Guilty

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Culpable.

Me haces sentir culpable.

No importa que haga por ti.

No importa todos el amor que te de.

Tú, simplemente no eres feliz.

Y sé que es mi culpa.

¿Qué debo hacer?

¿Cuánto dolor debes soportar?

Día a día te hundes más en culpas que no te pertenecen, pero sólo así eres un poco feliz.

Steve lo sabía que Tony estaba cambiando, pero aun así se negaba a enfrentarlo pues era más el amor que le tenía que no veía lo que él castaño estaba provocando dolor y sufrimiento, pero aun así seguía a su lado sin importar nada.

Se acerca a Tony—¿Cuánto  tiempo más harás estos?

Trabajando sin prestar atención —Hasta que el extremis funcione.

—¿Eso cuánto tiempo te llevará?

—No lo sé —Se acerca al rubio y pasa su mano por su mejilla.

Cierra los ojos ante el tacto del castaño —Si es por mi detente.

Besa los ojos de Steve —No parare hasta que el extremis sea perfecto.

Suspira ante los besos de Tony.

—Ve arriba yo iré después—le da un bastón.

Lo toma con frustración pues esa era la causa de que Tony hiciera todo esto por su maldita enfermedad por ser defectuoso.

Y es que Steve había nacido con una rara enfermedad que lo hacía sumamente frágil como si fuera un cristal y Tony en su desesperación por curar al hombre del  que se enamoró empezó a obsesionarse con buscar la cura sin importarle el daño que estaba haciendo al experimentar en personas sin importar si eran niños él solo quería salvar a su amor.

¿Pueden culparlo? Por supuesto.

Pero ¿Qué no harías tú por amor?

Así seguían los días Tony en su laboratorio perfeccionando lo que salvaría a Steve, pero no se daba cuenta que con eso solo estaba retrasado lo inevitable.

Pues entre más tiempo pasaba Steve se volvía más débil.

Acaricia su cabello—Steve sólo un poco más resiste un poco más.

Sonríe débilmente —Lo siento Tony, pero es tiempo déjame ir.

Con lágrimas en los ojos niega pues no podía perder a su amor.

—Te amo Tony pero no puedo seguir atandote a esta vida.

—Sin ti mi vida no vale nada me quedaré solo no quiero estar solo.

—No estarás solo yo seguiré contigo aquí —pone su mano en el pecho del castaño.

—Te amo Steve—con lágrimas en los ojos.

—Y yo a ti.

Con esa palabras Steve cerró sus ojos pues la enfermedad ya había avanzado demasiado ya no había nada que hacer.

Y con todos el dolor de su pecho Anthony dejó ir a la única persona que, lo había amado ahora ya no había nadie que, controlará su soledad ni su dolor estaba solo y solo tenía una cosa en mente venganza. No se ataría a nada haría de este mundo un lugar lleno de dolor y sufrimiento pues si él no tenía a su amor nadie sería feliz esa era su venganza ante el mundo que, fue indiferente a su bello rubio pues cuando lo conoció el mundo le había escupido en la cara y ahora sin él.

El sería el que escupiría a el mundo.

El se volvería superior.




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