35

2K 134 25
                                    

Andrea Pov

Después de amarnos como había querido a hacer hace mucho tiempo, solo nos quedamos acostadas hablando de todo lo que había pasado.
Los días en los que ella quiso ir a buscarme pero que al final desistió sabiendo que necesitaba aclarar mis sentimientos, poner en orden mi mente.

—Muchas veces quise olvidarte—confesó. Simplemente asentí—Sin embargo, no podía ni podré, esto que siento por ti es muy grande Andrea, admito que me asusto a momentos.

—No debes asustarte, me pasa lo mismo. Estos años alejada reafirmaron que te quería, al primer mes pensé en regresarme pero no me lo permitieron y creo que fue lo mejor.

Te prometo que no pienso irme más, estar contigo es mi lugar—afirmé. Es lo que sentía, nunca imaginé que amar se sintiera bien, es algo a lo cual me rehusaba vivir después de lo ocurrido con Alejandra.

Ese tiempo también me ayudó a comprender que nunca fue amor lo que sentí por ella, quizás cariño mezclado con obsesión por aferrarme a algo que me hizo sentir bien pero nunca completa.

—No dejaría que te fueses de mi vida, una vez lo permití pero ya no. Ahora viviremos todo lo que no pudimos en el pasado.

—Lo merecemos. Crees que debamos ir a ver a las chicas, siento que deben estar desesperadas por saber de nosotros —mencioné. Quería celebrar mi felicidad con ellas.

—Vamos. Deja llamar a Daniela para saber dónde se encuentran.

Se encontraban en mi bar, es muy temprano para que estén tomando.

—Seguro ¿qué están ahí?—quise saber.

—Sí, todas están allá. Nos están esperando.

Tomamos nuestra ropa, nos vestimos y salimos en búsqueda de nuestras amigas.

—¿Daniela y Alejandra están de novias?—indagué

Me sorprendió cuando mi pelirroja mencionó que estaban juntas.

—Aún no, pero creo que pronto—sonrió al decirlo.

Abrí más mis ojos por la sorpresa.

—No lo esperaba. Alejandra dijo que lo de ellas terminó.

—Y claro que terminó, lo que tienen ahora es nuevo, deberías verlas juntas son demasiado lindas, no entiendo porque ninguna se atreve a hablarlo.

Intentaba procesar lo que había dicho, Alejandra y Daniela juntas nuevamente.

Llegamos a mi bar y entramos.

Habían hecho unas pequeñas remodelaciones, tanto tiempo sin pisar este lugar que se sentía extraño estar aquí.

—Recuerdas la primera vez que nos conocimos. Te vacíe un vaso con alcohol—rio al recordarlo.

—Como olvidarlo, me hipnotice con tus ojos y el aroma de tu vómito —bromee. Recibí un golpe en el hombro.

—¡Auch! Ya comenzamos con el maltrato tan pronto.

—Te lo merecías. Tratando de ser romántica y me sales con semejante cosa— no pude evitar reír cuando la vi a hacer puchero. La abracé fuerte, que bien se sentía.

—Te amo, pelirroja vomitona— se removió entre mis brazos pero la seguí abrazando. Me alejé un poco sin soltarla y le planté un beso en sus labios.

—No me comprarás con un beso—me advirtió. Me acerqué y empecé a llenarla de besos.

—¡Ash! Comenzarán a llegar las abejas con tanta miel que derrama este par —soltó Camila.

—Deja los celos—bromeo Daniela

—Celos ¿yo? ¡Jamás! Del amor no soy creyente.

—Chicas, me da gusto verlas juntas, ya era hora—habló Alejandra con una gran sonrisa en sus labios, no pasó desapercibido que tenía agarrada la mano de Daniela.

Me alejé de Marcela, para abrazar a Ale de alguna manera también la había extrañado, siempre estuvo para mí y fue buena consejera aunque no haya querido escuchar ni entender.
Hice lo mismo con Daniela, le tenía cariño por haber cuidado de mi pelirroja todo este tiempo.

—A mi también me da gusto verlas. Así ¿qué ahora están juntas?— pregunté.

Se miraron y sonrieron.

—Estamos en proceso—comentó Daniela.

—Ya no—respondió Alejandra. Todas fijamos la vista en ella.

Daniela la miró sin entender que había pasado.

Alejandra sonrió al ver su expresión, se acercó y le dio un tierno beso.

—¿Quieres ser mi novia?—le preguntó sonriente, mientras no dejaba de ver sus ojos.

Nos causó mucha gracia ver a Daniela que solo parpadeaba muy rápido pero no daba una respuesta. Después de varios segundos solo pudo mover la cabeza afirmando. Estaba muy emocionada.

Vitoreamos por la nueva pareja que se formó.

—Que lindo, chicas, me hacen llorar no es justo —reclamaba Camila con los ojos rojos.

—Y tú, le pediste que sea tu novia a Marcela o simplemente lo hicieron para reforzar la amistad.

—¡Pedazo de idiota!—le grité

—Ay por favor, hasta acá huele que hicieron de todo menos pedirse noviazgo.

—Que manera de arruinar los momentos bonitos, Camila— la acusé

—Solo digo la verdad, eso hacen los amigos.

—Ya no se peleen—salió a la defensa Marcela— Siento que no es necesario que nos pidamos nada. Sabemos lo que sentimos y eso es suficiente. Tú ya eres mi novia, mi amor, mi persona favorita.

Como no enamorarme de ella si me hace sonreír como una tonta cuando habla. Que bonito se sentía a amarla, todo ella es lo que siempre quise tener en una compañera.

No me resistí y la atrapé entre mis brazos para besarla, no me importaba si las chicas nos veían. Quería expresarle mi amor, ese amor que alguna vez creí que nunca podría entregar porque no era alguien digno para dar amor a otra persona, peor recibirlo.

—Te amo—susurré al separarnos.

—Y yo a ti, aunque me digas vomitona —no lo había olvidado. Todos nos reímos al escucharla.

—Lo de ustedes creo que fue amor a primera vista, aunque Andrea fue medio cegatona y no pudo verlo claramente—afirmó Camila. Nuevamente nos reímos por sus tonterías.

—Creo que sí —confesé— Desde esa vez que te vi, algo se removió dentro de mí.

—Siento que me pasó lo mismo con todo y borrachera hubo algo que me llamó la atención de ti, aunque en ese tiempo estuve apunto de cometer el peor error de mi vida—Sabía a lo que se refería, aquella mujer que jugó con sus sentimientos. No obstante, gracias a eso ahora puedo tenerla a mi lado.

—Entonces con esto queda muy claro, que siempre fuiste tú, Marcela—Recalcó, Camila.

La tomé de las manos y miré directamente a sus ojos azules que me fascinaban.

—Tiene razón. Siempre fuiste tú— Sellé mi declaratoria con un beso y entre los aplausos de nuestras amigas y de las chicas que llegaban a ensayar al bar.

Buenos criaturitas del señor, hasta aquí llega la historia de Andrea y Alejandra que al final fue de Andrea y Marcela.

Espero les haya gustado, hayan disfrutado de ésta historia de amor.

Todos merecemos ser felices y aceptar que a veces no debemos aferrarnos al pasado si queremos vivir un amor bonito en el presente. Y también que pueden a haber segundas oportunidades que valen la pena vivir.

Tal vez suba un one shot de las vidas de ellas viviendo su amor, en las cuales habrán personajes invitados😉

Besos para todas, nos volveremos a encontrar en una nueva historia💕

Me pueden seguir en IG: May.c93

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now