⠀⠀ (つ﹏˂。) ¡ CH꩜CO L♡VE !⠀ ᘐ
⠀⠀＃ ─ 딸기와 달콤한 초콜릿 ★︎
⠀⠀ ⠀zZz . . . ⑅ su coqueteo y encanto
⠀⠀ ⠀parecía llamar su atención cada
⠀⠀ ⠀vez más, pero, ¡de verdad no
⠀⠀ ⠀desea que le de besos en el rostro! ᄿ
⠀⠀⠀ʚ [ historia corta ]
⠀⠀⠀ʚ [ bok...
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LA HAYASHI se estaba insultando a sí misma mentalmente, hasta ahora no había creído lo que había hecho hace unos cuantos días atrás, ¡qué horror!
—Me debo disculpar– se dijo en voz alta, segura de la decisión.
¿Tal vez le regale algo como disculpas? Sí, tal vez. Pero, ¿qué le gustaba a Bakugou? Se sentía terrible al pensar que no conocía lo primordial de él.
Kirishima entró a su salón, la rubia creyó ver una luz intensa atrás de él, sintiendo a su vez como un aire sacado del milagro de la rosa de Guadalupe sacudía su cabello. Llegó su salvación.
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Bakugou tenía que admitirlo, sentía una atracción por pequeña que le repartía besos en el rostro, claro que su orgullo no le permitía admitirlo, pero Hayashi ya tenías sus propias sospechas.
Si bien ahora su personalidad era amorosa casi con todo el mundo, eso no quitaba el hecho de que existían hombres que, babeaban por ella. Y obviamente, al rubio cenizo le irritaba demasiado.
La rubia se encontraba hablando con uno de sus compañeros, tenían que quedar para hacer la tarea que dejaron y ninguno de los dos querían ir a su casa.
—Y, ¿Si vamos al parque? —animó al ver que no había otra opción.
Pero, Katsuki que pasaba por ahí lo escuchó y llegó a malinterpretar todo.
Estaba cerca de darle un buen golpe pero la joven lo detuvo a tiempo, segundos después su compañero salió corriendo muy asustado.
Kirishima al rescate vino, se preocupó por aquel chico que salió corriendo a dirección contraria de él.
—Oye, Baku--
—¿¡QUÉ QUIERES!?
Gracias al enojo, él solo estiró su brazo derecho como un intento de protección, protección de cualquier persona que se le acercaría, lo que no se daba cuenta que su mano estaba rozando con uno de sus voluminosos pechos.
—Bakugou. . . Senpai. . .
A continuación un aura de molestia había alrededor de ella mientras empezaba a insultarlo en otro idioma.
El kirishima se sobresaltó y se sonrojó al ver aquella escena.
—¡Bakugou! ¡Esas cosas no se hacen en público, no es de hombres! —le reprochó.
En un rápido acto, ella le dio un golpe a su brazo, aunque a bakugou no le dolió tanto, volteó a verla ya que estaba actuando muy extraña, ¿debía preocuparse por el aura que transmitía?.
Estaba a punto de darle una cachetada, pero el peli–rojo la detuvo, no quería que haya peleas.
—¿QUÉ TE PASA, FEA?
—¡P-E-R-V-E-R-T-I-D-O!
Deletreó, seguido de safarse del agarre de su mejor amigo bruscamente. Sacó de su bolsillo el paquete de papitas súper picantes y se lo lanzó con toda la furia en el momento.
— ¡RAYOS! —gruñó al no poder atrapar la bolsa en el aire, cayendo así en su estómago.
Kaede soltó un gruñido también de molestia y se fue directo a los baños higiénicos, o tal vez a su salón.
— ¡FUE CASUAL MALDITA SEA!
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