Arrugué el entrecejo desconfiada, quisiera saber con quien habla, ¿¡Por qué demonios se ve tan feliz!? Enojada me esforcé en escuchar a la otra persona.

—Vine hace una semana, quería celebrar mi cumpleaños aquí, y de paso pedirte que llegaras —cuando escuché una voz masculina, respire aliviada, por un momento imaginé que se trataba de una mujer —Como tu mismo dijiste, no hemos sabido nada del otro desde hace tiempo… quiero ver cuanto has crecido.

—Ah, ¿Entonces después de tanto tiempo solo vienes aquí para celebrar tu cumpleaños? Vaya, vaya —replicó sarcástico, me escondí detrás de la puerta, pues comenzaba a caminar por la habitación.

—Johan, sabes que ser médico es una mierda que te lleva todo el día. Por fin tengo vacaciones, y en vez de ir a una isla a coger con toda la población, vengo a está maldita cuidad en donde fui desterrado…

—A diferencia de ti, no tengo vacaciones, así que no podré ir.

—¡Hey! Ni siquiera te he dicho la fecha.

—No importa, siempre estoy ocupado.

—Johan, ¿Cómo me puedes hacer esto? Vine aquí para verte ¿Y me tratas con indiferencia? —dramatizo tan exagerado que me costó trabajo contener mi risa, creo que también divirtió a Johan porque carcajeo levemente.

—Ahg, bien, ¿Cuándo es? —se rascó la cabeza un poco inseguro, seguramente porque no puede dejar la empresa por mucho tiempo.

—Ven este fin de semana, espero verte sin falta, hermanito.

¿¡Hermano!?

Que acaso no es….

Andrew…

Entonces así se llama la persona con la que me quieren casar. Me pregunto como será, tal vez un joven rubio como la señora Sahara, con los ojos verdes del señor Robert, y seguramente con la belleza de ambos...

¡Carajo! Negué con la cabeza al darme cuenta que estoy ilusionándome, ¡Necesito prepararme mentalmente por si ese joven no es lo que espero!

—¿Podría hablarnos de él? —mi madre pidió fingiendo interés, la conozco, sé que busca la forma para que alguno de los Carson se les escape el tema de la homosexualidad.

—Oh, mi hijo es brillante, de hecho está por graduarse de medicina —la señora Sáhara mencionó con un brillo orgulloso en sus ojos, por lo contrario del señor Robert que se recargó en su asiento un poco fastidiado.

Entonces mi mente comenzó hacer cuentas, ese joven debe tener veinticinco o incluso más.

Discretamente saqué todo el aire que hace que mi cuerpo se sienta tenso y pesado, creo que en cualquier momento me desmayare por la angustia que causa caerles bien a los señores Carson.

—Oh, ¿Y está de acuerdo, Robert? ¿Qué su hijo mayor sea médico? Es dificil, y claro, eso significaría que su empresa se quedaría sin encargado —como siempre, no pudo faltar el veneno de mi padre.

—Andrew tomó su decisión, así que no puedo hacer nada, al final es su vida, no la mía —respondió con el ceño fruncido, no pude evitar apreciar la cara incómoda de la señora Sáhara —Además mi hijo menor, Johan, será el heredero de mi empresa. No puede quedar en mejores manos, él es más responsable que su hermano mayor…—se llenó la boca de lo increíble que era su hijo menor.

Jugué con mis dedos, es lamentable como engrandece a ese tal Johan cuando ser médico también es hermoso.

—Oh, hablando de sus hijos, no los veo —mi madre recordó seguramente ansiosa, la entiendo, yo también quiero saber como son esos jóvenes.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now