"Capítulo 5 Y tú ¿Qué eres?"

12 2 0
                                    

Habíamos llegado. Sasha estaba parada al frente de la casa. No pude ver a Cielo y Eudam,

Deimus se bajó de la camioneta. Yo fui a ayudar a Groudum a bajar, agarré la bolsa y lo acompañé, él sostenido con un brazo en mi hombro, iba dando saltos, no podía caminar con los dos pies.

Cuando estuvimos a la vista de Sasha, ella vino corriendo y ayudó rápidamente a Groudum.

—¿Qué le pasó? —preguntó preocupada acercándose a mi amigo para ayudar a sostenerlo.

Yo observé a Sasha, ella estaba realmente preocupada. Aquello me alegró.

—Me torcí el tobillo —respondió él, dando pequeños saltos y muestra de dolor.

—¿Cómo? —giró la mirada hacia mí.

—En una pelea —le hablé—, adentro te contaremos.

La casa del fondo parecía estar lejos, pero con ayuda de Sasha se me facilitó llevar a Groudum.

Cuando llegamos, Sasha rápidamente movió los dedos e ingresamos. Con ella lo trasladamos a los sofás de la izquierda. Ahí él se sentó y suspiró aliviado.

Pude notar a Sasha moverse rápido en busca de algo.

—Tranquilo, es un golpe, una noche descansando aquí y estarás de diez —le dije dando un apretón en su hombro.

Él me miró sonriendo, pero aun dando muestra de un poco de dolor.

—¿Podrías pasarme mi teléfono?

Recordé haber guardado un celular en la bolsa, así que lo fui a buscar. Abrí la bolsa y noté que era mucho más grande que de lo que aparentaba por fuera. Luego de meter todo lo otro, sobraba aun espacio.

Pude ver el celular, lo alcancé y fui a dejárselo a Groudum.

—Aquí tienes.

—Gracias.

Me había quedado parado mirando su pierna, pero me perdí cuando vi a Sasha detrás de mí, traer un balde con mucho hielo.

—Pon tu pierna aquí, así no se te hinchará —colocó el objeto debajo de él.

—Gracias... Pero ¿Deimus no puede hacer algo de magia en mi pierna?

Pude notar a Sasha hacer un gesto de molestia.

—Sí, ya lo llamaré —respondió Sasha alejándose de la sala.

Miré a mi amigo e hice un gesto de no saber que pasaba. Fui detrás de Sasha y ambos buscamos a Deimus.

Se encontraba en la cocina, estaba haciendo algo con unas hojas y un vaso.

—Denme un minuto y esto le ayudará a él —anunció concentrado en lo que hacía.

—Deimus, ¿no basta con la magia? —le pregunté.

—No siempre es suficiente, prefiero preparar un poco de medicina y combinarla con magia. Así es más seguro —dijo mientras levantaba lo que estaba preparando.

Observé un vaso con agua y una hoja al lado. Cuando Deimus dijo unas palabras extrañas, cómo cuando nos encontrábamos en el departamento de Groudum:

—Draíocht leighis —el agua que tenía dentro se hizo verde.

—¿Eso tiene que tomarlo? —pregunté asqueado.

—Si se quiere curar, sí —respondió Sasha—, tendremos que hacer que tome esto sin que lo viera, además de su aspecto sabe horrible.

—¿Tu lo tomaste? —giré la mirada hacia ella.

Camelot y la Descendencia PerdidaWhere stories live. Discover now