Bellamy, con la libreta en mano, comenzó a unir los puntos en su mente, pero antes de que pudiera profundizar en sus pensamientos, Clarke ascendió por la escalera de la nave, seguida de cerca por la joven Kane. La mirada de esta última se posó inmediatamente en el terrestre, generando una nueva capa de tensión en la atmósfera cargada.

—Muévete —ordenó Kaylee, despejando el camino cuando uno de los jóvenes se interpuso frente a ella.

—Está bien, déjalos pasar —ordenó Bellamy, manteniendo la libreta en alto como si fuera una autoridad momentánea.

—Bueno, si no nos odiaba antes, ahora debe hacerlo —comentó de manera sarcástica, la expresión de Bellamy no se inmutó.

—¿A quién le importa? —respondió Bellamy mientras llevaba a Clarke consigo. Lee se acercó a Mikkel, y este último, sosteniendo la pulsera, no pudo evitar expresar su confusión.

—¿Cómo tiene esto? —preguntó Mikkel, elevando la pulsera en su mano. Kaylee trató de parecer sorprendida y le arrebató la pulsera, mintiendo sobre su supuesta, diciendo que la había perdido días atrás.

—¿Dónde estaba? Se me perdió el otro día —mintió Kaylee, intentando mantener la calma.

—Dime la verdad —exigió Mikkel, sabiendo que Kaylee estaba tejiendo una red de mentiras, ella era muy buena mintiendo, él le había enseñado; no existía manera de que él le creyera.

—¡Clarke tiene convulsiones!

Kaylee se movió hacia Bellamy, sabiendo que él era el único con la autoridad para decidir el destino de los terrestres.

—Tienes que soltarlos —demandó la morena, consciente de que la resistencia solo aumentaría la amenaza.

—No podemos.

—Bellamy, nos matarán si los retenemos aquí —advirtió Kaylee, evaluando la situación con una perspicacia que sabía que Bellamy tardaría en comprender. — Nosotros somos menos, ellos demasiados, tenemos desventaja...hace lo correcto por tu gente.

Bellamy bufó, reflejando su terquedad. Kaylee bajó, comprendiendo que su tiempo era valioso, y se encontró con una Clarke visiblemente alterada.

—Tiene que tener líquido en los pulmones —diagnosticó Clarke rápidamente, y la tensión aumentó en la nave.

—¿El cuchillo tocó algo? —preguntó Raven, preocupada por Finn.

—Esto no es sangre —murmuró Kaylee al examinar el líquido, recordando lecciones de Abigail.

—¡Hice todo lo que dijo! —exclamó la rubia, sin comprender la situación—Esto ya lo he visto, falta de respiración, fiebre, convulsiones —enumeró los síntomas—. Es veneno.

—Tú esterilizaste todo, te vi hacerlo —intervino Kaylee, notando cómo Clarke observaba el cuchillo.

—No todo.

—Clarke —intervino Kane, tratando de detenerla, mientras Octavia también se unía a la escena, creando un telón de incertidumbre. Kane conocía la impulsividad de su compañera y lo que podía suceder si no era detenida.

— ¡Quítate de mi camino, Miller! — exclamó Clarke apresurada, su voz cargada de urgencia. Miller respondió de inmediato y dejó que pasaran. Clarke avanzó directamente hacia donde se encontraban los terrestres, una determinación evidente en su expresión.

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 | The 100| 𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐁𝐥𝐚𝐤𝐞Where stories live. Discover now