Las relaciones no siempre son perfectas, realmente ninguna es perfecta. Seria una mentira quien dijese que la suya es perfecta, que no le moleste algo del contrario, que algo le haga dudar, que discutan por cosas mínimas, que uno no ame más que el otro.
Por la crisis más dolorosa era por la que pasaban Renjun y Jaemin. Ambos estaban frente a frente en un café, no con los mejores ánimos.
"Jaemin, esto es..." suspiró conteniendo sus lágrimas "Digo, ya no podemos seguir con esto. Ya no pasamos tiempo juntos y... "
"No me digas eso Renjun, podemos cambiarlo. Si quieres puedo cambiar mis turnos para estar contigo" Sus ojos poco a poco se fueron nublando
"No, ya no. Tuvimos muchas oportunidades y creo que ya no se puede " Trago saliva "no es que no te ame, quiero decir si acaba el amor, ya no es lo mismo y es solo que no es sano "
"N-no me dejes" Dejó salir un par de lágrimas mientras sus manos temblaban "dejaste mucho en mi, son años juntos Renjun"
"Pero no todo es por siempre, entiendelo. lo nuestro acabó" también le dolían sus propias palabras, pero debía acabar con esto "No hagas las cosas más difíciles"
"¿Y qué puedo hacer? No quiero dejar a quien amo. No te quiero perder" tragó saliva secando sus lágrimas "Eres muy importante para mí, no sé cómo podría olvidarte"
"Tengo a otra persona" soltó rápidamente, miró al peliazul que sus ojos volvieron a llenarse e hizo un puchero "Y-yo no sabía cómo decirlo, estuvimos tanto tiempo distanciados que creí que ya no éramos pareja"
"Pero lo éramos... Yo pensé que me amabas"
"Y-ya no" bajó la cabeza conteniendo sus lágrimas, sacó dinero para el café y lo dejó sobre la mesa "Adiós jaemin, te deseo lo mejor"
El peliazul se quedó mirando la taza de café a la cual en ningún momento le dio un sorbo. Las lágrimas seguían corriendo pese a que nadie le estaba prestando atención, su novio se había ido y él seguía sin asimilarlo.
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Cuando llegó a su casa, el peso del mundo se vino sobre sus hombros. Vio la cantidad de papeleos que le quedaban por hacer, los papeles de finanzas, cálculos. Se sintió culpable por las palabras de su, ahora, ex pareja que claramente tenía razón. El estrés que estaba viviendo era demasiados al punto que su espalda, hombros, cabeza dolían constantemente. Pese a ir a médicos que recetaban medicamentos que no le hacían efecto.
Se durmió en el sofá al terminar de organizar todos los papeles del trabajo, ser el gerente general no era trabajo fácil.
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