Cuatro de enero, mi cumpleaños.
Dios mío... ya había pasado otro año entero y se me hacía raro el poder decir que tenía veinte años.
Dos décadas y lo que había logrado en mi vida era tener un maravilloso novio, la mejor cosa de toda mi vida, un trabajo como camarera en un hotel, trabajo del cual estoy dispuesta a rechazar si la cosa sigue así ya que estaba harta de ese horrible hotel, y por lo demás... chascos emocionales.
Quería que este año sea diferente, que sea mejor al anterior.
Tenía pensado viajar, ir a dónde quiera que vaya Justin a actuar y después visitar el país, poder sacarme una carrera o trabajar en algún tipo de oficio que no sea ese jodido hotel, si es posible algo que tenga que ver con el modelaje, estética o algo así, pero sobretodo este año quería que fuera diferente, intentaría hacerlo todo de la mejor manera posible para no sufrir como lo he llegado a hacer en el pasado, pero sobretodo disfrutar cada momento con mi chico, que bueno, últimamente se comportaba de manera diferente, no sé como explicarlo con certeza pero se había vuelto un poco menos cariñoso y un poco más frío.
"¡Judith, sal ya, están todos esperándote!" Dijo la voz de Justin al otro lado de la habitación e interrumpiendo mis pensamientos.
"¡Ya salgo!"
"¿Puedo pasar a verte?"
"Claro, ya estoy lista".
Justin entró a la habitación y me miró de arriba a abajo.
"Estás preciosa". Se dirigió hacía a mi y me abrazó con fuerza contra él y entre sus brazos para luego darme un profundo beso en los labios. Cogió mis manos con las suyas y entrelazó nuestros dedos. "Feliz cumpleaños Judith". Sonrió.
"Gracias Justin". Le besé sutilmente la comisura de sus labios. "Y desde luego que lo será si estoy contigo". Sonreí sin obtener respuesta.
Ambos salimos de la habitación rumbo al salón donde pude contemplar todos los rostros de las personas más importantes en mi vida. Pero me di cuenta de que entre ellas no estaba Megan.
"¡Felicidades Judith!" Gritaron todos al unísono al verme.
"Muchísimas gracias a todos". Les sonreí. "Y muchas gracias por venir también".
"No te preocupes querida, es tu día y te lo mereces". Dijo Pattie con una cálida sonrisa que segundos después me contagió.
"Tiene razón". Dijo esta vez Jeremy señalando a su mujer y yo me reí.
Mis ojos se conectaron con los de mi padre y este se dirigió a mí dándome un fuerte abrazo haciendo que recordara como eran mis cumpleaños antes de la partida de mi madre y mi hermano. Todo era mejor antes de que ellos fallecieran pero, por mi bien, mejor dejar de pensar en eso hoy.
"Feliz cumpleaños mi pequeña". Besó mi frente. "Ya han pasado veinte años desde que nació la persona más maravillosa de este mundo y con ello mi felicidad". Sonrió y mis ojos se cristalizaron pero evité que lágrimas resbalaran por mis mejillas, no me gustaba llorar delante de la gente. "Te quiero muchísimo princesa".
"Y yo a ti papá". Le sonreí y le abracé. "Gracias por venir".
"Es un placer verte pequeña".
Me separé de mi padre y me fui a saludar a cada uno de los que estaban en la sala y dando siempre un gracias después de un Felicidades Judith.
Por último saludé a Harry y no pude evitar la curiosidad.
"Harry, ¿Sabes dónde está Megan?" Le miré a sus ojos y estos no me transmitían nada bueno.
