XXVII.

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El día de la reunión con la japonesa llegó y estaba más nerviosa Emili que Zhan.

Calmate Emili, todo saldrá bien-le dijo para calmarla.

Lo sé, solo que me da curiosidad conocer a la inversionista japonesa-lo dijo mirando a la entrada del restaurante.

Si claro, miren quien esta diciendo cosas raras después de advertirle a cierta persona que se cuidará de ella-le dijo burlón.

Jiang Zhan, eso que te dije es verdad, cuidate de ella y no caigas en sus encantos o dile adiós a tu matrimonio-terminó de hablar cuando apareció una joven alta frente a ellos con el cabello negro y una sonrisa bastante extraña.

Zhan soltó el aire que tenía en sus pulmones y se levantó de la silla para saludarla de manera cortés.

Bienvenida a China señorita Suzuki, tome asiento por favor-le dijo Zhan con amabilidad.

Sintió la mirada de Emili para reaccionar y cerrar los ojos con culpabilidad.

Los tres tomaron algo para luego hablar de negocios en ese mismo momento.

Señorita Suzuki, ¿cómo estuvo el vuelo?-tenía que ser amable Emili.

Estuvo bien cariño, nada fuera de lo normal-lo dijo mirando de reojo a Zhan quien se escondió en su teléfono disimuladamente.

Que bien señorita Suzuki, ¿qué te parece si vemos lo de la inversión?-cambio el tema al percatarse de que estaba comiendose con la mirada a Zhan.

Me parece bien, hablemos de negocios-intervino Zhan completamente de acuerdo.

La señorita Suzuki se resigno a cambiar el tema para tratar algunos puntos de las propuestas que les envió el día anterior.

Todo estuvo muy bien hasta que se habló al final de la realización de contrato.

Todo esta en orden, nada más falta hacer el contrato para poder firmarlo, ¿no es así Zhan?-lo miró de inmediato.

Así es, del contrato me voy a encargar yo, no se preocupen-lo dijo con una leve sonrisa.

La empresaria hizo una mueca al ver que no sonrió como ella quería que sonriera.

Esa reunión salió bien a lo que pudieron irse cada quien a su casa pero como siempre hay una colada.

Disculpa, ¿me llevarías a mi casa?-le preguntó coquetamente.

Zhan penso en una manera de decirle que no sin que la lastimará.

Me encantaría pero no puedo, tengo que ir a casa ahora pero te puede llevar Emili si gustas-miró a la mencionada quien hizo una mueca para luego acceder solo para ayudarlo a que no se le pegará la empresaria japonesa.

Tiene razón, tiene que ir a su casa con su esposo e hijo-algo más sabía Emili que no le dijo a Zhan y eso era que ella era homofóbica.

¿Dijiste...esposo?-hizo una desagradable mueca.

Así es señorita Suzuki, soy gay y estoy casado-le dijo con una sonrisa boba al recordar a Yibo.

Ella casi salió corriendo ante la idea de estar cerca de un homosexual, para ella era un desperdicio ese hombre siendo gay.

Decidio tomar un taxi para ir a su casa dejando solos a los amigos quienes solo se reían ante la escena tan rara que habian visto en ese momento.

Ignorala Zhan, mejor ve a casa-le dijo Emili con una sonrisa en su rostro.

Zhan asintio y subio a su auto para ponerse en marcha a su hogar, ese iba a ser su día libre hasta el lunes entrante en donde la iba a ver a la inversionista todo su horario de trabajo y sabía una cosa, iba a ser un jodido dolor de cabeza.

Ojos dorados (ZhanYi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora