CAPÍTULO 2 - LA MUJER QUE CONQUISTÓ EL SOL

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Disclaimer: BNHA y sus personajes, no me pertenecen.

Summary: Un matrimonio por conveniencia para unir sus pueblos. Ninguno estaba de acuerdo hasta que se vieron el uno al otro. Él era todo lo que ella despreciaba y ella todo lo que él rechazaba, hasta que ella lo desafío a tal punto de enamorarlo.

Aclaratoria: Ésta es una obra propia y todos los derechos son reservados. Conjunto de One-shots y drabbles por la Kacchako Week.

 Conjunto de One-shots y drabbles por la Kacchako Week

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.Capítulo II: La mujer que conquistó el Sol.

(Realeza AU)

Dirigió sus dedos hacia la cortina que le impedía ver el exterior del carruaje en la que era transportada. La luz del día ingresó hasta ella, iluminando su rostro, provocándole cerrar los ojos ante su cegador brillo y el calor que acariciaba su piel. Sonrió al sentirlo, recordando sus días bajo el sol, sintiéndolo en su piel mientras sus pies descalzos recorrían la tierra en donde creció antes de que...

―Princesa ―Habló la mujer junto a ella, devolviéndola a la realidad―. No debería enseñar su rostro, hasta llegados al palacio. Nadie debe verla hasta la ceremonia.

―¿Cuánto tiempo falta para que lleguemos? ―Preguntó la mujer castaña de largos cabellos castaños recubiertos por un velo rosa casi transparente y una diadema descansando en su frente―. Odio los viajes en carruaje.

―Creo que en un par de horas, Princesa. Sea paciente, su esposo lo aguarda.

―Aún no estamos casados ―Recordó molesta la mujer, cruzándose de brazos.

Uraraka Ochako, la princesa gitana de los Bajos Valles del Sur se encontraba camino al Gran Reino del Sol, uno de los reinos más grandes que las Tierras Antiguas poseía, siendo su actual monarca su futuro esposo. Pensar en su repentino compromiso a su joven edad de veinte años sólo congojaba su espíritu y le revolvía sus entrañas; volvió a mover las cortinas para apreciar un poco el viaje en el que se encontraba, observando con atención las altas montañas que rodeaba el trayecto, veía el océano a la distancia y el brillo del sol sobre su superficie le hablaba de libertad.

Una libertad que ella ya no poseía. Cerró la cortina, sujetándose el estómago con ambas manos, apretando su traje ceremonial entre sus dedos. La situación en la que se encontraba, hubiese sido distinta si los Solares, soldados del Gran Reino del Sol, no hubiesen atacado su comunidad, ella no hubiese sido ofrecida en matrimonio en símbolo de paz y alianza.

Volvió a suspirar. Había visto morir a tanta gente de su pueblo, tanto guerreros como simples civiles, todos sucumbiendo ante las armas de los solares y ahora, se casaría con uno de ellos. Sabía que su deber como la actual Princesa del Valle primaba todo, incluso sobre sus propios deseos, su gente había muerto al igual que su padre y su madre, aconsejada por el Círculo de Ancianas, llegaron a la única salida de utilizar su figura para enlazar su pueblo con el Reino que los atacó.

SerendipiaWhere stories live. Discover now