LA VIDA INESPERADA

Capítulo 30: Una ilusión

Capítulo 30: Una ilusión

 

Escuchaba un pitido constante fuera de mí, y un dolor en el cuerpo insoportable, cuando abrí los ojos estaba en el hospital enchufada a una maquina con el pecho vendado y una mascarilla de aire en la cara. Cuando fui a quitarme la mascarilla una mano me paró, era la mano de Álvaro.

 

-No te la quites hasta que no venga el médico-dijo Álvaro susurrando

 

De pronto entraron Clara, Pedro y mi padre.

 

-¿Cómo está?-preguntó mi padre

 

-Se ha despertado, ahora tiene que venir el médico, tiene las costillas rotas, el tabique de la nariz desviado, le han tenido que operar y tenía una leve hemorragia interna-dijo Álvaro

 

Clara que tenía flores se acercó a la mesilla que había al lado de la cama y las dejó encima con mucho cuidado.

 

-Álvaro, estás cansado, deberías descansar un poco en casa-dijo mi padre posando su mano en el hombro de Álvaro

 

-No, si estoy bien, además no la voy a dejar sola-dijo Álvaro

 

-Bueno pues esta noche te hago compañía-dijo mi padre

 

-Vale- contesto Álvaro cogiéndome la mano.

 

Cuando se fueron Pedro y Clara entró el médico y Álvaro y mi padre se levantaron rápido.

 

-Alejandra se está recuperando muy bien, pero tiene que guardar reposo de dos días en el Hospital, y ya se puede quitar la mascarilla

 

-¡Por fin!, ya me estaba empezando a agobiar- dije quitándome la mascarilla

 

Mi padre y Álvaro se reían de mi reacción

 

-¿Por qué narices habéis esperado tanto para rescatarme, sabéis lo que he sufrido estando encerrada en esas cuatro paredes, durante una semana entera?-dije incorporándome y gesticulando con las manos

 

-Al principio pensábamos que después de lo que te habíamos contado, estabas en poco en blanco y necesitabas espacio, pero Álvaro empezó a preocuparse por ti, y empezamos a investigar un poco, unas cámaras de seguridad te tomaron una foto, ya que ibas muy rápido y el único sitio cerca de esas cámaras es el bar de los moteros, así que hicimos un plan y fuimos a rescatarte-dijo mi Padre sentándose a un lado de la camilla

 

-Sentimos mucho haberte ocultado todo esto, pero entiende, que era por tu seguridad-dijo Álvaro

 

-no os preocupéis lo entiendo-dije con la mirada caída hacia abajo

 

-¿enserio?-dijeron mi padre y Álvaro al escuchar la respuesta que no se esperaban

 

-sí, Dimitri e Egor me cogieron, porque estaba cegada por todo lo que había pasado antes, si me lo hubierais contado todo desde el principio, no se habrían tomado tantas molestias y mis padres y yo estaríamos muertos, y podía meter a más gente por medio ya que me ciego yo sola y no veo las consecuencias, me empeño en algo y solo me centro en eso-dije con la voz baja y un poco avergonzada

 

-Me alegro de que lo hayas entendido, pero tuvimos un poco de culpa en todo esto-dijo mi padre

 

-Losé-dije riéndome

 

De pronto, todo empezó a desvanecerse y sin ninguna razón cerré los ojos y cuando volví a abrirlos estaba en mi habitación, en mi cama con el pijama puesto, no entendía nada, me levanté de la cama, salí de la habitación y cuando baje las escaleras estaban mi madre y mi padre en la cocina desayunando, estaba totalmente en sock.

 

-Cariño por fin te despiertas, llevas casi dos días durmiendo-dijo de pronto mi madre

 

-¿Cómo?, no entiendo nada- dije acercándome a ellos he intentado saber que pasaba

 

-¿Es que no te acuerdas de lo ocurrido?-preguntó mi padre

 

-no

 

-Hace casi dos días te golpeaste en la cabeza en clase de gimnasia, intentado hacer una de tus acrobacias, Álvaro y Clara te llevaron al hospital y dijeron que tenías una pequeña conmoción y te llevamos casa, para que descansaras, como nos recomendó el médico-dijo mi madre

 

-¿Álvaro y Clara?-pregunté

 

-sí, tu novio y tu mejor amiga-dijo mi padre sorprendido, de todas mis preguntas

 

Volví a mi cuarto y lo comprendí todo, fue todo un sueño del golpe en la cabeza, había soñado con mis familiares, amigos y cercanos, pero en otros papeles, como si me hubiera inventado una película.

 

Entonces, no ha muerto mi madre, no he tenido que separarme de mi familia, todo el sufrimiento no era real. Me alegre, de que no hubiera pasado nada del sueño, pero me habría gustado ser espía o algo por el estilo.