PRÓLOGO

7.9K 299 2
                                    


Desde que tengo clara mi memoria, he sido llamada por tantos sobrenombres. Empiezan por nerd, hasta terminar con la palabra "mojigata", no era sorpresa encontrarme con alguien que me llamara por mi nombre, porque seguramente lo había  olvidado o estaban igual de acostumbrados que yo a que me llamaran por todos esos tontos y absurdos sobrenombres.

Me ha inventado varias cosas, me han llamado como se les da la gana, vienen a mi cuando necesitan algo, solamente para exprimirme con lo mejor que tengo para que ellos salgan beneficiados. Son extremadamente pocas las personas que me llaman por mi nombre, últimamente dejaba de preocuparme demasiado por todos esos tontos apelativos.

Cuatro ojos; ¿Qué tenía de malo usas lentes par la vista cansada o para leer? Mojigata; ¿Me llamaban de la forma despectiva solamente por creer que era tímida o carezco de cierto sentido?

No hay duda de que todo se torna de esa manera cuando quieres ser el centro de atención en todos lados, creyendo que ganarás algo más que sólo risas al querer hacer sentir menos a una persona.

Mamá me había educado de una manera que fue buena, de verdad que así ha sido. Me educó tan bien que si alguien me está insultando o golpeando a tal grado, no seré capaz de levantar la voz o la mano para devolver el golpe. Ese era mi ligero odio con mi manera de ser educada.

Mis padres en los primeros cinco años de mi vida llegaron a ser las mejores personas, tan amorosas, regando miel por todos lados pero, justamente después de mis cinco años de edad papá se fue de la casa, se divorciaron y me quedé con mamá. Las palabras de la persona que aquella vez fue mi padre siguen marcadas en mi mente y en mi pecho, algo que me dejó marcada, no de por vida, pero sí por algún tiempo.

Desde que se fue no volví a saber absolutamente nada de él, pero tampoco es como que ahora quiera saberlo así como así. Es la persona que más detesto en el mundo. Empezando por haber hecho llorar a mi madre, por llamarnos de forma despectiva a su ida y señalarnos como un gran estorbo.

Haber sido hija única se tornó un infierno cuando fueron más las veces que estaba sola que acompañada, pero era mejor así, porque nadie más que yo tenía que sufrir a tal punto. Nadie lo merecía.

Los problema suelen tocar a la oiera de mi casa con demasiada frecuencia, no hay para nada de emoción lo que siento cuando uno de ellos se esfuma, porque soy consciente del que vendrá será tan peor como el anterior. Tal como mi existencia en este mundo, y con ello, solamente una pregunta que que siempre me golpeaba y que no había respuesta alguna para ella, ¿Por qué yo?

La Nerd Más Hermosa; Horan1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora