Capítulo #2: El chico de cabello rubio

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"Para triunfar en la lucha de la vida el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra"

(GRECIA)

Tener que regresar a mi casa con el cabello oliendo a jugo de guayaba además de haberse puesto rígido, sumado a las manchas del jugo en los hombros y parte del pecho de mi camisa fue el completo colmo. Las personas me veían extraño e incluso una señora me ofreció su camisa de repuesto con todas las letras de tenerme lástima en los ojos. De por sí era horrenda la prenda floreaba con olor a talco aromático. 

Fue demasiado vergonzoso que una desconocida quedara en medio de una escena que no lograba entender, ni siquiera me conocía. ¿Cómo le explicas a una desconocida cosas de tu vida personal que nadie debería saber? cosas que todos entienden como otra cosa muy distinta. Mejor dicho, simplemente ¿cómo te evitas pasar malos ratos como ese si tienes a un chico persiguiendo tus pasos?

__ ¡Ya llegue! -anuncie dejando mi bolso sobre la mesa de la sala.

Por suerte mi papá no estaba en la casa o habría empezado su interrogatorio sobre mi mala cara y que mi abuela tampoco anduviera revoloteando para saber en qué problema me había metido como para faltar al ensayo de nuevo era un alivio. ¿Cómo decirle a una abuela que sientes que se te rompe el cuerpo desde el vientre? A veces pienso que mi abuela no es mujer porque no entiende que los cólicos son capaces de dejar indefensa a cualquiera.

__ Mejor búscate un hombre, papá-me burle sola leyendo el mensaje de texto de mi papá.

En el mensaje solo me avisaba que iba a llegar un poco tarde porque estaba ayudando a la vecina con algunas cosas de su casa. El mismo cuento barato de siempre.

Un hombre enamorado de una mujer con la que no puede estar y que comparte sus sentimientos es la historia más cliché y aburrida de todas. Solo que en nuestro caso las cosas son más complicadas para todos los involucrados. 

La casa sola significaba para mí, darme un buen baño, subirle al volumen máximo y bailar en pijama hasta que mis pies duelan o alguien llegue y me regañe por no barrer la casa.

Simplemente un hermoso panorama para mi mente cansada.

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Me baje del Malibu azul cielo de mi papá y aspire todo lo que pude de aire. Ya era lunes de nuevo, de nuevo tuve que dejar mi hermosa moto en casa si no quería que algo o alguien la dañe. La fachada del instituto era una de las más bonitas y pintorescas de la ciudad, la pintura parecía nunca caerse, los árboles apenas perdían sus hojas si no era otoño o invierno y la entrada siempre estaba limpia así como los muros y los bancos libres de rayones, marcados, lápices y colores. Pienso que la directora tiene un pacto con el diablo porque no es normal que una fachada sea tan limpia con tantos adolescentes rondando por el lugar todos los días. Yo más de una vez hice algunos garabatos en paredes, pisos, puertas y escalones por mero impulso.

A lo lejos vi a mis compañeros de clases en las bancas de la esquina de la entrada. Los salude con la cabeza y me dispuse a ir a guardar mis cosas en el casillero. Aún con años de estudio en el instituto seguía siendo molesto sentir las poco disimuladas miradas de críticas y altos "murmullos" de cierto y determinado grupo de personas, normalmente agrupados cerca de mi casillero y el filtro de agua. Costumbres ajenas que molestan. No faltaron sus risas cuando saque mi libro de química del montón y deje que las tres cucarachas muertas volaran a la papelera más cercana para ponerlo en mi bolso y en su lugar deje el de matemáticas dentro. Por suerte no era un ratón o sapo muerto como la primera vez que lo hicieron.

Looking for LoveWhere stories live. Discover now