—Jackson tenía razón —murmuró—. Le gustan las canciones viejas, pero no por eso dejan de ser buenas.

Tuve que estar de acuerdo en eso.

Sin embargo, pese a que habían empezado a sonar canciones, el evento aún no empezaba y teníamos que esperar. Habrían algunas actuaciones y así.

Un poco aburrida, me volteé hacia mi novia, quien tarareaba la canción y movía su cabeza al ritmo de la melodía, y le llamé la atención.

—Lili.

Fue un murmullo algo bajo y dulce, por lo que no sabía si pudo escucharlo. No obstante, Lisa me sorprendió volteando hacia mí con una ceja levantada.

Estiré mi mano izquierda y bajé las gafas de sol de su cabello hasta sus ojos nuevamente, y me eché a reír cuando arrugó la nariz.

—¿Qué fue eso? —preguntó.

Levanté los hombros, jugueteando con el bombón en mi boca unos instantes, antes de sacarlo y sonreírle con picardía.

—Me gusta como te quedan. Te ves sexy.

Ella me lanzó una sonrisa parecida y rápidamente me envolvió entre sus brazos.

—Yo creo que tú te ves muy sexy con ese vestido —susurró bajo y ronco en mi oído.

Aquel susurro me hizo jadear.

Volteé para quedar cara a cara otra vez, encontrándome con aquella sonrisa que podía asegurar, infartaba a todas las personas, sean hombres o mujeres. No podía observar sus ojos gracias a los lentes oscuros, pero sí podía asegurar que me observaban de esa forma en la que sólo me observaba a mí.

Plantó un beso en mi hombro al mismo tiempo que me abrazaba con más fuerza, y, acto seguido, me susurró al oído dos palabras que hicieron que me derritiera en mi posición.

—Te amo.

Suspirando, me dispuse a contestarle.

—Te amo más.

Ella tarareó y se quitó los lentes, poniéndomelos a mí esta vez.

—Eso no es posible, pero lo dejaré pasar porque eres tú.

Me eché a reír cuando tomó mi mano y la llevó a sus labios, comiendo del bombón que permanecía en ella.

—Manoban, ¿de dónde sacaste ese bombón? —preguntó Jennie cuando se volteó a observarnos unos instantes.

Ambas intercambiamos miradas, sabiendo muy bien de dónde lo sacó, pero sin decir nada.

—Es... ¡¿Es mío?!

—Ah... No —se atrevió a negarlo. 

Cuando Jennie se levantó, Lisa sonrió mostrando todos sus dientes y empezó a correr.

—¡Siempre tomas mis cosas sin permiso! ¡Voy a matarte! —gritó la castaña, persiguiéndola bajo la incesante mirada de las personas a nuestro alrededor.

Jisoo se echó a reír mientras yo negaba con la cabeza, pensando que con ellas tres cerca nunca iba a parar de reír.

...

Tiempo después, cuando la noche cubrió por completo la playa y la luna estuvo en lo alto, la mayoría de actos habían pasado y ahora, en una especie de intermedio, se había formado una pista de baile en el medio de todo.

Lisa y yo reíamos cerca de la mesa con comida, cuando un chico se acercó a ella.

—Disculpa, linda, ¿quieres bailar?

Promise┊ChaelisaWhere stories live. Discover now