Capítulo 8.

64 4 0
                                    

- ¿Dot?, ¿Dorothea, mi amor? (escucho la voz de John algo nervioso y exaltado llamándome, entonces salgo del baño).

- ¡Ey, ey!, estoy aquí (llego a su lado y acaricio su mejilla).

- Pensé que todo había sido un sueño... (dice sonriendo torpemente y haciendo que me acueste encima de él).

- Fue un sueño, que se cumplió (dejo un corto beso).

- No te vayas, nunca más preciosa (susurra).

- Nunca, nunca.

- Sabes tengo mucha hambre. Tú, ¿no? (dice dejando pequeños besos en mi cuello).

- La verdad sí, ¿qué te apetece desayunar?

- Mmm... a ti.

- ¡John!... es de día y deben estar todos abajo. Además, anoche ya les dimos demasiado espectáculo.

- Vale... (dice riendo y comienza a cambiarse con unos jeans y una de sus remeras).

- Ahora vuelvo (camino hacia la puerta).

- ¿A dónde vas?

- Por Heather para que me preste ropa.

- Espera, (abre un cajón y saca uno de mis shorts y una remera con el logo de la banda) lo olvidaste una de las últimas veces que viniste a dormir.

Minutos más tarde...

- ¿Me llevas? (digo antes de bajar las escaleras y me cuelgo en su espalda).

Minutos más tarde, llegamos al comedor riendo a más no poder y nos encontramos a todos sentados a punto de desayunar...

- ¿Veo que hubo reconciliación? (dice Lexy sonriendo).

- No Lexy, la reconciliación fue anoche (responde Richie divertido haciendo que mis mejillas se tornan rojas).

- Cállate Sambora.

- Yo también te extrañé amiga.

- ¡John! (grita Heather a su lado).

- ¿Loca, por qué me gritas? (dice cubriendo su oído).

- No lo sé, anoche parecías sordo, mi amiga no paraba de gritar John, John ¿Seguro que no tienes nada en los oídos?

- Heather (digo cubriendo mi rostro sonrojado).

- Jajajaa (estallan todos de la risa).

- Olvidaste tu camisa Johnny (David se la lanza).

- Si, hacía algo de calor aquí abajo (dice mirándome fijamente mientras me pasa un plato con el desayuno).

- Tendríamos que verificar la calefacción, ¿verdad Alec? (pregunta Tico conteniendo la risa).

- Oh claro.

- Preciosa es George (dice John al contestar, pasándome su celular).

Llamada de George...

- George.

- ¿Se puede saber, dónde carajos has estado nena?

- Geor...

- He estado muriéndome de la angustia de solo pensar en....

- George.

- George nada Dorothea, asustaste a tu mejor amigo gay, hasta casi llevarlo a la muerte, ¿se puede saber qué pasa contigo?

- Lo lamento ¿sí?

- Mmm (pasan unos cuantos segundos en silencio) solo porque te amo y sé que no podrías vivir sin mí ("habla la diva" pienso en mis adentros).

- Gracias gor, te súper mega odie amo.

- Y yo a ti mi amor, nos vemos y mándale un beso a los dioses de tu novio y amigos.

- Vale, bye bye.

Fin de la llamada.

- Si no fuese porque George es gay y es tu mejor amigo me pondría celoso (dice John).

- La celosa tendría que ser yo, les manda un saludo a todos, en especial a ustedes muchachos y a ti mi amor (diga y con las chicas soltamos una carcajada por la cara de horror los chicos).

Días más tarde...

Nos encontramos los ocho juntos, divirtiéndonos y pasándola bien durante todo el día. Finalmente terminamos el día en el patio a punto de cenar, cuando oímos a lo lejos el ruido del timbre.

- Clary, ¿puedes ir por favor?

- Claro señora (responde y desaparece por la puerta).

- ¿¡Dónde está!? (escucho los gritos de una voz bastante conocida y segundos después veo aparecer ante mis ojos al hombre que me dio la vida y detrás de él a la famosísima Diane Lane).

- No, no, no (el miedo invade todo mi cuerpo y me aferro al hombro de Heather, quien se encuentra a mi lado).

- ¡Mosca muerta, vámonos! (trata de acercarse a mí, pero John, Tico y Richie se interponen en su camino).

- Bebé nadie te lastimará, ni te llevará a ningún lado ¿sí? (asiento temblando mientras mi novio deja un suave beso sobre mi frente).

- ¡Lárgate de aquí Edward, si no quieres que llame a la policía! (exclama David mientras mira sus movimientos atentamente).

- Deja que se la lleven Johnnibu, así podemos vivir nuestro amor, sin una perra que te busque siempre.

- ¡Aquí la única perra eres tú loca! (le contesta Mary).

- Lárguense, en este mismo momento, de mi casa y nunca pero nunca más se vuelvan a aparecer en nuestras vidas, especialmente en la de Dorothea. Porque no saben que soy capaz de hacer por ella (los amenaza John).

- No, espera.

Una sola cosa quiero saber antes de que se vaya y nunca más vuelva a verlo. Así que, reúno todas mis fuerzas y me suelto de los brazos de mis amigas para adelantarle y colocarme delante de John, quien observa todo con cautela.

- Solo quiero saber una sola cosa, ¿por qué eh?, ¿qué te hice para que me odies y me trates así? Éramos felices cuando estábamos con mamá los tres ¿qué pasó después?

- Vi la verdad, con tu madre nunca te quisimos, es más siempre fuiste una obligación y una carga para nosotros. Ella al morir se liberó de ti y de tu desgraci...

Sus palabras no son ciertas, lo sé, mamá siempre me quiso y nunca sería una carga para ella. Aun así, todo lo que dice se clava en mi corazón provocando un dolor inmenso.

Las lágrimas comienzan a brotar nuevamente y mi respiración comienza a hacer estragos. Cuando veo, el puño de John impactar contra el rostro del bastado de mi padre, pego un salto y me abrazo a su espalda...

- ¡Lárgate de mi casa, ahora mismo si no quieres que te mate capullo! (le grita John en su cara y sin más Diane, y este hombre salen de nuestras vistas).

- Amiga (la mano de Lexy toca mi hombro y salgo corriendo dentro de la casa para encerrarme en la habitación).

- ¡Amor! (golpea mi novio la puerta).

- ¡Déjame sola!

- Dot, amiga, vamos abre la puerta (se escucha la voz de Heather).

- Déjenme sola.

- Preciosa, solo escúchame ¿sí?, tú no eres una carga para nadie y solo tú sabes cuánto te amo tu mamá.

Continuará...

Always.Where stories live. Discover now