"Idiota." Le contestó golpeándole el brazo mientras sus mejillas se ponían rosas.

"¡Papá!¡Quiero comprar esto!" Exclamó la pequeña sonriente con un par de llaveros en las manos.

Shinichi sacó la cartera de su bolsillo pero la pelirroja le frenó adelantándose.

"Ya se lo compro yo que también tengo un trabajo, ¿sabes?." Dijo sacando su cartera del bolso y acercándose para entrar a la tienda de la mano de su hija, mientras él las esperaba fuera.

Su móvil vibró dentro de su bolsillo y al desbloquearlo se percató de que Heiji le había llamado un par de veces e incluso le había dejado un mensaje.

<<Mira internet.>>

Sus cejas se curaron al leer el mensaje, pero de todos modos abrió el servidor e hizo caso a su compañero. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando realmente. Los periodistas sólo buscaban la exclusiva y les habían seguido para dar con ella.

La fotografía de la cena anterior, ocupaba casi todas las redes sociales. Se veían los tres alegres y podía verse la manera en que Kudo miraba a la pelirroja.

"¿Qué pasa?" Le preguntó Shiho de nuevo a su lado, cargando la bolsa de los llavero que acababan de comprar. Su mirada seria repentina le había llamado la atención.

"Nada. Nos vamos." Dijo igual de serio.

"¿No quieres ver que te hemos comprado?" Le preguntó la pelirroja con una sonrisa mientras sacaba algo de la bolsa. "Toma. Lo ha escogido Zoe."

El detective relajó su rostro y abrió la palma para coger el pequeño regalo que acababa de recibir.

"¿Te gusta?" Preguntó Zoe ilusionada. "Mamá dice que las tortugas simbolizan protección y fuerza." Le empezó a explicar balanceando los pies. "El caparazón es casa y nosotros la tortuga." Dijo con los ojos brillantes.

"Me encanta." Le dijo sonriéndole fuertemente.

Se trataba de un llavero de madera en forma de tortuga. Se notaba que estaba hecho a mano y que se lo regalasen ellas, lo convertía en algo valioso.

Sacó sus llaves al momento y no dudó en colocarlo entre la anilla. "¿Queda bonito verdad? Ahora estamos juntos siempre." Dijo dandole un toquecito a la figura, haciendo que rodase sobre si.

Zoe no dudó en abrazarle fuertemente y Shiho empezó a sentirse más observada a medida que pasaban los minutos.

"¿Nos vamos?" Preguntó Kudo volviendo a su cara más seria.

"Claro." Contestó iniciando el paso.

La casa en la que se hospedaban, a pesar de estar alejada del pueblo, no estaba lejos. Y después de haber hecho el camino andando esa mañana, ahora el detective no podía parar de insistir en coger un taxi.

"¿Qué pasa?" Preguntó Shiho después de que el taxi les dejara en el portal y marchase. Sin esperarse a entrar en casa siquiera.

"¿Cómo que no pasa nada? Te conozco lo suficiente cómo para saber cuando mientes." Le dijo entrecerrando los ojos y clavando sus pies al suelo, negándose a andar hasta recibir una respuesta más convincente.

"¿Podemos hablar dentro?" Le pidió él mientras observaba que no hubiese nadie alrededor. Pero ella no parecía querer moverse. "Por favor."

La científica resopló y acabó entrando.

"¿Es por algún caso?¿Tienes que irte, no?" Preguntó ella con un tono molesto.

"No Shiho, no es nada de eso." Contestó un poco incómodo ante el tema que venía.

Ella se sorprendió ante su respuesta y calmó su rostro antes de preguntar. "Entonces...¿Qué pasa?"

Kudo sacó su móvil y le mostró las imágenes sin esperar más tiempo. "Parece que me han encontrado por aquí y acaban de publicar un articulo sobre nosotros...Todo son patrañas, pero aún así no creo que estemos muy cómodos aquí si nos quedamos."

Ella le devolvió el móvil rápidamente y apretó los puños con fuerza. "No quiero ver nada."

"Lo siento." Se disculpó. "Se suponía que veníamos a desconectar y ha acabado pasando todo esto."

Shiho se quedó callada mientras pensaba en todo eso. No podía hacer que interfiriese en su vida. No debía darle esa importancia. "A mi lo único que me importa en Zoe. Se cansarán de esto en pocos días." Se intentó auto convencer.

"Hemos pasado cosas peores..." Dijo acercándose a ella para abrazarle.

Estaba cansada de esa montaña rusa de acontecimientos y emociones. Cuando empezaba a sentir calma, algo aparecía para irrumpirla y así sucesivamente.

"Tienes razón." Susurró contra su pecho. Después de lo molesta que se sentía por todo eso, había una parte mayor que no quería joder ese vinculo que había recuperado con el detective por un par de exclusivas. No iba a dejarles ganar, por más imágenes que recopilasen, nunca podrían capturar sus emociones. Y lo demás importaba bien poco.

¡Ding! ¡Dong!

Ambos se sorprendieron ante el timbre.

"¿Esperas a alguien?" Preguntó ella.

"No." Negó con la cabeza. "¿Crees que son ellos?¿Se habrán atrevido a venir hasta aquí?" Preguntó esperándose ya cualquier cosa.

"Espero que no."

"Ahora vengo" Contestó rompiendo el abrazo para dirigirse a la entrada.

Las manos le sudaban y su ceño se arrugaba más y más a cada paso que se acercaba a la puerta. No iba a permitir que unos fotógrafos acosasen a su familia de esa manera. Así que abrió la puerta sin dudar y sus ojos se sorprendieron al ver quien era realmente su visitante.

"Ran."

Amar en silencioWhere stories live. Discover now