Suelto una risa sarcástica.

—No actúes como si me hubieras dado explicaciones cuando estábamos juntos y no estuvieras usando tu soltería como una justificación. Te conozco y no soy estúpida.

—Si no eres estúpida entonces deja de comportarte como una. Lo que pasó anoche fue un error, Camila. Nosotros terminamos hace días y no sé qué más quieres que haga para no molestarme.

— ¡Quiero que dejes de ignorarme como si no tuviéramos arreglo! —Me exaspero—. Sigues enamorado de mí, Nicholas. Sé que sigues sintiendo cosas por mí.

—Veo que tendré que decírtelo otra vez por si todavía no te queda lo suficientemente claro: no quiero volver a estar contigo porque ya no estoy enamorado de ti. ¿Quieres escucharlo de nuevo? No. Quiero. Estar. Contigo. —Me habla como si no entendiera.

Frunzo el ceño.

—No puedes terminar conmigo así como así. ¡No voy a dejar que me trates como basura cuando sabes perfectamente que nadie más va a soportarte como yo! ¿O en serio piensas... —Me río para sacarlo de quicio—. No me digas que en serio piensas que podrías estar con alguien tan aburrida como Lauren. ¿Sabes cuánto tiempo va a tardar en dejarte solo cuando la trates como me tratas a mí?

—Eso no es tu puto problema.

Tiene la audacia de volver a dejarme sola, con las palabras en la boca, pero a pesar de que prometí no volver a detenerlo, camino más rápido para detenerme frente a él y colocar ambas manos en su pecho.

— ¡Ya te dije que dejes de huir! ¡Ni siquiera me escuchas!

— ¡No me interesa escucharte! —Ahora también está gritándome, con las venas en su cuello sobresaliendo cuando llama la atención de las personas que están a nuestro alrededor—. ¡Haber estado contigo fue un maldito error de mierda! ¡Supéralo!

— ¿Quién... quién crees que eres? —Le pregunto, mirándolo con asco—. ¡¿Qué piensas que soy como para dejarme sola cuando más te necesito?! —Grito otra vez.

—Ya no me necesitas, estás perfectamente bien como para bajar las escaleras y ser la manipuladora de mierda que siempre has sido. Déjame en paz de una puta vez, ¿está bien? No soporto verte o escucharte. —Sostiene mis hombros y me aparta—. No te soporto, Camila, y juro que no entiendo cómo pude soportarte tanto tiempo...

—Porque me quieres. Me quieres y yo te quiero. Siempre hemos estado juntos, Nicholas, ¿o vas a decirme que-...

—Para de repetir las mismas frases de siempre, Camila, suenas como una loca. —Me corta—. Ándate a la mierda y madura de una puta vez. —Gruñe antes de apartarse e impedir que continúe sosteniéndolo. Parpadeo en su dirección, de pronto me cuesta respirar y es como si me hubieran dado una bofetada donde más me duele.

Nicholas entra en la cocina y tomo una enorme bocanada de aire antes de seguirlo otra vez porque no pienso rendirme así de fácil. Ya no tengo intenciones de retenerlo, pero nunca voy a dejar que tenga la última palabra. Jamás.

Me queda bastante claro que su capricho momentáneo es mucho más que una atracción temporal e intentar que se quede conmigo será inútil cuando luce tan dispuesto a seguirla. Tendré que pensar en otra cosa antes de que su interés se incremente y ya sea demasiado tarde. Se me tendrá que ocurrir algún plan para impedir, cueste lo que cueste, que continúe tras de Lauren como el asqueroso traidor que siempre fue.

—Te vas a arrepentir de lo que me estás haciendo —le digo cuando me detengo cerca de él—. Acuérdate de lo que te estoy diciendo. ¡Volverás arrastrándote y tendrás que pedirme disculpas de rodillas para que logre perdonarte! —Tengo que hablar más fuerte cuando rueda los ojos y piensa marcharse otra vez. Sé que me escucha, sé que está oyéndome perfectamente pero se niega a darme la satisfacción de girarse para verme a la cara—. ¡Te odio, Nicholas! ¡Te detesto! ¡Veremos cuánto te dura estar sin mí y en cuántos días me llamas desesperado para que te consuele!

más de ti [camren]Where stories live. Discover now