Vigilo que el guardia vaya tras suyo cuando desaparece de mi habitación, le lanzo un beso a mi bebé.

—Brianna —llama Leyla. Está sentada al borde del sillón, las piernas en indio, cerca de la incubadora de Irina —. El otro día me salí de control, no quiero ser una perra con quién me ha acogido sin juzgarme, ¿Sabes? Eres buena mujer, fuerte, te respeto, solo que yo...soy impulsiva, esa es la palabra.

Tiendo a buscar las pastillas para los dolores recetadas por la médica de cabecera, Ingiero una de golpe. Tantos movimientos están afectando la herida, tengo efectos de la anestesia aún. Estos días han sido un desastre para todos, no ha habido un solo segundo de paz.

—Ese día pude haberte gritado o quizás en otra época cuando era como tú, golpeado —me recuesto en la cama, es molesto tener dolor en el cuello, debo estar más relajada —. Conocer a Dmitry ha ayudado mucho en mi vida, además que reflexioné, no podría golpearte por eso, decías la verdad.

Ella es de esas chicas misteriosas, tranquilas, silenciosas, observadora, es calculadora.

Leyla Petrova será un témpano de hielo, ya lo es.

—Amanda me huye. Odio eso —se sincera.

Durante nuestra conversación he tratado por todos los medios no pensar en Dmitry que no viene, en Ninet que no escucho nada de su parte.

Justo ahora Leyla está teniendo conmigo en mayor acercamiento que ha tenido en meses.

Sus manos juguetean con las tiras de su pantalón de dormir.

—Ella cree que volverás a culparla o algo similar —escucha con atención —. Debes aprender a manejar tus emociones, que tú la domines a ellas, no ellas a ti. Si dejas que tomen el control, manejaran tu vida a su antojo.

Irina abre sus hermosos ojos, con los días estará más despierta, duerme mucho, eso es vital para su desarrollo y crecimiento. No por algo Mikhail ya está enorme. Mi bebé es todo un campeón.

—Supongo que como seres humanos somos uno, pero dentro nuestro hay varias cosas que pueden llegar a tener el control absoluto de uno mismo.

Lo sabré yo, lo sabemos todos.

—Estás en lo cierto —masajeo mis sienes —. Tienes el poder para invertir las cosas, no lo olvides.

Los próximos minutos es silencio, hay paz en toda la casa, no escucho nada, Irina dentro deambula entre su pequeña cuna de cristal. Ha de estar pensando que es o algo similar.

Es tan hermosa, es un pedazo de mí.

Aún me cuesta creer que salió de mí, que pude traer vida a este mundo, a alguien tan puro e inocente. Experimento el amor que no se asimila a nada.

Soy capaz de todo por mis bebés, por estás chicas.

— ¿Qué harán con ella, con Ninet? —su pregunta rompe el silencio.

Más tranquila de mis dolores me incorporo despacio.

Irina es tranquila, pocas veces llora, excepto cuando tiene hambre o está sucia. El día está tan frío que esperaré medio día para bañarle, encender la calefacción lo suficiente.

—No lo sé a ciencia cierta, Dmitry lo más probable es que ya pensó en algo.

Asiente, se pierde en un punto fijo de la habitación.

—Amanda lloraba en un rincón de la habitación hace un instante cuando escuchamos, lo supe porque fui a verlas esta mañana, Lara tapó sus oídos con ambas almohadas. Tenemos un trauma, no nos gusta que griten a nuestro alrededor.

ALÉJATE © [Corrigiendo] Where stories live. Discover now