capítulo 2

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Al pasar los días despertaba de la misma forma, boca abajo con el gato ronroneando en su espalda que cada día subía unos centímetros más. El felino se adaptó a quedarse dentro, no salir a menos que fuese con jaemin.

El pequeño gato, que quizás no superaba los 6 meses de edad, podría decirse que había escogido a jaemin para que lo cuidase. Lo tenía todo, comida, agua, una cama enorme donde dormía con su humano, los gatos no tenían dueños, al contrario los gatos eran los dueños de sus humanos.

Él no entendía si el felino le comprendía, debía buscarle un nombre para poder bautizarlo de aquella forma y así dejarlo en casa como su mascota.

Él no entendía si el felino le comprendía, debía buscarle un nombre para poder bautizarlo de aquella forma y así dejarlo en casa como su mascota

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Jaemin estaba en su oficina mientras bebía café, amaba ese bebestible. Lo tenía despierto durante las mañana y lo que restaba de día.

Firmaba con agilidad los contratos, propuestas, asociaciones, contratistas.

"Jaemin, están los jefes de la corporación Klimber  esperando" habló su secretario

"Hazlos pasar, por favor"

"Como gustes"Juntó el papeleo que tenía y lo dejó a una orilla. Ordenó el escritorio, dejó su taza de café a un costado al igual que su carpeta de pendientes. Su pluma en el bolsillo de su chaqueta, acomodó su corbata y juntó sus manos mirando hacia la puerta.

La puerta fue tocada.

Pasehabló con voz grave como la que debía tener un jefe.

Que debía...

Vio entrar a Renjun con un señor algo mayor, seguramente el jefe, éste entró con la cabeza baja y una carpeta muy apretada entre sus manos. Su corazón latía, pero cada latido era tan fuerte que podía imaginar que se rompía.

Sólo negocios.

Se levantó saludando de la mano a ambos, relamió sus labios por su nerviosismo que no dejaba ver.

"Na Jaemin, he escuchado mucho de ti. Ya tenía ganas de venir y conocerte para hacer mis negocios contigo" sonrió el viejo "¿No es así Renjun?"

"S-sí, usted comentó algo como eso" sonrió forzando evitando a toda costa toparse con él aludido

"Bueno, aquí me tiene ¿De qué negocios me quiere hablar?" sonó frío. Él no lo era, pero debía serlo

"Me gusta tu convicción" comentó el viejo, miró a Renjun haciendo una seña

Éste extendió una carpeta, Jaemin quería volver a tocar sus manos pero simplemente tomó la carpeta por la punta arrebatándola con una sutil amargura. La abrió revisando las plantillas de liquidaciones, la renta, las acciones.

"Tu empresa con la mía, una sola. Millones en nuestros bolsillos" relataba "Siendo la empresa más grande de Corea, de Asia, del mundo"

"¿Cómo lograría aquello?" cerró la carpeta dejándola sobre la mesa

"Con nuestra astucia" sonrió "Tus ideas, tu innovación llevó a la cima ésta empresa. La mía necesita de eso, pero tenemos algo que tú no..." alzó una ceja "El apoyo del estado"

"He podido sin ese apoyo, no necesito al Estado en esto"

Renjun sonrió disimuladamente, él sabía que Jaemin no era un estúpido con los negocios. Seguía sorprendiéndose más de cómo era, pero dolía estar frente a él como dos desconocidos.

"No seas terco chico, lo tendrías todo."

"Lo tuve, o eso pensaba" tragó saliva

"Quiero que sepa que es una muy tentadora oferta"

Nono lo era

"¿Qué piensas tú Renjun?!" habló el viejo "Tú eres mi mejor empleado, eres joven. Ustedes se llevarían bastante bien"

Ambos guardaron silencio. Un celular los interrumpió. Disculpenel señor salió.

El silencio seguía, ninguno de los dos podía mirarse a la cara. Renjun jugaba con el cuello de su camisa y su corbata. Jaemin simplemente bajó la cabeza tocando su sien. Lo extrañaba, lo necesitaba.

"Renjun, yo..." el castaño negó

"No me digas nada, si estoy aquí es por negocios y no por ti. Ya te dije lo que pasaba" continuaba mirando el suelo

"Lo que realmente quiero saber es por qué me engañaste" apretó sus dientes para no gritar

"Porque me cansé de ti..." habló con amargura, ambos se quebraron "Tu estúpido trabajo, tú jaemin, tú me aburriste. La maldita rutina en la que estábamos"

"Trabajamos en lo mismo" sintió su corazón ser estrujado

"Pero tú dedicadas tu vida a esto" su tono sonaba a molesto "¿Y yo dónde quedaba?¿A caso crees que diciendo te amo es amor?"

"Yo te lo decía de verdad, Renjun yo aún..."

"Pero yo no Jaemin. No somos nada y no volveremos a ser"

La puerta se abrió nuevamente. Ambos guardaron silencio, guardaron sentimientos, guardaron sus pedazos rotos, guardaron sus penas y lo que quedaba de tolerancia.

Continuaron conversando, entre ellos se daban miradas rápidas de casi lástima. Jaemin sólo quería que se fueran para poder llorar en paz. Se despidieron cordialmente cuando vio a ambos salir por la puerta, se dejó caer en la silla.
Sus ojos estaban cristalinos, su garganta estaba apretada. Estaba cansado de todo eso.
Quería salir temprano y estar recostado todo lo que restaba de día.

Quería salir temprano y estar recostado todo lo que restaba de día

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El felino estaba en uno de los brazos del sofá dormitando. El sonido de un vehículo detenerse hizo que se estirara y corriera a la ventana a mirar. Nadie bajaba, por lo que se quedó allí esperando hasta que por fin vio al chico, bajó corriendo a la puerta maullando.

Estaba roto, más de lo que estaba antes.
El pequeño animal se paseaba por las piernas de su humano pero éste poca atención le daba por lo que se estiró apoyándose de su pierna mientras maullaba más fuerte.
Pareció funcionar, el chico se agachó acariciando su cabeza mientras lo miraba sonriendo pero con sus ojos llenos de dolor.
"Cada día estás más grande" lo abrazó con suavidad dejando un beso en su cabeza

Miau.

Sirvió la comida, cambió el agua y cerró la ventana que siempre dejaba abierta por si también quería dejarlo, como todos lo hacían.

Se bañó, mientras lloraba para no hacerlo mientras dormía. Se quedó un buen rato hasta que volvió al mundo real, esperó que su cabello se secara antes de recostarse.
Cerró sus ojos para dormir.

Las lágrimas salieron casi instantáneamente luego de cerrar los ojos. Se sentía patético. Contuvo sus ganas de seguir llorando, una pequeña lengua pasaba por su rostro.
Abrió los ojos viendo al felino lamer sus lágrimas mientras se posaba en su pecho justamente en el lado izquierdo donde comenzó a ronronear. Acarició su cabeza y éste cerró sus ojos soltando un muy bajo maullido.

"Gracias..."

healthy heart 🐾 (nomin)Where stories live. Discover now