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He tratado de no llamar a Alejandra tan seguido, lo último que quiero es quedar como una desesperada aunque sí esté desesperada por verla de nuevo. Extraño su compañía, las llamadas no me son suficientes.
Hasta he evitado ir a la cafetería porque quiero volver con ella y bueno, porque no quiero encontrarme con Marcela, es preferible no saber de su vida.

Recuerdo que guarde su número en el cajón de mi escritorio, no me he atrevido a botarlo ni a agendarlo, no es buena idea, por qué le escribiría, no somos ni amigas; Alejandra me aconsejó a hacer nuevas amistades pero la pelirroja no es buena opción, ella me confunde y yo no estoy para más problemas.

No obstante, solo sería un mensaje para saber como sigue la cafetería. Podría ofrecer cafés en mi club; que idioteces pienso, quién querría café en un lugar donde bailan mujeres casi desnudas.

-Señora, ¿se encuentra bien?-Escucho la voz de mi asistente parado en la puerta.

-Qué quieres, por qué no has tocado la puerta antes de entrar-Le reñí.

-Lo he hecho varias veces, pero al no obtener respuesta he preferido ingresar para asegurarme de que esté bien-confiesa un poco apenado. Me tiene un miedo terrible, y es culpa mía por ser tan borde.

-Tengo muchas cosas en la cabeza, ¿qué deseas?-intenté suavizar mi tono.

-Han dejado para usted un detalle.

-¿Para mí?-dudé, no suelo tener presentes de nadie. Lo vi salir y volver con un cajita y un vaso, de que trata esto.

-Sí, se trata de café con donas, lo dejó el deliver indicando que era para usted, es de la cafetería: Aroma de café.

Marcela, pensé al instante.

-Gracias, puedes retirarte -mencioné. Cuando salió, observé que había una tarjeta junto a la cajita de donas.

Hola, Andrea, no te he visto por aquí en varios días, tal vez estés muy ocupada para hacerlo, y si, la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña.
Espero lo disfrutes, con cariño Marcela.

Me fue imposible no sonreír por su amabilidad, inhale y pude inundarme de aquel aroma que amaba y extrañaba. Tomé un sorbo y mi corazón latió con fuerza, me sentía una adicta que recaía en su droga. Tenía tanto entusiasmo que tomé aquel papel y guardé el numero en el teléfono, debía agradecer por aquel hermoso detalle, es lo menos que puedo hacer.

Yo: No tenías que molestarte, pero está exquisito. Muchas gracias √√

Dejé el celular y seguí disfrutando, ahora era turno de una dona de chocolate, mis papilas gustativas agradecieron tan bella obra de arte, todo lo de ella es una delicia, refiriéndose a la comida claro está.
Sentí vibrar mi teléfono y lo tomé de inmediato.

Pelirroja: Nada que agradecer, fue con mucho gusto, pensé que extrañabas nuestro sitio, las chicas comentaron que siempre venías√√

Yo: He estado liada con el trabajo, pero pronto volveré√√
Respondí, aunque mentí, porque el trabajo no ha sido un impedimento en absoluto.

Pelirroja: Una pena, cuando puedas date una vuelta, te estaremos esperando√√

Volví a sonreír, me estará esperando.

Pelirroja: Una cliente tan fiel como tú, nos gustaría tenerla para siempre√√

Añadió, así que me ve como una cliente.

Yo: No perderás a tu cliente fiel. Que tengas buen día√√

No entiendo porque debe molestarme, es lo correcto, solo soy una cliente para su cafetería.

Pelirroja: Igual para ti√√

Fue lo único que respondió. Dejé el celular y me concentré en el trabajo, el café ahora me sabía amargo, una cliente una simple cliente.

¿Por qué me molesta tanto? Después de gruñir como perra rabiosa, escuché timbrar a mi celular, estaba sin ánimos, pero cuando alumbro el nombre de Alejandra lo tomé de inmediato.

-Hola, Ale. Te acordaste de mí-Bromee.

-Tonta, siempre me acuerdo de ti. He estado fuera de la ciudad, pensé que te lo dije la última vez que nos vimos.

-No, jamás me dijiste nada, y tampoco en estos días que he hemos estado hablando-refunfuñe.

-Ups, lo siento, se me pasó por alto ese pequeño detalle-negué y puse mis ojos en blanco. Tanto que he anhelado verla y resulta que está fuera de la ciudad.

-¿Cuándo vuelves?-eso era lo importante para mí.

-Mañana por la mañana estoy de regreso. Debemos de vernos-Sonreí, es lo que más me apetece.

-Por supuesto, dime dónde y la hora

-En la cafetería, muero por un café -mi sonrisa se esfumó de inmediato.

Joder, ese lugar no.

-Podemos ir a otro sitio, seguro hay lugares que desconocemos que tienen mejores cafés.

-No, yo quiero de ese lugar. Tú me mostraste mi perdición y ahora no puedes tratar de quitármelo.

-Pareces una niña-fastidie.

-No me importa. Mañana nos vemos a las 11 a m, en la puerta del local. Ponte algo sexy, tal vez esté la pelirroja por ahí-se carcajeó de su payasada.

-No seas boba, ella solo me ve como una cliente-solté.

-¿De qué hablas?- mierda, se me escapó sin darme cuenta.

-Nada, olvídalo. Mañana nos vemos

-No sé que pasó, pero mañana me cuentas todo. Siento que sucede algo entre ustedes-insistió

-Que no. Ahora te cuelgo, tengo mucho trabajo-creo que era la mejor excusa por hoy.

Qué iba a pasar con una mujer que está casada y que me quiere mantener como una cliente fiel, nada, jamás podría pasar algo.

Salí de mi oficina porque me sentía asfixiada, necesitaba aire aunque sea contaminado por el smoke de los autos de la ciudad.

Comencé a caminar sin rumbo, el cielo estaba despejado y el sol deslumbraba con su resplandor, no se sentía tan caliente, estaba ideal para desplazarse por las calles, seguí caminando hasta llegar a un parque que estaba cerca del lugar que mañana debo ir. Me senté en una banca, mirando a la gente caminar sin apuro, a niños jugar en el césped, parecían felices. La infancia que nunca pude tener, gracias a mi padre.

Sentí que alguien se sentó a mi lado, pero ni me importó y ni siquiera hice el intento de ver quien era.
Seguí concentrada en aquellos niños que no sentían preocupación por nada, mientras que yo a su edad, debía de tratar de sobrevivir a los abusos de un infeliz que me hacía daño cada vez que podía.

No pude evitar que una lágrima rodara por mi mejilla, la cual fue detenida por alguien. Giré mi rostro para saber de quién se trataba.

-¿Marcela?-hablé sin creerlo.

-Hasta con los ojitos tristes eres linda- Habló con dulzura...

¡Hola!
He vuelto a ustedes, sé que he demorado, pero las obligaciones que conlleva ser una adulta :v me alejan un poco. No se crean 😂

Espero que disfruten. Si ven algún error gramatical, haganmelo saber para corregirlo. Este capítulo ha sido de improvisto, pensaba dormir y de repente  apareció Andrea y dijo: "no, mi amor, tienes que escribir lo que me ha pasado" y bueno ahí está.

Ya le he cumplido sus deseos

Les envío besos a todas, las quiero.

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now