🩰⭒ ꒰ besitos por todo el rostro ꒱ ★ b. katsuki ? ! ⊹

⠀⠀૮ 🌷⠀.⠀ episodio diez⠀ ꐑ⑅ꐑ

❛ BUFANDA ❜ 

            EL FRÍO gobernada todo el lugar, si alguien no llevaba más de dos casacas estaría congelándose.
Aún así, esa era la estación favorita de nuestra protagonista, alegre como siempre y dando pequeños saltos como niña tierna; se acercó al amor de su vida. 

—Bakugou–senpai—lo llamó dulcemente con un toque de burla.

—¿Somos novios? —preguntó inocente, logrando que él empiece a crear explosiones en ambas manos. Rió internamente.

—Por supuesto que no, fea. Ahora sal de mi camino.

—No tengo sal para tu camino, perdón —contestó parpadeando dos veces.

La ignoró siguiendo su camino, sintiendo los pasos ligeros de Kaede detrás.

Se detuvo y se puso frente a ella, para que note su irritación total, quería un día tranquilo.

—¿Por qué tan irritado, Bakugou–senpai?

—¿Te acuerdas de las papitas que me tiraste al estómago? —asintió—, pues te voy a comprar algo como recompensa, ¿pero me dejas en paz?

La tranquilidad que estaba teniendo el chico al no explotarle su rostro era sorprendente, Hayashi se quedó perpleja unos segundos.

—¡Sí!

Empezaron a caminar juntos hasta la cafetería, minutos después él ya había entrado y comprado el paquete de gomitas que deseaba.

—¿Ahora me dejas en paz? —estiró su mano para darle el paquete.

No le hizo caso a su pregunta, velozmente tomó la bufanda —que tenía en su pequeña mochila— y lo cubrió en su cuello, entrando ella también ya que era ancha, todo para estar más cerca de él.

—Te besaría en los labios en estos momentos —habló con esa sonrisa tan típica.

—Lo haces y te juro que no voy a ir a tu entierro, perra.

Rió ante sus palabras pero seguía cerca de su rostro, hasta se había acercado un poquito más.

Las personas que pasaban cerca de la cafetería se quedaban con mucho asombro, temían que en cualquier momento el rubio cenizo explotara.

Pero no lo hizo.

Se quitó la bufanda lentamente, dio una vuelta en el cuello de Kaede para luego depositar un beso en su frente con suavidad y seguir su camino; ignorando a los demás.

Dejándola en trance por unos segundos, de nuevo.

Ingresó a su salón aún muy confundida con lo que había pasado en el refrigerio, arrastró su asiento para poder sentarse y seguir meditando sobre lo sucedido.

Pero todo eso se esfumó al ver como una chica se sentaba a su costado; parpadeó dos veces al ver como su asiento al costado ya no estaba vacío, una chica pálida y de cabello verde estaba ahí ahora.

— No está ocupado, ¿verdad? Porque que cosas sentarse con un hombre, no socializo bien con ellos, a parte son muy infantiles, te molestan toda la vida, las mujeres somos mejor, ¿o no? bueno, bueno, me calmo —habló tan rápido que a la justas la Hayashi pudo entenderla—. ¿Cómo te llamas? Medio año aquí y nunca noté tu existencia, perdón, linda; no noto la existencia de nadie, recuerdo que un día me olvidé hasta de mi propia jefa, ¿puedes creerlo? Estaba al costado mío y yo hablando puras estupideces, que vergüenz–

—M-me llamo Kaede —la interrumpió con una sonrisa nerviosa.

—Soy Midori, significa verde por mi cabello, toda mi familia tenemos el cabello verde, parecemos árboles, Dios que miedo. — hayashi aguantó una risa ante sus palabras.

Todo el salón miraba extraño a la de ojos esmeralda, si alguien le preguntaba, era la chica más habladora y rara del salón. Algunos sentían lástima por Kaede que iba a soportar todo eso.

Pero no, ella estaba feliz y tratando de entender lo rápido que podría hablar.

—¿Cuál es tu quirk? —se animó con una gran sonrisa— la mía es crear un campo de defensa alrededor mío.

— Oh, que chevere debe ser eso, así cuando te caes no te duele; ¡joder, que genial! ¿Te imaginas que estas por caerte de un edificio hasta que recuerdas tu quirk y te salvas? Que loco.

—¿Eso crees? —Midori asintió muchas veces.

—La mía es relacionado a la naturaleza, me ayudan y esas cosas; ¿te dije que mi familia y yo nos parecemos a un árbol, no? —ella contestó con una amplia sonrisa—, bueno, me llevo bien con los pájaros y eso. Soy como Blancanieves, canto y ya tengo pájaros en mi brazo para atacar a los villanos, así es.

—¿Cantas?

—Canto del asco pero eso no me impide creerme Blancanieves.