11. Pesadilla (pt. 1)

Comenzar desde el principio
                                    

   Esto es una mierda, una jodida y completa mierda provocada por Jaemin y sus estúpidas ganas de verme perder el control.

   Y es por eso mismo que no me puedo dejar vencer. Así viva con una erección entre mis piernas por el resto de mis días pero no me pienso tocar.

   Termino de enjabonarme e intento poner mi mente en blanco; alejando cualquier reflexión equivocada. Me anudo una toalla a las caderas y cepillo mis dientes frente al lavabo, sosteniendo el mango con tanta fuerza que termino rompiéndolo en dos.

   Quizá tenga que controlar un poco mejor mis impulsos.

   Voy hacia mi habitación y acomodo lo mejor que puedo mi erección dentro de los pantalones. Finalmente logro controlarme al pensar en lo inmoral y enfermo que me vería llegando así a la escuela. No necesito ni analizar lo que pasaría si eso sucede y me alegra que el miedo a perder mi trabajo sea mayor que mi calentura.

   Gracias al estrés mental llegó diez minutos tarde, la clase no parece echarlos de menos pero me disgusta saber que últimamente se me ha hecho costumbre llegar tarde. Por otra parte, los malestares que sentía en el cuello desde inicios de semana regresan, y esta vez con más intensidad.

    En el trabajo las cosas parecen estar bien. Demasiado bien en realidad. Durante las clases la mayoría de mis alumnos permanecen en sus lugares, sin darme ninguna molestia o mostrarse inquietos. Todo eso no me hubiera parecido extraño de no ser porque hoy es viernes y generalmente los viernes son sinónimos de ociosidad y ansiedad.

   Decido no pensarlo demasiado por miedo a crearme otro lio mental y me dedico a dar mi explicación sobre el tema en el pizarrón. Al escuchar el rechinido del plumón contra la superficie noto que estoy ejerciendo más presión de la necesaria y trato de remediarlo moviendo la mano con más delicadeza, sin embargo a los segundos hago exactamente lo mismo y eso debe ser porque estoy tan tenso que cada acción que sale de mí, parece acartonada.

   — ¿Tienen alguna duda?

   Giro sobre mis talones, los miro y no sé porque me da la impresión de que se encojen en sus lugares. ¿Qué les pasa? Siento como si algo no encajara aquí. Entorno los ojos para saber si me están escuchando o si acaso hay algo de lo que me estoy perdiendo, pero ellos simplemente asienten y continúan anotando, sin agregar nada. Hasta Jaehyun que últimamente había estado distraído en mis clases presta atención y hace apuntes.

   Este por mucho debe ser uno de los viernes más accidentados que he tenido en toda mi vida.

   Finalizo las clases dictando los deberes y en el momento preciso que el último estudiante sale del aula, me desplomo sobre la silla porque que no puedo más. Ya no se trata sólo del malestar físico, ahora hay una frustración viviendo dentro de mí que se incrementa a cada segundo y que desemboca en mis acciones. Es como si estuviera de mal humor pero multiplicado por mil. Necesito sacar esto de alguna manera; y por desgracia la idea de beber por la noche ya no parece ser suficiente.

   Cierro los ojos y suelto un gruñido. Maldito seas Na Jaemin, ¿qué demonios me viniste a hacer? ¿Por qué no simplemente te quedaste metido en tus propios asuntos? ¿Por qué tuviste que hacerme sentir tan incómodo hasta el punto de desconocerme?

   Sin tener ninguna respuesta en concreto, medito por algunos segundos lo que se convertirá en mi siguiente movimiento. De nuevo nada tiene sentido, pero esta vez me apego al dicho que reza: "para casos desesperados, medidas desesperadas" y como última opción considero llamarle a Yeeun para preguntarle si esta noche quiere salir conmigo y los demás profesores. 

   Salgo del salón de clases y sostengo el celular con fuerza mientras miro hacia ambos lados con paranoia, temeroso de que Jaemin salga de la nada y me eche todos los planes para abajo. Por suerte nadie aparece y antes de que medite sobre lo ridículo que es mi comportamiento, ya estoy corriendo hacia mi auto.

Come my way「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora