Lisa carraspeó levemente, haciendo que ambas saltaran en sus asientos. 

—Ahm... Qué buena estaba la película, ¿no? —murmuró Jisoo, arreglando su cabello.

—Sí —dije no muy convencida.

Lisa se echó a reír en voz baja y plantó un beso en mi hombro.

—¿Qué tal si hacemos una pijamada? —dijo.

—No es mala idea —habló Jennie—. ¿Qué se supone que haremos? ¿Ver más películas? 

—Todas sabemos que no prestaremos atención a las películas. Así que podemos jugar juegos de mesa o algo así.

—Suena como un buen plan —sonreí. 

Quizá podría distraerme de la lluvia.

...

—¡No es justo! ¿Cómo eres tan buena en este juego? —bufó Jennie, tirando las cartas lejos cuando mostré las cartas en el sobre misterioso, las cuales eran exactamente las que había dicho.

—Me llaman Roseanne Holmes —guiñé un ojo hacia ella y me eché a reír.

—¿Y si jugamos otra cosa? Ya me cansé de perder —Jisoo tiró sus cartas mientras Lisa se encargaba de recogerlas y acomodar todo.

—¿Y qué sugieres? —inquirí.

—No lo sé —se lanzó de espalda sobre la alfombra y suspiró.

Después de guardar el juego, Lisa enterró su mano derecha entre mis muslos que estaban unidos fuertemente, quedando aprisionada. No era algo erótico, ni nada de eso, de hecho su mano estaba bastante lejos de mi intimidad, sólo la mantuvo allí. Se estiró y plantó un beso en mi mejilla antes de sonreír.

—Dios, ¿podrían dejar de ser tan cursis? —se quejó Jennie, haciendo una mueca de asco—. Cada vez que volteo a verlas Lisa tiene sus labios sobre ti o viceversa. ¿Qué no pueden vivir sin tocarse un minuto?

—¿Qué haces tú viéndonos? —Lisa le lanzó una de las bolitas de queso del tazón, que ella atrapó con la boca.

—Wow, excelente atrapada, Jen —Jisoo se volteó hacia ella—. ¿Qué más puede hacer esa boca?

—¿Quieres que te lo muestre? —comentó con cierta picardía.

—¿Y se quejan de nosotras? Son unas hipócritas —tomé un puñado de bolitas de queso y se las lancé entre risas.

Jisoo tomó una de las bolitas de queso que estaban en el suelo y la llevó a su boca.

—Lo que no mata, engorda —murmuró con la boca llena—. Y en la barriga no estorba.

Lisa y yo hicimos una mueca. 

—No puedo creer que la beses, Jen —murmuró Lisa, a lo que Jennie levantó ambos hombros.

—Todo en esos labios sabe mejor.

—Awww —balbuceé, haciéndola sonrojar levemente.

Jisoo, con las mejillas rojas, se tiró sobre la alfombra mientras volvía a bufar.

—Esta es la peor pijamada en la historia.

—¿Y qué sugieres que hagamos? 

De repente, se levantó y, con una sonrisa maliciosa, nos pidió que la siguiéramos. Nos llevó hasta su cuarto y allí, justo antes de que Lisa cerrara la puerta detrás de ella, mi mejor amiga me lanzó una almohada en la cara mientras gritaba "¡Guerra de almohadas!" yo tomé otra en venganza y se la arrojé al abdomen, e inmediatamente Jennie y Lisa se unieron.

Promise┊ChaelisaOnde histórias criam vida. Descubra agora