En este momento no siento nada más que la humillación enroscándose en mi interior, esos pedazos que vagamente reconozco con amargura porque Nicholas no se voltea ni una sola vez. Ni siquiera sé dónde está Lauren o si todavía permanece en la fiesta, pero parece que tampoco está muy entusiasmado en seguir buscándola.

Lo observo llevarse una botella de cerveza a los labios, meterse una de sus manos en sus bolsillos e ignorar el constante palpitar desenfrenado de mi corazón. Él no es ni una pizca de lo que era cuando nos conocimos, y la verdad es que aún no descubro cómo me siento respecto a ese cambio que ya no me incluye. Sé que me siento reemplazada, abandonada, pero puede que mi molestia no sea simplemente porque decidió dejarme, sino porque parece ser el único de los dos que está interesado en avanzar.

De lo único que estoy segura es que no será fácil olvidarme, no dejaré que vuelva a desplazarme fácilmente por otra persona que ni siquiera conoce.

— ¿Y ustedes qué mierda están mirando? —Les digo al grupo de estudiantes que consideran que permanecer viéndome es mucho más interesante que seguir con una fiesta en la que dejé de sentirme cómoda.

Me acomodo el pelo con los dedos, dándome la vuelta, y estoy dispuesta a irme a mi casa cuando escucho la voz de Kat.

— ¡Camila! —Oh, no, no ahora—. ¡Espérame, Camila! —Exclama para que me detenga, pero no lo hago. Sigo caminando hacia la salida hasta que es físicamente imposible porque se interpone entre la puerta y yo. Me cruzo de brazos. Al ver mi expresión, la suya cambia—. ¿Peleaste con Nicholas otra vez? Escuché tu voz y alguien dijo que...

—Sí, lo hice. Tuve que gritarle lo mucho que lo odio porque nunca será suficiente —la interrumpo—. ¿Me dejas pasar?

Ella sonríe, incrédula. Tiene el pelo castaño pegado a la frente y las mejillas sonrojadas.

— ¿Por qué discutieron esta vez? —Insiste, abriéndome la puerta para salir. El aire me relaja, más o menos; no creo que exista algo capaz de minimizar estas ganas de volver a la cocina y pelear con Nicholas hasta que admita estar interesado en ella, hasta que deje de tratarme como si todo fuera parte de mi imaginación—. ¿Te acostaste con él y volvió a dejarte sola?

No lo dice con mala intención, sino como pregunta de rutina después de las cien mil veces que dejé que entrara a mi habitación para tratarme como la mierda al día siguiente.

—Claro que no, Kat. Hace una semana que no me habla y piensas que me acostaré con él. —Miento para no decepcionarla; Kat es de las pocas personas que considero importantes de verdad, y de la única que me importa lo que pueda llegar a pensar—. No todo entre nosotros tiene que tratarse sobre sexo. —La escucho reír.

—Bueno, bueno, como tú digas. Estás de pésimo humor como para bromar sobre lo mentirosa que eres. ¿Por qué discutido con él, entonces? No sabía que vendría a la fiesta o te habría dicho que fuéramos a otra parte. Sé que no querías verlo.

—Yo sabía que vendría —le digo, chasqueando la lengua—. Tu novio me lo dijo esta mañana. Y claro que quería verlo, pero nunca creí que las cosas seguirían tan mal. Pensé que se le habría pasado el enfado después de ignorarme por tantos días, pero cada vez es más difícil hablar con él. Me trata como... como si yo fuera una desconocida.

Kat tuerce la boca.

— ¿Y no has pensado que si te rechaza de esa manera es porque tal vez de verdad no quiere volver contigo? —Un rastro de vaho abandona su boca cuando lo dice—. Digo, no creo que presionar tanto sea una buena idea. Nadie dice que después no volverá a ti, pero por ahora deberías dejar que las cosas se enfríen y pensar en lo que harás por tu cuenta. Ni siquiera estás tan enamorada de Nicholas, Camila. Has dicho muchas veces que hace tu vida miserable.

más de ti [camren]Where stories live. Discover now