le sonrió comprensivo.

-No hay problema, entiendo que necesita cuidados y esas cosas.- asintió con la cabeza. Se da la vuelta y empieza a alejarse. -¡Oye!, emm… -gira su cabeza. Titubeo un corto segundo. -¿Me podrías decir tu nombre por lo menos?- me mira desconfiadamente. Después de unos segundos me responde:

- Mery… Solo eso.-  voltea la cabeza y sigue su camino.

Mery…

Tal como en el día de lluvia me quede mirándola. Sentí un fuertísimo ardor en los ojos, pero lo ignoro. Me atrae más la figura que esta alejándose en frente de mi.

Vampiro. [CON TREMENDO HIATUS]Where stories live. Discover now