<4>

4.8K 447 870
                                    

Shuichi tenía una extraña crisis existencial, jamás creyó que algo como esto le pudiese ocurrir.

Y aún así, pese a que debería ser fácil de solucionar no sabe qué hacer. Quería mucho a Kaede, era una mujer maravillosa que le lograba acelerar el pulso siempre que estaba con ella, una sensación de paz.

Era su novia, se supone que esto debería resolverse de forma tan sencilla como dejar de salir de esta manera extraña con Kokichi y disculparse por sus tonterías con Kaede. Pero...

No puede hacerlo, con su teléfono en manos a solo un movimiento de llamar Kokichi, algo simplemente lo detenía.

Las ganas de sí tener aquella segunda cita, la extraña calidez de su fría mano de niño, y esos chistes de intenciones dudosas que logran alterarlo. Shuichi no es tonto, conoce ese sentimiento, estaba sintiéndose atraído por ese chico al que conoció hace poco más de una semana.

–¿La vida siempre fue tan confusa? -Suspiró, tirado en pijama en su cama, de la que no se ha levantado en todo el día.-

No es que no disfrute estar enamorado, la sensación es simplemente linda. En circunstancias normales estaría muy feliz. Conocer a alguien que te llamé la atención, probar una cita y que a partir de ahí solo sentir más y más cosas agradables.

Pero eso solo en, nuevamente, circunstancias normales. No podía hacerle eso a Kaede, a Kokichi tampoco, parecía una buena persona.

 No podía hacerle eso a Kaede, a Kokichi tampoco, parecía una buena persona

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.


(...)

¿Uh? -De repente sintió como su dispositivo móvil vibraba entre sus pálidas manos, y nada más ver la letra inicial contestó.- Oh, Dios, me alegra que llamaras. Quiero hablar contigo, ¿Crees que se pueda...?

Pff, ¿Me extrañas mucho? No me importaría visitarte, Shuichi. ¿De qué quieres hablar?

El detective quedó con su mente en blanco al oír la voz femenina de su pareja al otro lado de la línea, y golpeó su cara con la mano abierta al notar su tontería.

Sin embargo, tal vez esto es lo que necesita, después de todo esto es algo que le gustaría discutir frente a frente.

–No te preocupes por nada, estoy bien, solo... quiero verte, ¿Puede ser, Kaede?

Claro, estás a unas horas, y también será bueno visitar a Kaito-kun y Maki-san.~ ¿Cómo están ellos...?

Conversó con ella un rato más, se sentía bastante incómodo hablando con ella en esta situación, así que la charla fue muy sosa y trivial en general.

Estaba dispuesto a abandonar ya su cama y ponerse a trabajar para despejarse, pero otra llamada más le detuvo el paso. Cometió el mismo error idiota de antes y contestó sin siquiera revisar, caminando por la casa con teléfono en mano.

–¿Hola?

–Que forma tan poco romántica de saludarme, y eso que como buen novio te doy los buenos días.~

–¡¿Koki—!? -De una manera triste y patética chocó su cara contra la pared, dejando caer su móvil. Escucha, mientras se acaricia su nariz, cómo el descarado de Ouma se permitía reír con ganas.-

Un fuerte rubor le adornó la cara, ese chico tiene el don de la oportunidad, pero menos mal que no lo estaba observando. Volvió a tomar su teléfono a la par que Kokichi cesaba sus risas.

–Se que estás feliz de escuchar mi voz, pero debes contenerte, no quiero verte en nuestra segunda cita con vendas en la cara. Aunque quizás sería adorable... nishishishi~ it's a lie.~

Créeme, Ouma-kun, si me golpeara por estar feliz de escucharte creo que la cantidad de vendas cubriría mi boca y no te podría llamar. -Al escuchar silencio al otro lado de la llamada pensó que dijo algo fuera de lugar, pero fue interrumpido antes de poder disculparse.-

Oh~ veo que aprendes rápido, Shuichi.~ Como recompensa, te iba a pedir yo la segunda cita porque me estaba aburriendo de esperar, pero te daré el chance de hacerlo tú.

Dios, claramente están coqueteando, esto va de mal en peor. Y sin embargo, ama esta sensación de presión en su pecho, no quiere cortarlo.

–¿Esperar? Pero si nuestra cita fue tan sólo ayer.

No objetes tanto, detective. -Eso se escuchó claramente como un puchero.- Como castigo, no aceptaré la cita a menos que me la pidas con mi nom-bre.~

–¿U-uh? Pero... -El sonrojo que se le estaba desvaneciendo, reapareció reclamando su lugar en su rostro.- ... K-Kokichi, ¿Te parece salir mañana u otro día conmigo...? -Otra vez ese silencio por parte de Ouma, se pregunta qué estará haciendo cuando eso pasa.-

Vaya, vaya, vaya.~ No esperaba que saliera tan fácil, Shuichi, como recompensa aceptaré. Nishishi, aunque claro, es mentira. Aceptaría de todas formas... tal vez.~

–D-disfrutas mucho de mentir, ¿No? ¿Eso por qué?

No vayas tan rápido, querido, eso lo sabrás cuando desbloquees la tercera cita. Por ahora, pórtate bien y te responderé.~

Te gusta tener citas conmigo, ¿No? Me pregunto si será tu próxima costumbre.

¿Mmh? No sé de qué me hablas, el que me ha pedido dos citas eres tú, galán.

En ese caso somos cómplices, Ouma-kun, si tú haces el plan y yo los ejecuto nos hace compañeros. -Otro silencio más, ¿Será que lo está agarrando con la guardia baja por unos segundos?-

Touché, de-tec-ti-ve.~ -Esto lo deletreó con tono burlón.- Como nueva recompensa, mañana te daré daré un premio, así que escoge el lugar de nuestra cita.~

–¿Sorpresa? ¿Qué clase de—?

No te molestes en preguntar cosas que sabes que no responderé, querido. -Se escuchó un ruido como de tuercas y metales cayendo, seguido de un suspiro agotado de Kokichi.- Debo colgar, tengo una molesta cosa que atender. Nos vemos.~

Tremenda fue su sorpresa al escuchar un beso siendo lanzado, colgándose la llamado al segundo. Se dejó caer al sofá, con la mayor sonrisa de imbécil que ha tenido. Claro que luego enterró su cara en el cojín gritando cual adolescente, pero no de amor ni nada de eso, sino de impotencia al haberse complicado él solito su situación.

–Creo que... debo terminar lo mío con Kaede... -Dijo para sí mismo, viendo su anillo de pareja.-

Era lo correcto, aunque Kokichi no guste de él o algo así, aunque ni siquiera lleguen a salir, la de ojos rosados no merece este engaño... ¿Indirecto?

–Soy un idiota.

Y vaya que lo eres, tanto que ni siquiera ha notado que alguien dejó un pequeño regalo frente a su puerta.

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.
El caso del &quot;Líder Supremo&quot; {Saiouma}Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu