<15>

3.9K 404 960
                                    

Habían pasado aproximadamente dos días desde que aquello pasó, y Shuichi no ha recibido ni un "Déjame en paz" de Kokichi. Le gustaría por lo menos saber eso, así no tendría que estar tan estresado.

Había dicho que trabajaría desde casa para esperarlo, pero fue una mentira nefasta, apenas a tocado algún documento de ese Dictador y no precisamente para investigar.

Analizando todo con más calma, por fin dándole uso a su talento que por momentos parece de adorno, llegó a la única solución viable.

Ouma probablemente le tenía cierto aprecio, de algún tipo, a la figura del Líder Supremo.

Al principio le pareció una idea bastante descolócala, pero pensándolo bien... tampoco sería muy extraño si de Kokichi se habla. Cosas como su mitomanía, su interesante habilidad para tomar cosas sin ser captado, incluso el hecho de que también le gusta la Panta de uva.

Son demasiadas coincidencias consecutivas como para que no sea influencia, no entiende porque le tendría aprecio, pero explicaría el porqué se molestó tanto cuando leyó que lo nombraba asesino en sus documentos y porque fue a chismearlos en primer lugar.

Lo que no pudo explicarle a Ouma, es que realmente no creía que el Líder Supremo fuese un asesino, solo anotó toda la información que la policía tenía del caso y la colocó por si acaso la requería. No es porque le tenga algún tipo de fe ciega a este tipo, solo lo ve demasiado inconsistente y abrupto para alguien que solo ha cometido crímenes que son más "bromas pesadas".

Aunque claro, algo así no lo podría anotar, por lo que el otro no podría saberlo.

Supone que si quiere disculparse con él, debería preguntarle si su suposición es cierta, y de ser así explicarle cómo tiene colocadas sus notas personales con las de la estación.

Claro, eso sí para empezar logra hablarle.

–Aún nada.

Ahora mismo se encontraba en una tienda cerca de su hogar, comprando ingredientes para hacer la cena y distraerse un poco de su asquerosa situación. Aunque lo más probable es que haga lo más simple del mundo, no está de muy buen humor.

Guardando su teléfono, tuvo la mala suerte de chocarse con lo que a primera vista parece un niño.

–Discúlpame, pequeño, ¿Te hice daño? –Por cortesía, le extendió su mano para estabilizarlo, ya que no es tan masivo como para derribar alguien.–

–¿Qué coño dices, gilipollas?

No está de más decir que Saihara quedó con la boca abierta, no esperaba para nada tal vocabulario de alguien con una cara tan de bebé. Era más bajo que él, era rubio y con sus mejillas pecosas ruborizadas. Por algún motivo, que supone que es de juego, este trae un parche negro, aunque se fijó en que viste algo formal.

–¿D-disculpa?

–¿Me ves la cara de puto niño cuando a ti ni siquiera se te nota el género?

–¡O-oh! Lo siento mucho, s-solo pensé...

–¡Me quedó claro lo que pensaste, jodido travesti accidental!

En medio del dolor interno de Shuichi por ser llamado mujer, vio como una VERDADERA mujer se acercaba a este tipo agresivo. Era bastante más alta, podría ser perfectamente su cuidadora, y tenía un lindo pelo plateado sujetado en dos trenzas. Al igual que el sujeto que tiene en frente, viste formal, pero no de la misma forma. ¿Y eso que lleva en la espalda es una espada?

El caso del &quot;Líder Supremo&quot; {Saiouma}Where stories live. Discover now