3. Clima húmedo

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—¿Qué haces?

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—¿Qué haces?

Levanto la mirada para ver a Ben tomando asiento a mi lado. Deja caer su mochila al piso y pasea los ojos por la mesa de la biblioteca, donde se extienden libros de texto abiertos, plumones y resúmenes meticulosamente alineados.

—Juego a las muñecas.

Sonríe y se reclina en el silla, descansando un brazo en el respaldo de la mía.

—Me gusta tu sarcasmo.

—A mí me gustas a diez kilómetros de distancia.

Se echa a reír, aunque se detiene abruptamente —o eso intenta—, cuando el bibliotecario y algunos compañeros le lanzan miradas de reproche.

—Al menos admitiste que te gusto.

—Sí, mientras no pueda verte ni escucharte y logre estudiar en paz.

En lugar de marcharse como haría cualquiera, ensancha su sonrisa para mí.

—Por favor, en serio, tengo un examen el lunes y ya te dije que no quiero salir conti...

Guardo silencio cuando saca sus materiales de estudio. El resaltador en mi mano se debe estar secando, pero no logro ver la tapa porque mi atención estar en Benjamín. Trato de leer sus intenciones.

—¿Qué haces? —Es mi turno de preguntar.

—Estamos en la biblioteca. ¿A que creías que venía?

Me muerdo la lengua. En el fondo sé que es una excusa, aunque una muy buena si con ella pasa sus exámenes.

—¿No crees que te voy a distraer? —indago.

Se encoge de hombros y abre su libro. Apoya el codo en la mesa y la mejilla contra el puño. La luz de la tarde que se filtra por los ventanales pinta su piel de un dorado cálido, y los ácaros de polvo danzan alrededor como una lluvia apenas visible.

Es una paisaje muy sereno.

Y distractor, aunque no se lo vaya a admitir.

Tal vez no es él la persona que no se puede concentrar cuando estamos juntos, sino yo, y por eso lo intento alejar.

Como si supiera lo que estoy pensando, me guiña un ojo. Se estira por mi tapa y se la coloca al resaltador que todavía tengo en la mano.

—No queremos que se seque, ¿no? —dice.

En realidad, hay lo opuesto a sequedad aquí...

Me aclaro la garganta y vuelvo a enfocarme en las leyes.

—Diploma, diploma, diploma —susurro, pasando las páginas con rapidez.

Ley del miedoWhere stories live. Discover now