Se sentía tan miserablemente desesperado, con un miedo carnal latiendo en cada rincón de su cuerpo, ante la posibilidad de perder al amor de su vida para siempre. Taehyung lo era todo para él, y todo su futuro lo había trazado alrededor de él. Deseaba con tantas ganas regresar el tiempo y volver al punto en que todo se arruinó, para rogarle de rodillas que jamás fueran a esa maldita fiesta. Tener la oportunidad de sentir el calor de sus labios y oír su risa en la mañana. Incluso, anhelaba las tostadas que preparaba, siempre quemándolas en las orillas por dejarlas demasiado tiempo, o sus fallidos intentos de cocinar algo comestible. Extrañaba con tanta fuerza verle otra vez, acariciar sus mejillas y verle hacer un puchero infantil porque no quería compartir su helado con él. Todo lo que era Kim Taehyung... todo él... era lo que su cuerpo necesitaba dolorosamente.
En su desesperación, se dijo a sí mismo que debía ir a buscarle, así tuviera que viajar a Daegu. No podía quedarse de brazos cruzados, mientras Tae continuaba odiándole y cada día su amor moría un poco más. Tomó una mochila de viaje y la arrojó a la cama, sacó algunas prendas, sin fijarse mucho en qué elegía, lanzándolas junto a la mochila. Tomó su teléfono y marcó a la madre de su ex novio, rogando porque no lo mandara a freír espárragos. De seguro el rubio ya les había contado todo lo ocurrido y sus ex suegros debían estar odiándolo.
- ¿Seokjin-ah? - saludó la mujer, con su tono alegre de siempre - ¿Qué es este milagro que nos llamas? Creí que ya te habías olvidado de este par de viejos - la risa de la mujer, tan similar a la de su rubio, le hizo llorar silenciosamente. Taehyung aún no les había dicho nada y el pelinegro no podía más que agradecer a los dioses por ello. Al menos, tendría la oportunidad de explicarse con ellos.
- L-Lo s-siento... yo... - su voz quebrada era casi imposible de disimular, aunque Jin carraspeó para ocultar el temblor en esta - Lamento no haber llamado antes, Omoni - se disculpó, conteniendo sus ganas de largarse a lloriquear como un niño.
- ¿Está todo bien? - dudó la mujer - ¿Taehyungie se ha portado juicioso? - aquello descolocó un poco al pelinegro, quien estaba seguro que su ex novio se encontraba en casa con ellos.
¿Sería que el chico aún no llegaba donde sus padres?
- ¿Seokjin? - volvió a preguntar la mujer.
- Creí que Taehyung estaba allá, en Daegu - confesó.
- Oh, no... Tae no ha aparecido por acá... - negó la señora Kim - Pero, ¿qué es lo que pasa entre ustedes? - interrogó la mujer. Jin pasó saliva, pensando en la mejor manera de narrarle lo sucedido, sin ganarse el odio y rencor de esa pareja - Porque Taehyungie llamó, me dijo que había cambiado su número de teléfono... y se oía muy triste, pero cuando le pregunté qué pasaba, no quiso decirme nada... - comentó ella y el pelinegro se sintió algo aliviado. Que su ex novio no le confesara que ellos habían roto su relación, tal vez significara que, para el rubio, aun existiera una posibilidad de regresar.
- La verdad... estamos atravesando por un pequeña... crisis de pareja - mintió, para no alterar a la mujer. Él no era el adecuado para contarle la verdad - No es nada grave, pero... Taehyung estaba algo molesto y... - el pelinegro prefirió no seguir hablando, pues sólo mencionar su nombre, le quemaba el pecho - De todos modos, si llegara a aparecer por allá, o tuviera alguna noticia de él, por favor... ¿podría decírmelo?
- Cuenta con eso, Jinnie - prometió su ex suegra. Ambos guardaron silencio por un momento - Ustedes son el uno para el otro, de eso no tengo duda - añadió ella - Por lo que sea que hayan discutido, no puede ser más grande que el amor que se tienen... - el chico mordió su labio, conteniendo con todas sus ganas, los deseos de llorar - Confío en que todo se resolverá.
- Gracias, Omoni - se despidió Seokjin, finalizando la llamada.
Dejando caer las lágrimas retenidas, sollozando con auténtica tristeza. ¿Cuánto más debía pasar, para volver a tener a su lado el amor de Taehyung? ¿Realmente eso ocurriría en algún momento?
Antes de irse a la cama, mensajeó a Namjoon, para decirle que Tae no estaba en casa de sus padres y que ellos no sabían nada de él, por lo que, probablemente, Jungkook les había mentido otra vez.
Por la mañana, mientras terminaba su café, antes de ir a clases, recibió una llamada inesperada. Miró el nombre en la pantalla, y sin dudar, contestó.
- ¿Diga? - saludó, atento.
- Hola, Kim Seokjin... - habló el chico del otro lado - Soy Chanyeol, el barman...
- Sí, sí, lo sé - le aclaró el pelinegro - Tengo tu número registrado.
- Oh, bien... am... - del otro lado de la línea, Chanyeol se aclaró la garganta, antes de hablar - Yo... estuve investigando un poco, después de ese día que hablamos y... encontré algo que pienso que pueda servirte - comentó, despertando la curiosidad de Jin - Resulta que hubo un chico que, de alguna manera, consiguió el número de Yoongi, el tipo que te dio el trago... - explicó.
- ¿De verdad? - quiso confirmar.
- Sí, y yo me inventé un cuento para sacárselo - confesó en medio de una risita - Así que, me lo dio.
- ¿Lo tienes? ¿Tienes su número? - Kim se puso de pie, de la pura emoción.
- Sí, sí... voy a enviártelo por mensaje - prometió, oyendo al pelinegro suspirar de felicidad - Yo, realmente estuve muy conmovido con lo que me contaste, por eso quise ayudarte a recuperar a tu chico... Espero haber sido de ayuda.
- Eres increíble, muchas gracias - agradeció el otro, sinceramente - Toda ayuda sirve.
Con la nueva información adquirida, Kim Seokjin sabía exactamente lo que debía hacer, sólo tenía que planear cómo llevarlo a cabo.
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Ay, estuvo bien sad el capítulo, pero con una pizca de esperanza 🥺
Tranquilxs, pronto tendremos una interacción de ellos. 😉
𓅪
CZYTASZ
¨Forgetting¨ [JinTae]
Fanfiction[TERMINADA] Seokjin despierta después de una noche de fiesta, sin recordar nada de lo que pasó, y con Taehyung yéndose con sus maletas del departamento que comparten hace tres años, diciendo que lo odia. Jin tiene que buscar las piezas perdidas en s...
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