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—La psicología criminal, conocida también como criminología, estudia el comportamiento de las personas que han cometido un delito y tratan de entender el porqué y el cómo. —dice el profesor Fudge una vez que termina de escribir algo en la pizarra blanca que ahora está a su espalda. Llevo mi mano hasta las sienes. Siento que se me va a explotar la cabeza—. Es decir, estudia las conductas delictivas, los tipos de delincuentes y el fenómeno de la delincuencia en el ámbito de la sociedad. El trabajo del psicólogo criminal, o sea, ustedes, se centra en la víctima y en el delincuente.

Fudge se voltea una vez más con el objetivo de escribir unas cuantas palabras en esa tabla que sirve como pizarra, así que aprovecho para tomar un poco de agua de mi botella. Apenas dormí unas pocas horas, y teniendo en cuenta que soy pésimo madrugador, siento que puedo golpear a quien sea que se me ponga delante. La cabeza me está doliendo por la horrible resaca que tengo, y ni siquiera desayuné por lo tarde que iba a llegar a mi primer día de clases.

Ahora estoy arrepintiéndome.

—Para conocer las motivaciones de un delincuente a través de la psicología clínica, se pueden utilizar varios elementos como: la historia clínica, los test de inteligencia, las entrevistas, y entre otras cosas. Cada elemento permite analizar a la persona y tratar de entender sus actitudes e inclinaciones. —explica el maestro, con una sonrisa en su rostro, clavando sus grandes ojos negros en mí—. Ahora bien, Existen varios factores que pueden influir en el comportamiento de una persona. ¿Podría decirme algún factor, señor McClain?

Trago saliva. Era el peor momento para poner a mis neuronas a pensar. Aun así, asiento.

—Uno de los factores es el factor ambiental. —digo, aún con cierta molestia al hablar. Siento la garganta reseca.

— ¿Factor ambiental? ¿Podría explicarlo? —cuestiona Fudge, mientras escribe mi respuesta en la pizarra.

—Bueno, cuando nos referimos a un factor ambiental, puede ser al entorno que esa persona tuvo tanto en su infancia, adolescencia o su vida como adulto. También puede afectar el tipo de educación o desarrollo. Estos pudieron provocar en el individuo a tener un comportamiento criminal o delictivo.

—Excelente, señor McClain. —Asiento—. Exacto. El entorno en que crece un ser humano, su educación y desarrollo, puede ser un factor influyente en el comportamiento de dicho individuo. Sin embargo, hay dos factores más que pueden ser relevantes también. —Vuelve a escribir, cómo ha hecho en toda la clase, pero antes de completar su oración se voltea—. ¿Alguien me puede decir cuáles son esos factores?

Nadie levanta la mano o habla. Mayormente no lo hacen, o tal vez ni lo intentan. El profesor Fudge tiene un cierto sentido de enseñanza muy peculiar. Suele hablarles mal a aquellos estudiantes que no dan una respuesta convincente o correcta, diciéndoles que si no saben algo tan básico, ¿qué esperan el resto de la carrera? Puede ser duro, pero es el mejor impartiendo esta asignatura, no por su forma de tratar a los estudiantes, sino por el buen conocimiento que tiene y por lo bien que lo explica.

— ¿Cómo es posible que algo que fue impartido en el primer cuatrimestre como criminología uno, no se lo sepan? —suelto un suspiro, y con desgana por todo esto, levanto mi mano—. ¿Sí, señor McClain?

—Respondiendo a su pregunta, señor Fudge, está el factor genético y biólogo, tomado como uno de lo más influyente, donde se encuentra el temperamento del individuo, predisposición a determinadas enfermedades y entre otras cosas que lo afectan; posiblemente sea heredado, aunque no directamente de las personas que lo trajeron al mundo. Puede ser algún familiar lejano. —su sonrisa lo dice todo. No negaré que tengo ciertas ventajas con el maestro ya que siempre soy de los que responden bien—. Por último, pero no menos importante, está el factor social, que bien puede ser influyente junto con el factor ambiental. El individuo puede adquirir un comportamiento criminal por la sociedad a su alrededor o bien por alguna relación con otra persona delictiva.

La chica de intercambio ©Where stories live. Discover now