Escapando del infierno (+21)

Capítulo 27 (CORREGIDO)

— ¿Eres de los que se duerme después de coger?

— Sí, creo que sí, aunque a veces tengo energía para dos rounds más. — Me guiña un ojo y ambos reímos.

— Ya lo veremos, y si no tienes energía yo te cogeré mientras tu duermes.

— Mm, qué Hanna Morgan me coja mientras duermo. — Habla con una sonrisa en los labios. — Solo no te sorprendas si cuando despierte te pongo una demanda por violación.

— Eres un gran idiota. — Rio negando y golpeó su hombro tomando el cigarrillo. Ríe un poco y le baja a la música.

Apoyo mi cabeza en la ventana soltando el humo y me deleito con las luces que vamos dejando atrás.

— ¿Me dirás qué pasó? — Doy otra calada a mi cigarrillo y se lo extiendo con una sonrisa que no le dejó ver.

¿Cómo puede ser tan curioso?

— ¿Qué pasó con qué?

— Después de hacerlo, pensé que ibas a comenzar a gritar como esa vez en Burger King.

— Siempre uso condón y me molesto olvidarlo ahora.

— Yo igual lo olvide. — Me mira de reojo dándole una fumada al cigarro.

— Ya, pero tú eres hombre. Cuando se calientan olvidan detalles importantes como un maldito condón.

— Entonces eres un hombre. — Sonríe divertido y ruedo los ojos.

— Me refiero a que he follado con ochocientos hombres y nunca he olvidado la protección.

Adrien comienza a toser poniendo ambas manos sobre el manubrio para no perder el control.

— ¿¡Has tenido sexo con ochocientos hombres!?

— Ochocientos uno si somos exactos, acabo de tener sexo contigo.

— Ochocientos... ¿No estas exagerando? — Me mira sorprendido y sonrío.

Niego y él suspira profundamente volviendo a mirar la calle.

— ¿Ya me entiendes? Fuiste el único que se vino dentro de mí, siéntete orgulloso.

— ¿Siempre usaste protección?

— No tengo ninguna enfermedad venérea si eso te preocupa.

— No es eso, eso ya lo sabía, solo que eso significa que me diste tu primera vez. — Lo miro confundida y él ríe. — Acabas de decir que fui el único, eso me convierte en el primero.

— ¿Serás más feliz si te dejo vivir esa fantasía donde te di mi primera vez? — Alzó una ceja divertida y él asiente. — Pues así fue, Adrien. Tienes mi primera vez.

Cuando llegamos al Penthouse no me sorprende encontrar cuatro camionetas de guardias y al mismo Derryl con un móvil en su oreja.

Si, deje mi móvil apagado, no les avise a donde iba y pensaron que Artemio me secuestró junto a la perra de Andrea. Apenas el castaño a mi lado apaga el auto, Derryl junto a tres guardias se nos acercan.

Un hombre de traje informal, un metro ochenta de altura, piel tono beige y ojos rasgados. ¿Cómo es posible que siga viéndose igual que hace casi veinte años?

Bajo tomando mi bolso y el hombre se para frente a mi cruzándose de brazos.

— Cómo empiezo... — Suspira profundamente importándole poco que este Adrien a mi lado y me señala con su índice de forma acusadora. — Si fuera tu padre te estaría golpeando ahora mismo.