Capítulo Doce 🖤

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Miedo, en ese preciso momento sentía un terror enorme

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Miedo, en ese preciso momento sentía un terror enorme. Quería soltarme de su agarre y salir corriendo.

Ian me sonrió

Escuchamos a alguien y los dos volteamos a la par. Al ver a Laín me soltó las manos y se tensó de inmediato.

—Así que dime, Ian. ¿Realmente pretendes asesinarme?

Laín había escuchado aquello. Ian negó riendo.

—Tu no entiendes que haría lo que fuera por estar con ella.

—Creo que no has pensado bien las cosas pues no se te ha ocurrido que al hacerlo irías a prisión y no serviría esto. — Laín hablaba con mucha tranquilidad.

Yo por dentro moría de nervios. No quería que algo saliera mal.

—Estas mal...super mal. Estas zafado del coco, será mejor que dejes de acosar a Sofí y te vayas de aquí antes de que llame a la policía.

Aquello lo había dicho Naím, y por alguna razón ellos siempre estaban en los momentos más oportunos...algo que realmente agradecía.

Pensé que con eso Ian entendería, que las cosas se habían tranquilizado, pero no fue así.

—Perdón, Sofí...pero si no eres mía...— llorar, quería llorar al ver que había sacado un arma y me apuntaba con ella —. No serás de nadie.

Ninguno se movió, nadie dijo nada, una chica había entrado a la librería y al ver la escena salió corriendo de ahí a toda prisa.

Debía estar tranquila y no empeorar las cosas, pero por alguna razón mi cerebro mandó las señales equivocadas. Caminé directo a él, hasta que el arma estuvo en mi pecho.

—Dispara, adelante, anda— agarré la boca del arma y la puse en mi corazón —. Ya me cansé de esta mierda, no te amo, no me gustas y jamás estaré contigo. No es amor lo que sientes.

—Es obsesión— intervino Naím—. Como la canción— al decir esto Laín le dio un codazo. Ian no retiraba el arma, seguía apuntando, no temblaba, estaba firme.

Nos miramos, nadie decía nada, el lugar estaba tenso, esperaba que las cámaras de seguridad estuvieran grabando.

El dedo de Ian se acercó más al gatillo.

—Te iras tu primero luego yo, al menos estaremos juntos en el paraíso.

Disparó.

Sentí que el alma se salió de mi pecho.

Ian soltó el arma y se dejó caer, la sangre empezaba a salir de su pecho. Naím rápidamente corrió auxiliarlo mientras Laín se acercaba a mí. Me rodeo con sus brazos y me apretó hacia él.

—Tranquila, ahora todo está bien.

Buscaba al responsable del disparo, para mi sorpresa el dueño de la librería estaba ahí y guardaba su arma.

N̶O̶ Fue imposible olvidarteWhere stories live. Discover now