—Muchas gracias, Adrienne —contesto.

—Me alegra tenerte aquí, querida —dice Rebeca a mis espaldas, acercándose a ella para saludarla en un gran abrazo. Había olvidado que eran buenas amigas, ahora entiendo por qué Kara y su mamá están aquí.

Ambas rompen el abrazo, separándose. Esto me permite ver mejor a Rebeca, haciéndome sentir una enorme piedra cayendo en mi estómago. Lentamente siento la ira filtrarse por mis venas, ardiendo como alfileres clavados en mi piel. 

Algo le ocurrió. 

Los trajes que tanto ama usar fueron reemplazados por un vestido sin gracia, que la cubre por todas partes. No es que no sea bonito, simplemente ella jamás lo usaría. El brillo en sus ojos parece haberse ido, se ve tan apagada que duele. Su postura seria e implacable fue cambiada por una dócil y rendida. 

Me recuerda a mamá. 

Patrick la obligaba a usar lo que él consideraba ''adecuado'', si ella lo desobedecía las consecuencias eran horribles. Aún puedo recordar cada uno de los insultos, cada golpe que recibía solo por usar un vestido con apenas un poco de escote. ¿Y si le está haciendo lo mismo a Rebeca? Aaron confía en que eso no podría pasar, pero él no vivió dieciocho años con mi padre, él no sabe la capacidad que tiene para romper a alguien. 

Suspiro de alivio al ver que no tiene ningún tipo de marca o moretón en su cuerpo, aunque eso no me tranquiliza por completo, pueden encontrarse en lugares que a simple vista no se ven. 

Y su nota... 

Joder, casi la olvido. Ella quiere que hablemos cuando todos estén distraídos, necesita decirme algo, y tengo miedo de que sea lo que sospecho. Deseo que no lo sea. 

Luego de que mi padre se presentara con Kara y le diera la bienvenida a la señora Jones, sugirió que nos sentáramos en una de las mesas principales

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Luego de que mi padre se presentara con Kara y le diera la bienvenida a la señora Jones, sugirió que nos sentáramos en una de las mesas principales. Está ubicada a pocos metros del gran árbol navideño, cerca del escenario ostentosamente decorado. Para mi desgracia tuve que sentarme junto a mi padre, en el asiento más lejano al de Aaron. Por suerte a mi lado derecho se encuentra Kara, quien no para de mirarse el vestido como si fuese a morderla. 

—Satanás hizo esta cosa... —murmura tocándose el escote por décima vez desde que llegó, reprimo una carcajada. 

—No me imagino a Satanás usando eso —susurro entretenido, ella bufa. 

—Exacto, nadie en este mundo debería de usar algo tan incómodo —refunfuña. 

—Estás exagerando, reina del drama —contesto alegre. 

No esperaba que ella viniera, fue una enorme sorpresa que alegró mi noche. Sé que está Aaron, pero con él no puedo hablar normal sin que Patrick lo note, él cree que nos odiamos. Es diferente con mi mejor amiga, no tengo que fingir nada y puedo bromear lo que desee. 

Odio Profundo |BL| ©Where stories live. Discover now