3. Retardo

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Que sea una broma, por favor que sea una broma.

   Pienso mientras suelto un suspiro y cierro los ojos. Deseándolo con desesperación.

   — ¿Jeno?

    Pero no es una broma, pues por supuesto que no lo es. Nunca podría tener tanta suerte. Su ronca voz diciendo mi nombre me lo confirma, al igual que su expresión curiosa que me recibe en cuanto abro los ojos.

   Fui yo el que se equivocó por completo al pensar que iba a poder escapar con tanta facilidad de una situación tan jodida.

   Está por demás decir que no estoy preparado para hablar con él, ¿verdad? Porque es obvio que para eso me alcanzó. Nunca se detuvo antes para platicar conmigo o para preguntarme cosas de la escuela. El que hoy este aquí, afuera de mi auto, jadeante, con las mejillas sonrosadas y las pupilas brillosas no es una casualidad.

   Es obvio que quiere hablar conmigo sobre eso.

   —Hola, Jaemin —respondo después de soltar un suspiro y apartar las manos del volante con resignación. Por mucho que lo desee no puedo ir a ninguna parte. No sería correcto—. ¿Cómo estás?

   —Apurado, por un momento creí que ibas a arrancar e irte.

   No estás tan equivocado, pienso. Lo que pasa es que me cargo una conciencia de puta madre.

   Hace una mueca y luego se ríe despreocupadamente, desajustando con sus dedos el nudo de su corbata negra. El traje le viene un poco grande; pues sus mangas están dobladas hacia adentro para que no le estorben y las solapas no se le ajustan del todo a las clavículas. Parece aliviado de haberme alcanzado, lo que me hace sentir más fuera de contexto. Yo daría cualquier cosa para que se sintiera incómodo y se marchara.

   —Lo siento, es que tengo algo de prisa.

   — ¿De verdad? Lo siento. Lo que pasa es que quería hablar contigo sobre... lo que pasó ayer.

   Se muerde el labio inferior pero no baja la mirada. Sus manos se colocan sobre el techo del auto y su rostro se acomoda en el borde de la ventana abierta. Joder, todo sería más fácil si se separara, así podría arrancar sin miedo a llevármelo encima y sufrir cargos por intento de homicidio.

   —Prometo que no voy a decir nada —es lo único sensato que me veo capaz de contestar—. Dejemos el asunto en el olvido.

   Arquea una ceja y sus ojos me miran con más curiosidad. Como si no me creyera ni una palabra.

   — ¿No vas a decir nada?

   —En absoluto.

   — ¿Entonces por qué me acaba de llegar un mensaje de Jaehyun diciendo que lo amenazaste?

   Mierda y más mierda. Voy a reprobar a ese chico por soplón, ¿en qué momento lo amenacé? ¡Ya decía yo que me faltó ser más severo!

   —No lo amenacé —me defiendo, pero es en vano. Le diga lo que le diga es obvio que no me va a creer. Básicamente es mi palabra contra la del tipo que se lo estaba jodiendo ayer—. Sólo platiqué con él después de clase.

   —Pudiste haberlo hecho conmigo primero. Yo soy el adulto de todas formas.

   —No lo parecías mucho ayer —no puedo evitar decir con ironía—. En especial cuando rompiste expresamente el reglamento escolar al mantener relaciones sexuales con un alumno.

   La sonrisa de suficiencia de su rostro desaparece. Incluso yo me veo en la forzosa necesidad de hacer una mueca. Decirlo de esa forma en voz alta es más turbio de lo que pensaba.

Come my way「NoMin」Where stories live. Discover now